El sistema de salud de Australia ofrece una de las mejores relaciones calidad-precio en comparación con sus homólogos internacionales, según las últimas investigaciones de la Comisión de Productividad.
Según la Comisión, es la primera vez que se tiene en cuenta la calidad de la asistencia sanitaria del país en una evaluación de la productividad. El informe revela que la productividad de la atención sanitaria de Australia ocupa el tercer lugar entre 28 países de altos ingresos una vez que tenemos en cuenta los factores de riesgo ambientales y de comportamiento y la edad de nuestra población.
Costos versus resultados
“Investigaciones anteriores evaluaron la productividad de nuestro sistema de salud analizando cuánto nos cuesta brindar un servicio, como una visita al hospital. Esta investigación analiza cuánto nos cuesta tratar una enfermedad concreta y los resultados del tratamiento”, afirmó la comisaria Catherine de Fontenay.
“Observar los resultados que nuestro sistema crea para los pacientes proporciona una imagen mucho más real de su productividad. Un sistema de atención sanitaria que permita que las personas ingresen y salgan del hospital de forma rápida y económica no sirve de mucho si esos pacientes no mejoran”.
La productividad multifactorial ajustada por calidad creció alrededor de un 3% anual entre 2011 y 2012 y 2017 y 2018 para el subconjunto de enfermedades estudiadas, que en conjunto representan alrededor de un tercio del gasto en atención médica. Este crecimiento fue impulsado principalmente por mejoras en la calidad más que por reducciones en los costos.
Puntos clave
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La importancia de una integración rápida
“El crecimiento de la productividad fue particularmente fuerte en el tratamiento del cáncer, probablemente debido a la introducción de nuevas terapias contra el cáncer en la década de 2010. Esto resalta la importancia de integrar rápidamente nuevos tratamientos a medida que surgen”, dijo de Fontenay.
Si bien estas mejoras en la productividad impulsadas por la calidad son bienvenidas, la creciente factura sanitaria de Australia sigue siendo motivo de preocupación.
“El gasto en atención sanitaria ya representa el 10% del PIB y esto sólo aumentará a medida que nuestra población envejezca. Nuestro desafío en el futuro será brindar servicios de manera más económica y eficiente sin comprometer la calidad”.
Reducir los factores de riesgo.
El informe concluye que reducir nuestros importantes factores de riesgo, como la obesidad y el consumo de alcohol, es una forma de permitir que nuestro sector sanitario haga más con menos.
“Tenemos la cuarta tasa más alta de obesidad en el mundo y el sexto nivel más alto de consumo de alcohol. Esto empeora la salud de la población y crea más trabajo para nuestro sector sanitario”, dijo de Fontenay.
Aprovechando la tecnología
El informe también sugiere que una mejor integración de la tecnología digital a medida que surja podría ayudar a contener nuestro gasto en atención médica sin sacrificar la calidad de la atención.
“Los registros digitales, los nuevos modelos de atención remota y las nuevas tecnologías, como la inteligencia artificial, pueden hacer que la atención médica sea más eficiente y menos costosa si se integran de manera segura y efectiva”.
La Comisión explorará el potencial transformador de la adopción de tecnología en la atención médica en un documento de seguimiento que se publicará en las próximas semanas.
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