Un niño de 10 años de Oklahoma se despertó solo el lunes por la mañana y fue objeto de una pesadilla: mientras dormía, toda su familia había sido asesinada por un padre que luego se disparó contra sí mismo.
Según un informe policial, el niño marcó el 911 alrededor de las 9:35 am del lunes por la mañana. Los policías que acudieron encontraron los cuerpos de sus padres y tres hermanos al llegar a la casa familiar. Los cinco habían sido asesinados a tiros, según el informe.
El niño, cuyo nombre no ha trascendido, resultó ileso.
Los investigadores creen que Jonathan Candy, el presunto tirador y padre del niño, mató a tiros a la madre del niño después de una discusión, dijo a los periodistas el sargento de policía de la ciudad de Oklahoma, Gary Knight. Luego, Candy apuntó con el arma a los tres hermanos del niño, todos de entre 12 y 18 años, antes de dispararse.
“No se equivoquen al respecto. Lo que ocurrió dentro de esa residencia fue nada menos que una masacre. Esos niños fueron perseguidos y asesinados”, dijo Knight.
La policía no sabe por qué el niño superviviente, el menor de los cuatro hermanos, se salvó.
La familia Candy no tenía antecedentes de acusaciones de abuso doméstico, dijo Knight.
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