El 80% de las aplicaciones de citas pueden compartir o vender información personal de los usuarios con fines publicitarios.

El 80% de las aplicaciones de citas pueden compartir o vender información personal de los usuarios con fines publicitarios.
El 80% de las aplicaciones de citas pueden compartir o vender información personal de los usuarios con fines publicitarios.

MADRID, 23 de abril (Portaltic/EP) –

Él 80 por ciento de las aplicaciones de citas tienen la capacidad de compartir o vender la información personal que sus usuarios publican en sus correspondientes perfiles con fines publicitarios, según ha descubierto la Fundación Mozilla.

Aunque la mayoría de las aplicaciones de citas afirman que es más probable que encuentres el amor cuanta más información personal compartas, “Fallan espectacularmente a la hora de proteger esa información”.“dijo uno de los investigadores, Misha Rykov, que trabajó con Jen Caltrider y Zoë MacDonald en el informe de la Fundación Mozilla.

Los investigadores han determinado que, De las 25 apps de citas analizadas, solo tres fueron aprobadas en materia de protección de datos y privacidad. Estos son Lex, eHarmony y Happn. Si bien han reconocido que “no son los mejores”, parecen respetar y proteger la información personal “un poco mejor que los demás”.

De lo contrario, Badoo, Muzz, Ella, Tinder, OkCupid, Match, Hinge, Plenty of Fish, Bumble, Jdate, Elite, Scruff, OurTime, BlackPeopleMeet y Grindr se encuentran entre las que incluyen la etiqueta ‘Privacidad no incluida’, considerada la calificación más baja en términos de seguridad en la jerga de Mozilla, tal y como sostiene TechCrunch.

El caso más sorprendente ha sido el de lovoo el cual, si bien está disponible para su descarga en países de habla inglesa (Estados Unidos, Canadá, Reino Unido) no cuenta con una política de privacidad cuando se elige el inglés como único idioma.

Los investigadores han anticipado que las aplicaciones de citas actuales pueden solicitar información que va mucho más allá del nombre, dirección o edad, hasta el punto de que los usuarios pueden tener que responder qué harían si sus padres se divorciaran o cómo reaccionarían si resbalaran con una cáscara de plátano.

Es el caso de la aplicación OkCupid, que introduce un cuestionario inicial para conocer mejor a los usuarios, que no se puede saltar, y que precede a la fase de creación del perfil en la que Solicitan fotos, vídeos y hasta contenido de voz.

Según sus investigaciones, estas aplicaciones también pueden solicitar información relacionada con la religión, la raza, origen étnico, opiniones políticassexualidad e incluso información biométrica si los usuarios quieren que la ‘aplicación’ muestre a otros usuarios que en realidad están chateando con una persona real.

Mozilla también señala que, aunque las políticas de privacidad de estas aplicaciones indican que proporcionar esta información es opcional, en otras ocasiones se ofrece algo como tal que realmente no lo es.

Es el caso de Tinder, que señala que sólo accede a la geolocalización del usuario con su consentimiento, aunque en realidad esta ‘app’ de citas necesita tener ubicación activada trabajar.

En esta línea, el informe ha determinado que el El 80 por ciento de las aplicaciones de citas pueden compartir o vender información personal. de usuarios con fines publicitarios, a pesar de que algunos de ellos operan mediante un modelo de suscripción y, por lo tanto, no requieren principalmente que los anunciantes generen ingresos.

Aunque los investigadores no pudieron confirmar si la mitad de las ‘apps’ analizadas cumplen con los estándares mínimos de seguridad para proteger la información de los usuarios, el 52 por ciento de las estudiadas tienen lo que se llama un ‘mal historial’ debido a alguna infracción. o una violación de datos en los últimos tres años.

El consecuencias resultado de estas acciones maliciosas han sido “Muy mal,” ya que en una ocasión los datos de ubicación de la aplicación de citas LGBT Grindr “terminaron en manos de intermediarios de datos y fueron comprados por un grupo católico estadounidense” para monitorear a miembros del clero.

Los responsables del análisis también han mostrado su preocupación por la integración de la Inteligencia Artificial (IA) en estos servicios. Aunque algunas ya incluyen herramientas útiles –por ejemplo, Bumble, que cuenta con un detector de contenido inapropiado en los chats– otros están teniendo problemas con sus propuestas.

Es el caso de OkCupid, que estaba en el punto de mira de la Comisión Federal de Comercio de Estados Unidos por una cláusula que le permitía entrenar software de reconocimiento facial sin el consentimiento de los usuarios.

GRUPO DE PARTIDO Y RED SPARK

El análisis indica que la firma Match Group es propietaria de diferentes aplicaciones de citas, entre ellas Tinder, OkCupid, Match, Plenty of Fish, OurTime o Hinge, por citar algunas. Por su parte, Spark Network es propietaria de Christian Mingle, Jdate, Elite Singles, Zoosk, Badoo y Bumble.

Por tanto, el hecho de que una empresa desarrolle diferentes servicios con las mismas finalidades hace que se puedan compartir datos personales desde cualquiera de las aplicaciones dentro de una misma empresa.

Otra conclusión a la que han llegado los investigadores está relacionada con los métodos de suscripción que ofrecen algunas de estas aplicaciones cuando introducen “prácticas de venta manipuladoras” -por ejemplo, en eHarmony- para hacer creer a los clientes que pagando una tarifa hay mayores posibilidades de encontrar el amor.

Por otro lado, la Fundación Mozilla cree que ““La IA no es tan inteligente cuando se trata de emparejar humanos”. y que existe la posibilidad de que en estos servicios se produzcan daños, racismo sexual o gordofobia.

Sin embargo, como punto positivo, el informe menciona que los alias online “están de vuelta” en aplicaciones como Muzz y Her, lo que significa que ya empieza a ser obligatorio introducir un nombre real para identificarse.

UN PROBLEMA QUE VIENE DE LEJOS

Esta no es la primera vez que se realiza un estudio con el objetivo de conocer cómo las ‘apps’ de citas tratan y almacenan los datos confidenciales de sus usuarios, ya que en 2018 se informó que Grindr compartió información aportados voluntariamente por los usuarios, como su Estado de infección por VIH.

El Consejo Noruego de Consumidores lanzó una similar en 2020, denunciando que esta y otras aplicaciones de citas compartían datos sobre la dirección IP, la sexualidad o la ubicación de los usuarios.

En su análisis, de hecho, se determinó que Match Group habría enviado a terceras empresas información sobre usuarios de Tinder y OkCupid sobre consumo de drogas, origen étnico y las opiniones políticas de estas personas.

CÓMO PRESERVAR LA PRIVACIDAD DE NUESTROS DATOS

Además de recomendar las tres únicas apps que se pueden salvar del cribado, la Fundación propone que los usuarios comprendan su perfil de citas como si fuera uno de LinkedIn. Esto significa que debes asumir que cualquiera puede verlo y que es conveniente Publica sólo fotos y detalles que consideres útiles. porque van a ser públicos.

Por el contrario, no es recomendable iniciar sesión con cuentas de terceros y mucho menos vincular cuentas de redes sociales al perfil, porque esto ayuda a compartir aún más información personal en espacios que no siempre la gestionan correctamente.

Por último, es importante limitar los permisos de la aplicación -para evitar que la ‘app’ acceda a la ubicación o a la cámara, por ejemplo- siempre que sea posible y desde el apartado de Ajustes del dispositivo.

 
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