En los próximos años, la forma de vivir las relaciones íntimas cambiará considerablemente gracias a la tecnología.
Según un artículo titulado “The Future Sex Report: The Rise of the Robosexual” escrito por el futurólogo Ian Pearson, Para 2030, muchas más personas experimentarán la relaciones íntimas con realidad virtual.
Al principio, algunos simplemente usarán la realidad virtual sin añadir nada más, pero con el tiempo, alrededor de 2035, juguetes sexuales, algunos equipados con AISe volverán más comunes y la gente comenzará a tener colecciones de ellos. En 2050 comenzaremos a ver robots diseñados para ser compañeros en estos encuentros íntimos.
La evolución de la tecnología dedicada a las relaciones íntimas avanza a pasos agigantados, perfilando un futuro donde la interacción humana se transformará radicalmente.
Según Pearson, “recién estamos viendo los albores de la realidad virtual”, ya que actualmente esta tecnología se manifiesta mediante el uso de cascos voluminosos y una amplia gama de estimuladores.
Pearson proyecta una evolución tecnológica hacia “gafas más ligeras y luego lentes de contacto activas”, que eventualmente dará paso a herramientas aún más inmersivas como la “piel activa”, capaz de registrar y reproducir sensaciones.
Sin embargo, el futurólogo señala que El verdadero objetivo es crear “vínculos directos con el cerebro” que tengan “la capacidad de estimular directamente el área septal para crear un orgasmo”. con el toque de un botón.”
Pero el progreso no se detendrá en la experiencia individual. Pearson también anticipa el surgimiento de tecnologías que permitirán “compartir experiencias, habitar los cuerpos de otras personas, incluso inmovilizarlos o controlarlos electrónicamente”, abriendo un universo de posibilidades para la conexión e interacción humana.
Mo Gawdat, ex director comercial de Google X, comparte una perspectiva similar sobre el futuro de las interacciones íntimas a través de la tecnología.
Durante su participación en el podcast ‘Impact Theory’ de Tom Bilyeu, Gawdat dijo que con los avances en la realidad virtual y aumentada, pronto será posible que las personas experimenten simulaciones íntimas tan realistas que serán prácticamente indistinguibles de la realidad.
Gawdat, que también es autor de varios libros sobre crecimiento personal, sostiene que “al final del día, el sexo ocurre en el cerebro. La parte física no es tan difícil de simular”.
Según él, proyectos como Neuralink de Elon Musk, que busca conectar cerebros humanos con computadoras para tratar enfermedades neurológicas, podrían hacer innecesario tener socios humanos si la tecnología permite replicar las experiencias que una pareja humana puede ofrecer.
La película Her, dirigida por Spike Jones, cuenta la historia de amor entre un hombre y su asistente virtual, mientras que Demolition Man, de Marco Brambilla, estrenada diez años antes, incluye una escena memorable en la que Sylvester Stallone vive un íntimo encuentro virtual con Sandra Bullock.
Esta representación coincide con las predicciones actuales sobre la industria sextech. En concreto, el último estudio de tendencias sexuales 2024 realizado por Lovehoney, marca de juguetes íntimos, destaca que La personalización a través de la inteligencia artificial será fundamentalaprovechando sus algoritmos para ofrecer experiencias a medida que respondan a los gustos de cada usuario.
“Los futuros juguetes sexuales podrían reconocer si estás teniendo un orgasmo y, en función de tu comportamiento, saber si deben aumentar o disminuir la intensidad”, ejemplificó Fabian Schmolck, AI Solution Manager de Lovehoney Group y Womanizer.
El ex ejecutivo de Google también reflexionó sobre el mercado potencial y el aspecto lucrativo que representarían este tipo de robots o experiencias, que los usuarios podrían configurar y personalizar a su gusto.
“Esto representa un rediseño muy importante de la sociedad, un cambio significativo en el concepto del amor y de las relaciones, porque hay dinero de por medio”, concluyó Gawdat, en alusión al impacto socioeconómico que podrían tener este tipo de innovaciones.
