El diseño de teléfonos móviles se encuentra en fase de agotamiento. El entusiasmo por los biseles del iPhone 16 es prueba de ello

No es cosa de Apple: la industria de los smartphones atraviesa un valle en su lenguaje de diseño

Atrás quedaron los tiempos en los que cada año había una sorpresa con el diseño de los teléfonos. Xiaomi, Samsung, OPPO… cada uno de los buques insignia que lanzaron al mercado (salvo una filtración) era un auténtico secreto. Esto tenía una parte positiva y otra no tan agradable: comprar el nuevo producto era sinónimo de tener un diseño rompedor, pero el modelo anterior podía parecer completamente obsoleto si las diferencias de diseño eran importantes.

Es algo que le pasa a Samsung desde hace años: un S22 luce, a día de hoy, completamente actual. Un S21 o un S20… no tanto. Por el contrario, sólo los más expertos distinguirían la parte trasera de un iPhone 15 Pro y un iPhone 13 Pro, con el tamaño de la cámara como único elemento diferenciador.

No me escondo: pensé que en 2025 había margen para algún cambio en el diseño. Y desde el iPhone 12 (a excepción de la isla dinámica, los biseles y el tamaño de la cámara), los iPhone han sido idénticos durante cuatro generaciones. Los rumores apuntan a un iPhone 16 Pro con biseles más delgados, y esto es una prueba clara de que el diseño ha pasado a un segundo plano. No es sólo cosa de Apple, es un tema que sacude a toda la industria.

Gama alta 2024 vs gama alta 2023.

Aquí estás viendo una fotografía bastante clara del estado actual del diseño en la gama alta: fabricantes No quieren arriesgar lo más mínimo.. Esto les abre muchas puertas: reutilización de componentes, eliminación del riesgo de introducir un nuevo diseño que no termina de gustar, ahorro en costes de investigación y desarrollo, etc. Además, manteniendo una línea de diseño coherente, la identidad de la marca puede ser reforzado, algo esencial en un mercado tan competitivo.

Por el contrario, desde la perspectiva del consumidor, un cambio notable en el diseño ha sido históricamente una justificación para el aumento de precio de los nuevos modelos. Sin una evolución estética clara, los fabricantes podrían tener dificultades para justificar el salto de una generación a otra.

Los avances en tecnología y funcionalidad también juegan un papel importante en este fenómeno. En los últimos años las mejoras se han centrado más en el rendimiento interno, la calidad de la cámara y la eficiencia de la batería, aspectos que no necesariamente requieren un rediseño completo del dispositivo.

Sin embargo, todavía existen nichos de mercado en los que las innovaciones estéticas siguen siendo un factor crucial. Los teléfonos plegables, por ejemplo, han introducido un soplo de aire fresco en la industria. Marcas como Samsung con su línea Galaxy Z Fold y Z Flip están explorando nuevos territorios que combinan avances tecnológicos con cambios radicales en el diseño. Estos dispositivos representan un intento de satisfacer tanto la demanda de innovación tecnológica como la de Diferenciación estética y de formato.

En conclusión, la industria de los teléfonos inteligentes se encuentra en una encrucijada. Si bien la estrategia de diseño conservadora ha permitido a los fabricantes reducir riesgos y costos, también ha planteado desafíos en términos de percepción de innovación y motivación del consumidor. Por ahora, el camino a seguir parece surgir de una combinación de continuidad y experimentación limitada en formatos muy específicos.

Imagen | Xataka

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