La terrible tendencia va al alza. Con la tasa actual de muertes en accidentes de tránsito, Irlanda está en camino de registrar más de 225 muertes antes del 31 de diciembre, lo que podría convertirlo en el peor año para la seguridad vial en más de un cuarto de siglo.
Gardaí ha confirmado que 70 personas han muerto en las carreteras irlandesas en lo que va de año, casi un tercio más que el número de muertos durante el mismo período del año pasado.
De las muertes de este año, 27 involucraron a conductores, 12 a peatones, 19 a pasajeros, nueve a motociclistas y tres a pedalistas.
Casi el 40 por ciento de los que murieron en las carreteras irlandesas tenían menos de 35 años. Es un fenómeno a nivel nacional, ya que sólo cuatro condados irlandeses han evitado una colisión de tráfico mortal en lo que va de año (hasta ahora es el término operativo).
Cork ha registrado el mayor número de muertes de Irlanda este año con 10 vidas perdidas en accidentes, seguida de Mayo con ocho muertes, Dublín con siete y Kildare con cinco. En solo cuatro meses este año, Kildare registró más muertes en carretera que en todo el año pasado o 2022. Los únicos cuatro condados que han evitado perder una vida en las carreteras son Longford, Leitrim, Laois y Monaghan.
Dado que el año pasado fue el peor registrado en términos de muertes en accidentes de tránsito en más de una década, este año está en camino de ser el año más letal en términos de muertes en accidentes de tránsito en un cuarto de siglo. El actual aumento de las muertes en las carreteras ha llevado a los defensores de la seguridad a exigir medidas urgentes.
La presidenta de RSA, Liz O’Donnell, dijo que Irlanda no puede tolerar el “nivel de matanza en las carreteras”.
Las investigaciones muestran altos niveles de incumplimiento en las carreteras, incluido el exceso de velocidad, el uso de teléfonos móviles y la conducción en estado de ebriedad. No se trata de culpar a las víctimas, pero es bastante claro que existe un problema entre la generación más joven cuando se produce un número creciente de muertes en este grupo de edad. La educación, la sensibilización y los llamamientos en materia de seguridad vial sólo llegarán hasta cierto punto.
Sin embargo, no es justo decir que se trata de un fenómeno que puede atribuirse a cualquier grupo de edad, geográfico o demográfico en particular. Es una crisis para todas partes y para todos. Y el mensaje no llega.
Ha pasado una generación desde que en 2002 se introdujo el sistema de puntos de penalización por infracciones de conducción. Su objetivo era mejorar el comportamiento de los conductores y reducir los niveles de muertes y lesiones graves en nuestras carreteras. Funcionó. Pero esto fue en una era antes de los teléfonos inteligentes y la distracción constante de los dispositivos electrónicos.
Una iniciativa con el nivel de cambio cultural que provocan los puntos de penalización no será posible de la noche a la mañana. Sin embargo, una aplicación más estricta de las leyes existentes contribuiría en cierta medida a detener las matanzas en nuestras carreteras.
