Un tribunal iraní dictó sentencia de muerte al conocido rapero Toomaj Salehi por su participación en las protestas derivadas de la muerte en 2022 de Mahsa Amini, una mujer kurda iraní de 22 años que murió bajo custodia policial en circunstancias controvertidas. La música y las declaraciones públicas de Salehi habían apoyado las manifestaciones generalizadas que estallaron en todo Irán, exigiendo justicia y reformas.
Según el abogado de Salehi, Amir Raisian, el Tribunal Revolucionario de Isfahán hizo caso omiso de un fallo anterior del Tribunal Supremo que había condenado a Salehi a seis años y tres meses de prisión, optando en cambio por la pena capital.
“El Tribunal Revolucionario de Isfahan, en una medida sin precedentes, no hizo cumplir el fallo de la Corte Suprema y condenó a Salehi al castigo más severo”, informó Raisian al periódico iraní Sharq. El poder judicial aún no ha confirmado esta sentencia y a Salehi se le ha concedido 20 días para presentar un recurso de apelación, que su abogado ha confirmado que será tramitado.
La Oficina del Enviado Especial de Estados Unidos para Irán condenó la sentencia, describiéndola como “un claro ejemplo del brutal abuso del régimen contra sus propios ciudadanos, el desprecio por los derechos humanos y el miedo al cambio democrático que busca el pueblo iraní”. La comunidad internacional sigue observando de cerca los acontecimientos que se desarrollan en el caso de Salehi.
