En una ocasión el psiquiatra marian rojas Me explicó la importancia del contacto físico para nuestro bienestar, diciéndome que “cuando nos tocamos se activa la oxitocina y el sistema inmunológico mejora”. Hablábamos de personas que sufren soledad y recomendó, entre otras cosas, que busquen el contacto “en un masaje o tratamiento manual”. Y cuando nos levantamos de la mesa después de un buen tratamiento facial, la sensación de bienestar es inmensa. ¿Pero sabemos por qué? ¿Qué sucede en nuestro cerebro para que esto suceda? todo esto fue preguntado Patricia Fisas, directora de innovación y desarrollo de Natura Bisséallá por 2016 cuando se puso en contacto con un laboratorio dispositivos médicos para analizar neurocientíficamente el impacto de los tratamientos. “Quería que cada paso de nuestros protocolos de cabina alcanzara la excelencia. Y para eso quería medir lo que sienten los clientes con parámetros científicos. Así nació nuestra colaboración con Starlab y, más recientemente, con la Universidad de Murcia”.
Con este objetivo, la firma inició en 2016 diversos estudios neurocientíficos para analizar y buscar la excelencia en sus experiencias de spa, que culminan hoy con el estudio Natura Bissé más ambicioso que ha sido seleccionado por su relevancia para ser presentado en el reconocido congreso de la IFSCC ( Federación Internacional de Sociedades de Químicos Cosméticos). ¿El resultado? Los rituales de spa aumentan el bienestar en casi el 70% de las personas, además de transformar el estado de la piel y mejorar la autoestima.
Patricia Fisas, directora de innovación y desarrollo de producto de Natura Bissé
Por qué los tratamientos de belleza activan las hormonas de la felicidad
Para llegar a esta conclusión, así lo han hecho: “Hemos medido las ondas Alfa, la frecuencia cardíaca con un enobio de 20 sensores (gorro aprobado por la FDA americana), y luego hemos analizado el estado de la piel. El estudio ha determinado que los tratamientos mejoran la autoestima y el bienestar en casi un 70%. Un torrente de hormonas de la felicidad (oxitocina, dopamina, serotonina y endorfinas principalmente) que suben y otras (cortisol, citocinas proinflamatorias) que bajan.
Laura Gamboa, directora de formación de Natura Bissé, asegura que “los participantes sintieron poca agitación y un alto nivel de placer durante la mayor parte del procedimiento”. Hubo partes que disfrutaron más: “Por ejemplo, un masaje manual con un accesorio, calor versus frío. Durante dos pasos (la exfoliación y la aplicación de tónico frío) el nivel de placer bajó y la agitación subió. También descubrimos que los niveles de autoaceptación (autoestima) mejoraron después del tratamiento y se mantuvieron después de 24 horas, demostrando que estas pastillas de bienestar tienen la capacidad de perdurar en el tiempo.
El estudio se realizó con 30 voluntarios de entre 25 y 60 años.
¿Cómo se hizo el estudio?
El estudio se llevó a cabo junto con Starlab, instituto de investigación experto en neurociencia, y la Universidad de Murcia, aliada de la Universidad Europea para el Bienestar: en el estudio participaron 30 voluntarios (de 25 a 60 años). 4 tipos de mediciones: objetivas instrumentales (frecuencia cardíaca, actividad cerebral, análisis de saliva y medición in vivo con macrofotografías de la piel), y 4 encuestas subjetivas, realizadas antes y después de un tratamiento manual.
