Algo que es innegable es que Navarra Es una joya natural en sí misma, ya que alberga algunos de los paisajes más bellos de nuestro país. Así, la Selva de Irati, la Parque Natural Urbasa Andía o las Bardenas Reales son sólo una pizca de todos los encantos que alberga la comunidad. Gracias a todos ellos se ha convertido en un destino perfecto para amantes de la naturaleza y que no deja de sorprendernos. Sin embargo, entre todos los lugares que alberga, uno destaca por su singularidad única.
Es sobre Artikutza, un precioso paisaje lleno de riqueza natural y biodiversidad que se encuentra situado en el municipio de Goizueta, en la zona más occidental del Pirineo. Este territorio se encuentra dentro de la Comunidad Foral de Navarra, pero, en la actualidad, pertenece al término municipal de San Sebastián. Algo totalmente inusual, ya que forma parte de una de las ciudades más importantes del País Vasco.
Te puede interesar: Los 5 hoteles españoles que están entre los mejores del mundo, según la Guía Michelin
Más allá de esta peculiaridad, el paisaje de Artikutza se caracteriza por bosques densos, principalmente hayas y robles, que forman parte de uno de los espacios naturales mejor conservados de toda Navarra. La flora y fauna de la zona son de gran relevancia, representando un claro ejemplo de los ecosistemas pirenaicos.
La historia de Artikutza está muy ligada a la ciudad de San Sebastián. En 1919, el Ayuntamiento de San Sebastián adquirió estos terrenos de más de 3.500 hectáreas de extensión con el objetivo de proteger las cuencas hidrográficas que abastecen a la ciudad. Esto ocurrió durante el período conocido como “Belle Époque”, años en los que la capital guipuzcoana vivió un periodo de notable expansión demográfica, consolidándose como uno de los destinos favoritos de la alta sociedad de la época.
Este auge se reflejó en su impresionante arquitectura y en el reconocimiento de su spa exclusivo costera, elementos que ayudaron a posicionarla en el mapa como un enclave de lujo y distinción. De esta manera, entre 1947 y 1953 se levantó una de las obras hidráulicas más impresionantes de la época: la Embalse de Enobieta en la finca Artikutzaque durante mucho tiempo simbolizó el ingenio humano en la región.
Sin embargo, este embalse emblemático Cesó sus funciones en 2006, marcando el comienzo de una nueva era para la zona. Con el objetivo de devolver el terreno a su estado natural, se llevó a cabo un minucioso proceso de vaciado que culminó con éxito en 2019.
Te puede interesar: Este es el pueblo más pequeño de Castilla y León: está en plena naturaleza y por él pasa una de las rutas históricas de España
Aparte de esta peculiar historia, Artikutza destaca por su herencia histórica, albergando vestigios que datan de la Edad del Hierro, así como construcciones más recientes como antiguas ferrerías y molinos. La presencia humana en la zona, aunque limitada debido a la protección del medio ambiente, ha dejado huellas en el paisaje que atestiguan el uso del recursos naturales a lo largo de los siglos. De hecho, en el corazón del bosque hay un pequeño barrio que permanece habitada hasta el día de hoy.
A esto hay que añadir que como todo paisaje natural, Artikutza cuenta con una red de senderos que te permitirán descubrir todos sus secretos. Estos son ideales para los amantes de la naturaleza, ya que discurren entre impresionantes bosques, permitiéndote relajarte y conectar con el entorno de una forma excepcional.
De San Sebastián, el viaje hasta Artikutza es de 55 minutos por la carretera GI-3631. Por su parte, desde Pamplona El trayecto tiene una duración estimada de 1 hora y 45 minutos por la carretera A-15 (existen peajes).
