“El objetivo del plan de Transición Justa es apoyar los cambios en el condado de Ida-Viru provocados por el giro ecológico una vez que la industria del esquisto bituminoso se contraiga. La gente corre el riesgo de perder sus empleos en la región, y los 1.300 nuevos empleos que se crearán con la medida serían principalmente para quienes viven en el área. Es de esperar que unas inversiones de 350 millones de euros también atraigan nuevos residentes al condado de Ida-Viru”, dijo Hartman.
El ministro entrante afirmó que el próximo año no se podrá renunciar al esquisto bituminoso. “Se necesitará un período de transición, y tampoco podemos mentirle al condado de Ida-Viru y decirle que podremos seguir con el esquisto bituminoso. Iría en contra de todas las políticas que Estonia ha aplicado recientemente. La gente de allí lo sabe. Pero los procesos de transición no ocurren en un día y la transición debería ser fluida”, afirmó.
Los nuevos ingresos y la posibilidad de alimentar a sus familias es lo que debería motivar a los mineros a volver a capacitarse, sugirió Hartman. “Menos del 20 por ciento de los residentes de Ida-Viru son hablantes de estonio y necesitamos reforzar la cultura local. Seguimos quitando los símbolos de la comunidad rusa, mientras que el gobierno también debe ofrecer algo a cambio”, señaló Hartman.
Dijo que su predecesora Madis Kallas (SDE) logró hacer mucho, aunque no es fácil ser ministro cuando la familia está en Saaremaa. “Deberíamos estar lo suficientemente desarrollados como sociedad para creerle a un hombre cuando nos dice que quiere pasar más tiempo con su familia”, comentó Hartman sobre la renuncia de Kallas.
Para salvar las zonas rurales se necesitan inversiones, sugirió Hartman. “En cuanto al apoyo de la UE, sólo el 25 por ciento va más allá de Tallin y los municipios que la flanquean. Podríamos hacer algo al respecto”, afirmó el ministro.
Hartman describió el llamado programa Robin Hood (donde los municipios menos afortunados recibirían más ingresos a expensas de los más ricos – ed.) más bien como una medida de verdad y justicia. “Necesitamos hacer que el sistema actual sea más justo. Por ejemplo, tenemos muchas regiones donde la población está cada vez más jubilada, lo que afecta a los ingresos fiscales, y tenemos que ayudarlas”, dijo. “No se recortarían presupuestos, mientras que frenaríamos el ritmo de crecimiento de determinadas áreas. Si analizamos la base de ingresos de los gobiernos locales, Tallin se embolsa unos miles de millones de euros, que crecen 40 millones de euros al año. Sería entregar una parte muy pequeña de eso. La mayor parte del apoyo empresarial también llega hoy a los principales centros”, dijo Hartman.
En cuanto al tema de la reforma de la movilidad, que llegará junto con el impuesto a los automóviles en Estonia el próximo año, Hartman dijo que ya ha comenzado. “Se están realizando análisis al igual que proyectos piloto, y el gobierno asignará 84 millones de euros para encabezar la reforma el próximo año”, dijo el ministro entrante de Asuntos Regionales.
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