Debido a la poca fuerza de voluntad que tenemos a la hora de intentar evitar consumir tantas horas de contenido diario, hemos establecido un sistema de reglas y parámetros con el que podemos reducir el número de horas de pantalla y poder dedicar más tiempo a nuestra seres queridos, tener tiempo para hacer deporte y disfrutar un poco más de la vida, que pasa y no vuelve.
Al principio pensábamos en dejar el teléfono por completo pasado cierto tiempo, pero la verdad es que es una solución un poco hipócrita, porque, hoy en día, nuestro móvil es prácticamente una extensión de nuestro trabajo y no podemos eliminarlo de nuestra rutina. . Entonces, ¿Cuáles han sido las soluciones?
Soluciones para evitar la adicción a tu iPhone
La primera y más obvia solución de todas es reducir el tiempo que dedicamos a mirar las redes sociales. Es cierto que desde hace un tiempo nos ponemos limitaciones y tiempos de pantalla. Sin embargo, el tiempo ha demostrado que esto es imposible. Por lo tanto, decidimos eliminar todas las redes sociales desde nuestro teléfono, excepto WhatsAppcon el objetivo de no perder el tiempo.
El problema que encontramos con esta solución es que aparecen muchos rumores de Apple en la red social X, por lo que la solución fue instalarlo en un teléfono secundario, como nuestro iPhone. Así, si suena la notificación significa que hay algún rumor; Si no, no tenemos que mirarlo.
La segunda solución fue desactivar las notificaciones. Recibimos cientos de notificaciones en el día a día de diferentes medios, como YouTube, Disney, HBO y Podcasts. El 80% de las notificaciones apenas tienen información interesante, pero es motivo más que suficiente para echar un vistazo rápido a las redes sociales. Por lo tanto, tenemos desactivado todas las notificaciones, incluso los grupos de WhatsApp.
Finalmente, retire el correo. Tenemos la sensación de que, cuando llega un correo electrónico, es algo de vida o muerte, es decir, tenemos que responder sí o sí. Sin embargo, si marcamos horarios concretos no tendremos problemas con ello.
En conclusión, el objetivo era pasar de 6h promedio de pantalla a 2h, y afortunadamente lo hemos conseguido. Gracias a eso hemos tenido tiempo de volver a jugar al pádel y leer, dos actividades que hacía más de un año que no hacíamos.
