La ampliación del oleoducto Trans Mountain recibió la autorización regulatoria final que necesita para comenzar a enviar crudo desde las arenas bituminosas a la costa del Pacífico de Canadá, concluyendo una espera de una década para el controvertido proyecto.
La llamada solicitud de permiso para abrir el proyecto fue aprobada, dijo el Regulador de Energía de Canadá en su sitio web. La aprobación significa que el oleoducto puede entrar en operación comercial según lo previsto el 1 de mayo.
La aprobación marca la meta regulatoria para un proyecto que ha enfrentado años de retrasos, contratiempos en la construcción, batallas legales y una feroz oposición ambiental. El oleoducto acabó costando 34.000 millones de dólares canadienses (25.000 millones de dólares), más de seis veces la estimación original, y su fecha de inicio es siete años más tarde de lo previsto originalmente.
Aún así, la expansión casi triplicará la capacidad de la línea a 890.000 barriles por día, aumentando enormemente el volumen de crudo que los productores de petróleo de Alberta pueden enviar a los crecientes mercados asiáticos. También se espera que esos nuevos compradores reduzcan la dependencia de los productores de las refinerías estadounidenses y respalden los precios del crudo canadiense.
Ya está previsto que las cargas procedentes de la nueva línea se envíen a China, California y la India.
Muchos residentes de la Columbia Británica y comunidades indígenas vieron el oleoducto como una amenaza para el medio ambiente y lucharon contra su construcción. La batalla se volvió tan tensa que el gobierno del primer ministro Justin Trudeau compró Trans Mountain de Kinder Morgan Inc. en 2018 para salvar el proyecto de la cancelación.
