NUEVA YORK – Más de un siglo después, “Tío Vanya” sigue siendo tan relevante como siempre.
La obra tragicómica de Anton Chejov de 1897, sobre el amor no correspondido y el hastío existencial, ha sido ineludible en los últimos años. Andrew Scott (“Ripley”) interpretó una ágil y desgarradora versión unipersonal en el West End de Londres, que se materializó en los cines estadounidenses esta primavera. El ladrón de escenas “estereofónico” Will Brill dirigió una producción íntima fuera de Broadway el año pasado, que se presentó en un loft iluminado con velas en el distrito Flatiron. La obra también fue la pieza central del suave drama de Ryusuke Hamaguchi “Drive My Car”, que arrasó en los Oscar de 2022 con cuatro nominaciones, incluida la de mejor película.
La última presentación es “Uncle Vanya” del Lincoln Center Theatre, que se inauguró el 24 de abril en el Vivian Beaumont. La reposición está dirigida competentemente por Lila Neugebauer (“Appropriate”), quien ha ayudado a reunir un elenco estelar que incluye a Steve Carell (“The Office”), Anika Noni Rose (“Dreamgirls”) y William Jackson Harper (“The Good Place”). ”). “).
El resultado es a veces hilarante y conmovedor, pero rara vez supera el nivel de estar bien. Recién traducida por Heidi Schreck (la magnífica “Lo que la Constitución significa para mí” de 2019), la clásica obra rusa está ambientada en un tiempo y lugar no especificados, aunque la presencia de discos de vinilo y Tupperware sugieren un pasado no muy lejano.
La acción se desarrolla en una extensa finca administrada por el amargado Vanya (Carrell) y su benevolente sobrina, Sonia (Alison Pill), quien tímidamente añora al bebedor Dr. Astrov (Harper). Por desgracia, Astrov y Vanya desean a Elena (Rose), la maravillosa esposa más joven de Alexander (Alfred Molina), un profesor enfermo propietario de una mansión rural. Las emociones se disparan cuando Alexander y Elena hacen una visita, mientras las disputas por dinero, amor y sacrificio llegan a un punto crítico.
El primer acto tiene muchos encantos, concretamente en Harper’s Astrov. El actor de “Love Life” se lleva toda la producción: a la vez sexy y magnética, pero inquietante y profundamente cínica. Se adormece ante el sufrimiento perpetuo de la vida con el alcohol, pero aún ve esperanza en la naturaleza y los bosques que ayuda a cultivar. La cálida sonrisa de Harper y sus ojos de cachorrito te hacen querer instantáneamente, y sus escenas de él con Rose son algunas de las pocas veces que este resurgimiento provoca verdaderos fuegos artificiales.
Carell también tiene momentos maravillosos. En su debut en Broadway, el nominado al Oscar hace un buen uso de sus cualidades de hombre común, mientras Vanya lamenta ante Elena sus esperanzas y sueños frustrados de ella y trata en vano de ganarse su afecto por ella. El alhelí de Carell se gana nuestra simpatía, y sus momentos de tranquilidad con Pill (un destacado conmovedor) son realmente encantadores.
Pero la tragedia acumulativa de la obra se pierde en algún momento del camino. Según lo dirigido por Neugebauer, el colapso climático de Vanya no tiene el impacto necesario, con Carell marcado al 11 mientras inexplicablemente se arrastra sobre la mesa del comedor. Su justa indignación hacia Alexander aparentemente surge de la nada, dejando al público todavía desconcertado por su maníaco giro de talón cuando saca un arma. No ayuda que el elenco nunca se solidifique completamente como conjunto, y las tensiones latentes en el hogar rara vez se sienten.
La ganadora del Tony, Jayne Houdyshell, es admirable como la estudiosa madre de Vanya, mientras que Jonathan Hadary y Mia Katigbak aportan vida vibrante a los papeles secundarios. El diseño escénico de Mimi Lien es atractivo y sobrio, aunque ocasionalmente torpe. (Después de la fila del Acto 2 de Vanya y Alexander, el fondo empapelado comienza a deshilacharse y desmoronarse en los bordes). Kaye Voyce viste a Rose con conjuntos exquisitos y llamativos, y un cambio de escena magníficamente escenificado en el primer acto del programa es inesperadamente conmovedor.
En definitiva, este “Tío Vanya” tiene todos los elementos de lo que debería ser una noche de teatro eléctrica, pero nunca excava nuevas capas del material ni encuentra su razón de ser. En cambio, nos quedamos con una producción perfectamente sólida; un arma de fuego cargada que sólo dispara balas de fogueo.
Este artículo apareció originalmente en USA TODAY: Revisión de ‘Tío Vanya’ 2024: Steve Carell y William Jackson Harper brillan
