El expresidente Donald Trump ha vuelto a ser multado con 1.000 dólares por violar la orden que le prohibía atacar a testigos o jurados en el juicio penal por el caso Stormy Daniels. El juez Juan M. Merchán no sólo ha sancionado a Trump, sino que también le ha amenazado con prisión si incumple la orden por tercera vez. “Este tribunal tendrá que considerar una sanción que implique prisión”, dijo Merchán. “Al final, tengo un trabajo que hacer. Parte de ese trabajo es proteger la dignidad del sistema judicial”.
Ante las palabras del juez, al que parece que se le está acabando la paciencia, Trump ni siquiera se ha inmutado. La amenaza de Merchan llega en la cuarta semana del juicio que se celebra en Manhattan por falsificar pagos a la actriz porno Stormy Daniels. Trump está acusado de comprar el silencio de Daniels, con quien tenía relaciones, para evitar que se conociera su identidad. amorío de cara a la campaña electoral presidencial de 2016. El pago de 130.000 dólares a cambio de su silencio quedó oculto bajo la etiqueta de “gastos legales”, hecho que se considera falsificación de documentos y que está penado en el estado de Nueva York. hasta cuatro años de prisión. En total, Trump está acusado de 34 delitos.
Ante la disposición del expresidente a utilizar sus redes sociales para atacar a quien no le agrade, al inicio del juicio Merchán tuvo que interponer una orden para evitar que el magnate agrediera a testigos y jurados. Aun así, parece que la medida no está siendo suficiente para frenar a Trump: la semana pasada, el magnate ya fue multado con 9.000 dólares (1.000 dólares por infracción) por haber atacado a Daniels y a su ahora exabogado Michael Cohen, que se encargó de entregar a la actriz. 130.000 dólares para comprar su silencio. Tanto Cohen como Daniels se encuentran entre los pocos testigos clave que aún no han subido al estrado. De hecho, se espera que pronto llegue el turno de Daniels para ofrecer su testimonio.
La multa esta vez se ha aplicado tras una entrevista que Trump realizó el 22 de abril en la televisión Real America’s Voice. El expresidente criticó el proceso de selección del jurado diciendo que se eligió demasiado rápido y afirmó que “el 95% [son] Demócratas”, según Reuters. Estas declaraciones a los ojos de Merchan no sólo intentan una vez más poner en duda la integridad del juicio y su legitimidad, sino que también ponen al jurado en el blanco.
Este lunes, Jeffrey S. McConney, que trabajó como auditor en la Organización Trump y que, según los fiscales, también ayudó a organizar el pago de 130.000 dólares a Daniels, está llamado a declarar como testigo. La participación de McConney en el plan de falsificación se produjo después de que Cohen hiciera el pago a Daniels a finales de 2016. Cohen envió una factura en enero de 2017 por 35.000 dólares en honorarios legales y otra en febrero de ese mismo año. ano. Según la acusación, el director financiero de la empresa, Allen H. Weisselberg, aprobó los pagos y McConney luego pidió a otro empleado de contabilidad que los emitiera y los registrara como “gastos legales”.
McConney no es una cara nueva en la serie judicial de Trump: también fue llamado a declarar durante el caso civil por fraude fiscal en Nueva York. A ese juicio, McConney también asistió como acusado. Al final del juicio, el juez que supervisaba el caso civil, Arthur F. Engoron, prohibió a McConney trabajar como director en cualquier empresa de Nueva York durante tres años y le prohibió ocupar el puesto de por vida. de gestión financiera en cualquier empresa que operara en el estado.
El juicio que se desarrolla en Nueva York es el único de los cuatro casos penales que enfrenta Trump que ha llegado a buen término. Los otros tres casos (el del intento de fraude electoral en Georgia, el de los papeles de Mar-A-Lago y el del intento de asalto al Capitolio) siguen congelados debido a la estrategia de defensa de Trump de inundar los tribunales de mociones. A finales de este mes de mayo se espera que en algún momento comience el juicio por el caso de los papeles clasificados que el expresidente tenía en su residencia de Mar-A-Lago.
