Las tensiones geopolíticas que sacuden al mundo tienen sus consecuencias económicas y geoestratégicas. Uno de estos últimos fue la renovación, a finales de 2022, del gasoducto de Irún como punto clave, por su situación fronteriza, para exportar gas desde España a Europa ante el cierre del grifo ruso. Y la instalación guipuzcoana ha conseguido su objetivo. Tras su récord exportador en el invierno de 2023, acaba de cumplir su segundo invierno con buenas cifras de exportación de gas a Europa, aunque un 17,3% inferiores a las del año pasado, marcado por la crisis energética de la Guerra de Ucrania, y más repartidas a lo largo de los distintos meses. .
El mayor almacenamiento de gas por parte de los distintos países europeos, que poco a poco han hecho los deberes tras las restricciones impuestas a Rusia, y un invierno menos duro que otras épocas, están detrás del menor flujo de gas de este último invierno hacia Francia y el centro de Europa a través de los llamados Pirineos VIP (tubos desde Irún y la localidad navarra de Larrau).
El saldo final exportador entre abril del año pasado y marzo de este 2024, que es el principal indicador utilizado por Enagás, gestor técnico del sistema gasista en España, asciende a 18.937 gigavatios hora, un 17,4% menos que en el periodo anterior. El saldo es la diferencia entre lo que se envía al norte de Europa y lo que llega a España desde otros países. Enagás sólo ofrece la cifra final del canje. Así se refleja en el boletín estadístico del gestor técnico del sistema gasista. El nivel de almacenamiento en los países europeos receptores, y en la propia España, ha provocado que los periodos de menores exportaciones hayan sido, paradójicamente, los recientes enero, febrero y marzo, los principales meses de invierno. De hecho, el saldo trimestral es de 744 gigavatios importados (un descenso de más del cien por cien) porque la mayor actividad del gasoducto de Euskadour se produjo en los meses anteriores y parte del traslado se almacenó en los destinos.
Marzo
En el caso concreto de marzo, el tubo pirenaico exportó más de lo que importó, con un saldo final de 493 gigavatios enviados a Europa, un 81,5% menos que doce meses antes. Pero en marzo de 2023, el gasoducto de Irún impulsó las exportaciones de gas a Europa, con un total de 3.245 gigavatios hora, un récord que supuso un incremento de más del cien por cien.
Esos récords se explican por las obras en otoño de 2022 para ampliar la capacidad exportadora del gasoducto de Irún en 265 GWh diarios, debido a las emergencias provocadas por la crisis energética del pasado invierno y las restricciones al gas ruso.
Un año después, con la mayor prevención y recaudación de los países de la Unión Europea, que han alcanzado el 60% de almacenamiento en conducciones (que en el caso de España llega al 80%), y el 60% en regasificadores, no se ha conseguido. necesario enviar tanto gas, aunque los números siguen siendo buenos y las infraestructuras guipuzcoanas, en la frontera con Francia, siguen gozando del carácter estratégico que motivó su remodelación. El invierno pasado fue “extraordinario”, subrayan fuentes del sector, pero este año, a pesar del menor caudal, también ha sido “muy bueno”.
LOS DATOS
60%
Almacenamiento
Porcentaje de almacenamiento de gas actual en la Unión Europea tanto en gasoductos como en plantas de regasificación. En España el porcentaje en tubo es del 80%. El almacenamiento tras la crisis energética tras la invasión de Ucrania y un invierno soportable son las claves.
La instalación VIP Pirineos también ha sido la de mayor saldo exportador de toda España, por delante de Tarifa (9.479 GWh). Las otras dos instalaciones situadas en la península (Almería y el VIP Ibérico a Portugal) importan más gas del que exportan a Europa.
