El dólar se estabilizó después de registrar fuertes ganancias la semana pasada, impulsado por las crecientes tensiones en el Medio Oriente y las expectativas de tasas de interés altas y sostenidas en Estados Unidos.
Si bien las tensiones geopolíticas podrían afectar el desempeño del dólar, las menguantes expectativas de recortes en las tasas de interés siguen siendo una fuerza poderosa.
Los operadores ajustaron sus proyecciones de recortes de la Reserva Federal a septiembre tras un informe de precios al consumo mejor de lo esperado.
Más tarde hoy, el dólar podría experimentar un retorno de la volatilidad tras la publicación de los datos de ventas minoristas de EE.UU. Las ventas minoristas de febrero aumentaron un 0,6% mes a mes, por debajo de las previsiones del mercado y tras una caída significativa en enero, lo que sugiere una posible desaceleración del gasto de los consumidores.
Dado que el consenso del mercado proyecta una lectura modesta del 0,3% para marzo, las continuas caídas en las ventas minoristas podrían ejercer presión a la baja sobre el dólar, limitando su impulso alcista.
Mientras tanto, el yen sigue teniendo un mal desempeño y alcanzó su nivel más bajo en 34 años frente al dólar estadounidense. A pesar de que normalmente se beneficia de una mayor demanda de refugio seguro, la moneda se vio eclipsada por el oro y el dólar en las operaciones con aversión al riesgo.
La debilidad del yen generó preocupación entre los operadores sobre una posible intervención del gobierno japonés en el mercado de divisas, luego de repetidas advertencias de los funcionarios en las últimas semanas. El yen podría enfrentar más presiones de venta a finales de esta semana, particularmente con la publicación del informe de inflación de Japón el viernes, si las cifras de inflación disminuyen.
