La alianza BRICS puso en marcha la agenda de desdolarización para sacar al dólar estadounidense del estatus de reserva global y reemplazarlo por monedas locales. China y Rusia estaban en una gira mundial convenciendo a los países de utilizar monedas locales para el comercio y no el dólar estadounidense. Tuvieron éxito en ello ya que varios países en desarrollo están considerando la iniciativa de desdolarización para fortalecer sus monedas locales.
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Las sanciones impuestas por Estados Unidos a los países en desarrollo son otra razón por la que consideran lucrativa la agenda de desdolarización. Lea aquí para saber cuántos sectores en EE.UU. se verán afectados si los BRICS abandonan el dólar para comerciar.
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La desdolarización enfrenta desafíos: el dólar estadounidense eclipsa a todas las monedas de los BRICS
La iniciativa de desdolarización ha fracasado mientras el dólar estadounidense golpeaba a todas las monedas locales de los países BRICS. El índice DXY, que mide la fortaleza del dólar estadounidense, muestra que la moneda cotiza alrededor del nivel 106,27. Se trata de una salida sólida desde su mínimo de 101,8 durante enero de este año.
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El dólar estadounidense arrasó una tras otra con todas las monedas del BRICS, alcanzando el primer puesto en el mercado de divisas. En primer lugar, el yuan chino cayó a su mínimo de cinco meses frente al dólar estadounidense y ahora se sitúa en 7,24 en los gráficos.
En segundo lugar, la rupia india cayó a un mínimo histórico frente al dólar a 83,63 a principios de esta semana. Sin embargo, emergió brevemente el viernes alcanzando 83,54. Finalmente, el rublo ruso se desplomó por debajo de 100 frente al dólar y ahora está en 94,15.
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Además, el dólar estadounidense golpeó al yen japonés haciéndolo caer a su mínimo de 1990. El yen japonés es la moneda más débil del mercado y está luchando por competir con el dólar. El poderoso dólar también debilitó la libra esterlina, que alcanzó los 1,25 dólares, su nivel más bajo en cuatro meses. En conclusión, el dólar estadounidense está causando estragos en todas las monedas locales de los BRICS a pesar de las crecientes amenazas de desdolarización.
