La campaña moderada, para algunos excesivamente plana, de Javier de Andrés (PP), ha permitido a los populares salvar los muebles, pero sin marcar ningún otro objetivo político y sin salir de la irrelevancia en Euskadi. El PP ha crecido un escaño, hasta siete diputados en el Parlamento Vasco (con 96.630 votos), todos ellos, eso sí, una pierna negra popular, ya que dos de los seis que tenía hasta ahora pertenecían a Ciudadanos, partido al que han logrado absorber electoralmente. El ligero crecimiento y la fagocitación de Cs son, sin embargo, los únicos éxitos que puede presumir del PP, que fracasa en el resto de sus objetivos. No puede ser decisivo, porque el PNV y el PSE podrán reeditar cómodamente su pacto con mayoría absoluta; ni desgasta a los socialistas, ni consigue bloquear a Vox, que mantiene a su diputado por Álava.
El PP había rebajado al máximo las expectativas, anticipando ya un resultado mediocre. En plena campaña, el Partido Popular se dijo contento con revalidar los seis escaños iniciales, con la tesis de que estaban creciendo porque en realidad sólo partían con cuatro, frente a los dos de Cs. A Andrés le ha sumado uno por Álava (4), mantiene los dos de Vizcaya y un diputado por Guipúzcoa. Pero Génova había definido varios posibles “hitos” en estas elecciones, que no se han cumplido.
La primera, expresada por Alberto Núñez Feijóo en los últimos mítines de la campaña vasca, fue que el PP logró ser “decisivo” en Euskadi. Génova aspiraba a evitar que el PNV y el PSE obtuvieran la mayoría absoluta para luego jugar un papel en la gobernabilidad, negociando los Presupuestos vascos. No ha sucedido y el PP no tiene nada que ofrecer al PNV en el País Vasco para forzar un alejamiento del PSOE de Pedro Sánchez en Madrid, por lo que Feijóo sigue aislado con Vox.
El PP tampoco ha conseguido desgastar al PSOE, que no se ha visto afectado por la ofensiva popular contra la amnistía ni el caso Koldo, ya que los socialistas crecen dos escaños en Euskadi, frente a sólo uno que gana el PP, y son cinco. diputados alejados de los populares. Finalmente, Feijóo no logra bloquear a Vox, que resiste con el escaño de Álava. La reunificación de la derecha avanza (a través de Cs), pero lentamente, con resistencia numantina de Vox.
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Javier Martín (EFE)
Javier Hernández
La dirección del PP cree que ha sido “penalizada” por el temor a que ganara Bildu, lo que activó un voto refugio hacia el PNV. El candidato popular pasó toda la campaña sin levantar el espectro de Bildu y ETA para intentar impedir el trasvase de votos populares al PNV. Tanto es así que algunas voces duras de la derecha cuestionan si De Andrés ha sido excesivamente blando con la coalición nacionalista, según fuentes del PP vasco. El candidato popular mantuvo esa estrategia incluso tras el desliz del candidato de Bildu, Pello Otxandiano, cuando dudó en definir a ETA como grupo terrorista. Una vez cerrado el escrutinio, la secretaria general del PP, Cuca Gamarra, culpó a Pedro Sánchez del ascenso de Bildu. “El blanqueo de Bildu por parte de Sánchez le ha dado energía”, cuestionó.
Con sus siete escaños, el partido popular está todavía muy lejos de su mejor marca, los 19 diputados de Jaime Mayor Oreja en 2001. “Es un resultado correcto de un candidato correcto que no cambia nada para el PP”, juzga un histórico Líder del PP. de Euskadi. Los veteranos recuerdan que el PP viene de estar “casi moribundo”, porque sólo se han cumplido cuatro años de la última crisis interna, cuando su líder, Alfonso Alonso, dimitió tras ser destituido por Pablo Casado. De Andrés cuenta con el apoyo de Feijóo para iniciar ahora la reconstrucción del partido. “Este es el comienzo de la recuperación del PP”, proclamó el candidato tras el escrutinio.
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