Un magnetar acaba de complicar lo que la ciencia sabía sobre estas raras estrellas.

Un magnetar acaba de complicar lo que la ciencia sabía sobre estas raras estrellas.
Un magnetar acaba de complicar lo que la ciencia sabía sobre estas raras estrellas.

La ciencia ha estado teorizando sobre los magnetares, estrellas de neutrones con campos magnéticos extraordinariamente fuertes, durante casi tres décadas. Nadie ha visto ninguno directamente, pero los radiotelescopios ya han descubierto varios en galaxias cercanas. El Observatorio CSIRO en Australia acaba de confirmar que algunos magnetares son extremadamente raros y se comportan de manera diferente al resto. Si un observador pudiera viajar cerca de la estrella de neutrones XTE J1810-197, podría observar que los rayos de luz se agrupan a su alrededor de forma circular, como si lo estuvieran envolviendo en una cúpula.

El estudio más reciente de CSIRO publicado en Naturaleza Astronomía describe el comportamiento complejo y hasta ahora único del magnetar XTE J1810-197. Sus fuertes emanaciones magnéticas hacen que la luz modifique sus propiedades, por lo que los rayos visibles modifican literalmente su forma para crear una cubierta a su alrededor.

“A diferencia de las señales de radio que hemos visto de otros magnetares, éste emite enormes cantidades de polarización circular que cambia rápidamente. Nunca antes habíamos visto algo así“dijo el Dr. Marcus Lower, quien dirigió la investigación y trabaja en la Agencia Nacional de Ciencias de Australia.


¿Magnetar? Un objeto espacial emite pulsaciones cada 22 minutos desde hace 30 años

No todos los magnetares producen ondas de radio, aunque sí emiten cantidades extraordinarias de radiación gamma y X.


¿Qué es un magnetar?

Cuando una estrella masiva se queda sin combustible produce una supernova, posteriormente, como remanente, queda una estrella de neutrones. Se trata de una estructura compacta y densa, que gira a velocidades muy altas, compuesta de partículas subatómicas sin carga eléctrica. Una de cada 10 supernovas da como resultado una estrella de neutrones, que además tiene campos magnéticos miles de millones de veces más intensos de lo normal. Estos son los magnetares.

Algunos instrumentos en la Tierra pueden captar magnetares, aunque no de la forma en que se observan convencionalmente los planetas o las estrellas. Para ello, se miden durante breves períodos los rayos gamma, los rayos X y las ondas de radio emitidos por el objeto. Un magnetar emite breves pulsos que se repiten durante décadas.

XTE J810-197 se encuentra a 8 mil años luz de la Tierra. Los científicos identificaron por primera vez sus ondas de radio en 2003. Permanecieron en silencio durante 15 años. En 2018, un observatorio en Alemania volvió a escuchar sus pulsos y desde entonces, con la teoría más avanzada sobre los magnetares, se ha estudiado detenidamente su naturaleza. Su mayor descubrimiento hasta el momento es que La materia se calienta tanto a su alrededor que filtra la luz.

“Las señales emitidas por este magnetar implican que las interacciones en la superficie de la estrella son más complejas que las explicaciones teóricas anteriores. “Nuestros resultados sugieren que hay un plasma sobrecalentado encima del polo magnético del magnetar, que actúa como un filtro polarizador”, explica Lower.



El origen de los magnetares.

Según la teoría más aceptada, los magnetares surgen porque de alguna manera heredan el campo magnético de la estrella supermasiva que les dio origen. En agosto de 2023, los astrónomos encontraron la primera estrella precursora de un magnetar que respaldaba esta hipótesis. HD 45166 es un sistema estelar binario y uno de sus miembros tiene todas las características esenciales para crear un magnetar.

El precursor del magnetar tenía un campo magnético de 40 mil Gauss. A modo de comparación, se calcula que el de la Tierra es inferior a un Gauss. Cuando una de las estrellas de HD 45166 explote, el remanente de neutrones tendrá una superficie de sólo 12 kilómetros de radio, aunque en vida tendrá el doble del tamaño del Sol. Los 40 mil Gauss se comprimen en ese pequeño cuerpo para formar un magnetar de mil Gauss, dicen los científicos.

Medir la polarización de la luz alrededor de cuerpos densos es una forma de comprender las fuerzas electromagnéticas y gravitacionales que actúan a su alrededor. Recientemente se estudió este mismo concepto, pero con el agujero negro supermasivo de la Vía Láctea, Sagitario A*. De ese análisis surgió la segunda foto oficial de la singularidad, con la luz visible agrupada en espiral.

 
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