‘Fallout’ está gustando (93/85 en Rotten Tomatoes) por muchos motivos, algunos de los cuales ya comentamos aquí. Principalmente brilla por su decisión de no adaptar los videojuegos calcando sus historias y estéticas sino toma tu mundo y tu ciencia y desde ahí construir una nueva aventura, que perfectamente podría funcionar como una entrega más del juego. Y eso sin dejar de ser cien por cien ‘Fallout’, algo que se consigue con un esmerado trabajo en la recreación de escenarios y en el diseño de producción.
En ambos casos salta a la vista el máximo respeto que los creadores de la serie han tenido por las propuestas de los juegos, desde las primeras entregas a finales de los noventa. Cualquier jugador veterano se sentirá como en casa con el fantástico búnker del primer capítulo, pero también con el asfixiante Wasteland que exploramos cuando comienza la verdadera aventura de Lucy en busca de su padre: de nuevo, buenas decisiones, como utilizar entornos naturales que Evita el efecto cartón maché de tantas series futuristas donde sobran decorados y pantallas verdes. Y, además, triunfa en el uso de ese arma de doble filo que está plagando tanto los guiones como el diseño de producción con guiños y homenajes que dan una consistencia y vida sin precedentes a la serie.
En muchas otras series y películas sentimos como los guiños son puros. servicio de fansCarros cargados de homenajes que sólo buscan el codazo del espectador, y que funcionan más como un Trivial de conocimiento sobre el original que como una herramienta para profundizar en el ciencia. Aunque en ‘Fallout’ Hay mucho, por supuesto, que rendir homenaje a la casi docena de entregas de la franquicia.también hay una intención de dar entidad y trasfondo a lo que nos cuentan.
algunos guiños
Por ejemplo, como ocurre en los propios videojuegos, se utilizan referencias a la cultura pop para darle entidad al mundo futuro. Nada más empezar la serie, antes de la explosión de las bombas, vemos anuncios en televisión de Nuka Cola, el cereal Sugar Bombs y de la serie de dibujos animados de ‘Grognak and the Ruby Ruins’, el juego de Pip-Boy que se puede jugar en ‘Fallout 4’. Por supuesto, las canciones de la serie Fallout son amigas comunes de las que se reproducían en los videojuegos. No sólo son guiños, sino que también sirven como comentario sobre la relación de los humanos con la Bomba… antes de que explote.
También veremos cómo Los elementos del juego se utilizan con discreción y sentido dramático., como cuando, en el caos desatado en el búnker del primer episodio, Lucy corre al baño (por supuesto, un comportamiento casi intuitivo en los juegos) para pincharse con un estimulante. O cómo se utiliza la droga Jet para luchar con más fiereza.
Otro guiño significativo: el perro que rescata el Dr. Siggi Wilzig, y que prácticamente desencadena buena parte de la trama, lo descubriremos más adelante en la serie que se llama Dogmeat, que es el nombre del perro que nos acompaña en ‘Fallout 4’. ‘. Dada la estrecha relación que desarrollamos con Dogmeat en el juego, es significativo (y ayuda al jugador a empatizar enormemente con Wilzig) que aparezca un perro con el mismo nombre en la serie.
Los robots Mr. Handy también son significativos, y con este guiño cerramos este brevísimo repaso (hay muchísimos más, y suelen estar rellenos de un buen gusto similar). Mr. Handy nacieron como robots de ayuda, pero muchos se averiaron, otros fueron reprogramados para hacer el mal… El Sr. Handy que aparece en la serie es un robot médico reprogramado para recolectar órganos humanos. Pero en el episodio 6 tenemos una historia autónoma en la que conoceremos a Bartholomew Codsworth, un actor que cedió los derechos de su voz para poner voz a Mr. Handy. Codsworth es, cómo no, el nombre del señor Handy que nos acompaña a lo largo de ‘Fallout 4’.
Mucho más que guiños: más bien, herramientas muy bien utilizadas para apuntalar un universo.
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