(Bloomberg) — El Fondo Monetario Internacional espera que la OPEP y sus socios comiencen a aumentar gradualmente la producción de petróleo a partir de julio, una transición que catapultará a Arabia Saudita nuevamente a las filas de las economías de más rápido crecimiento del mundo el próximo año.
“Asumimos que la reversión total de los recortes se producirá a principios de 2025”, dijo Amine Mati, jefe de la misión del prestamista en el reino, en una entrevista en Washington, donde el FMI y el Banco Mundial celebran sus reuniones de primavera.
Esta opinión explica por qué el FMI se está volviendo más optimista respecto de Arabia Saudita, cuya economía se contrajo el año pasado mientras lideraba la alianza OPEP+ junto con Rusia en recortes de producción que redujeron los suministros e hicieron subir los precios del crudo. En 2022, una producción récord de crudo impulsó a Arabia Saudita a la expansión más rápida del Grupo de los 20.
Según las últimas perspectivas dadas a conocer esta semana, el FMI mejoró la estimación de crecimiento del próximo año para el mayor exportador de crudo del mundo del 5,5% al 6%, la segunda economía más grande del mundo, sólo superada por la India, en un repunte que sería uno de los más rápidos del reino en la última década. .
El fondo proyecta que la producción de petróleo saudí alcanzará los 10 millones de barriles por día a principios de 2025, desde lo que ahora es un mínimo de casi tres años de 9 millones de barriles. Arabia Saudita dice que su capacidad de producción es de alrededor de 12 millones de barriles por día y rara vez ha bombeado tan bajo como los niveles actuales en la última década.
Mati dijo que el FMI redujo ligeramente su pronóstico para el crecimiento económico saudí este año al 2,6% desde el 2,7%, basándose en las cifras actuales para 2023 y la extensión de las restricciones a la producción hasta junio. Bloomberg Economics predice una expansión del 1,1% en 2024 y supone que los recortes de producción se mantendrán hasta finales de este año.
El empeoramiento de las hostilidades en Medio Oriente proporciona el telón de fondo para un posible cambio de política después de que los precios del petróleo superaran los 90 dólares el barril por primera vez en meses. La OPEP y sus aliados se reunirán el 1 de junio y algunos esperan que el grupo comience a aliviar las restricciones.
Después de sacrificar volúmenes de ventas para respaldar el mercado petrolero, Arabia Saudita podría optar por bombear más, ya que enfrenta años de déficit fiscal y con precios del crudo aún por debajo de lo que necesita para equilibrar el presupuesto.
Arabia Saudita está gastando cientos de miles de millones de dólares para diversificar una economía que todavía depende del petróleo y sus derivados cercanos (petroquímicos y plásticos) para más del 90% de sus exportaciones.
La política monetaria restrictiva de Estados Unidos no será necesariamente un lastre para Arabia Saudita, que generalmente actúa al mismo ritmo que la Reserva Federal para proteger su vinculación monetaria con el dólar.
Mati ve un impacto “insignificante” de recortes de tasas de interés potencialmente más lentos por parte de la Reserva Federal, dada la estructura de los balances de los bancos sauditas y la abundante liquidez en el reino gracias a los elevados precios del petróleo.
El FMI también espera que “el impulso de crecimiento del sector no petrolero se mantenga fuerte” durante al menos los próximos dos años, dijo Mati, impulsado por los planes del reino para desarrollar industrias que van desde la manufactura hasta la logística.
El reino “ha emprendido muchas reformas transformadoras y está tomando muchas de las acciones correctas en términos del entorno regulatorio”, dijo Mati. “Pero creo que se necesita tiempo para que algunas de esas reformas se materialicen”.
