Evalúan uso de ácidos grasos como sustituto de antibióticos en lechones

Los residuos de antibióticos en algunos alimentos de origen animal, como la carne de cerdo, son un problema sobre el que se viene trabajando desde diferentes sectores.

Este es el caso de la Universidad Nacional, donde la investigadora Johana Katerine González Castiblanco, magíster en Salud y Producción Animal, junto con la profesora Gloria Amparo Casas, del Departamento de Producción Animal, realizaron trabajos sobre el efecto de Reemplazo de antibióticos promotores del crecimiento. por una butirina esterificada en dietas de preiniciación sobre el comportamiento productivo y algunos parámetros de salud intestinal de lechones destetados a los 21 días.

Señalan que los antibióticos promotores del crecimiento se han utilizado durante años para mejorar los parámetros productivos y salud intestinal en animales, sin embargo, su uso excesivo ha contribuido al aumento de la resistencia antimicrobiana tanto en animales como en humanos, siendo un problema relevante de salud pública.

En consecuencia, la tendencia de buscar nuevas alternativas como las tributirinas o las butirinas esterificadas que tienen un mayor efecto en la parte distal del intestino, mejorando los parámetros productivos y la salud intestinal de los lechones destetados.

El objetivo del proyecto fue evaluar el efecto de incluir una butirina esterificada como alternativa a los antibióticos promotores del crecimiento en lechones destetados, en algunos parámetros productivos y de salud intestinal. Para ello, probaron un producto que ya ha estado en el mercado y que utiliza butirina esterificada, una alternativa viable para que los criadores de cerdos dejen de utilizar antibióticos para el crecimiento de los lechones. (Leer en CON contexto ganadero: Las etapas de alimentación de los lechones determinan la rentabilidad)

El experto en salud animal comprobó los beneficios de este Producto elaborado a base de ácidos grasos.para mantener el equilibrio intestinal de los cerdos de granja, y descubrió que esto ayudaría a reducir el uso excesivo de antibióticos que se les aplican desde edades tempranas para enfermedades causadas por bacterias como la Escherichia colilo cual ha generado resistencia y produce efectos adversos en los animales.

La esencia de la butirina esterificada está en sus componentes, el más importante de los cuales es ácido butíricoun ácido graso que se produce naturalmente en el intestino cuando algunos tipos de bacterias fermentan fibras y carbohidratos que no son digeribles, según una nota publicada por la agencia de noticias de la Universidad.

Sin embargo, aunque se considera una fuente de energía para las células intestinales –reduciendo la muerte celular y promoviendo la respuesta antiinflamatoria del sistema inmunológico al ataque– E. coli ySalmonela spp.–, su uso en lechones tiene inconvenientesno sólo por su fuerte olor y volatilidad (cambios en su estructura), que dificultan su manipulación en producción, sino también porque le cuesta llegar a las partes más alejadas del intestino delgado, donde se produce la absorción de nutrientes.

Nuevo producto

Es ahí donde aparece el producto comercial estudiado por los investigadores que, a través de una novedosa tecnología de encapsulación, toma el ácido butírico y le pone una “armadura” que ralentiza su degradación y facilita su llegada a zonas del intestino donde los lechones han sufrido daños en la barrera intestinal, en este caso por el paso de la dieta líquida ofrecida por la madre a una dieta seca, tras los 21 días de vida.

El estudio se realizó en 96 lechones (48 hembras y 48 machos) de la unidad porcina del Centro Agrícola Marengo, de la Universidad, en Mosquera (Cundinamarca), los cuales fueron distribuidos en 3 grupos para alimentarlos con diferentes dietas durante 14 días; Estos consistían en una mezcla de alimentos como maíz y arroz, o lactosa y soja, además de vitaminas y otros aditivos. (Leer en CON contexto ganadero: Colombia ya produce carne de cerdo con sello de calidad certificado)

“El primer grupo fue un grupo control -sin antibióticos promotores del crecimiento ni butirina esterificada-, al segundo se le añadió 0,3 kg/tonelada de avilamicina (antibiótico), y al tercero una dosis de butirina esterificada en una proporción del 44%. de ácido butírico. Después de 14 días era evidente que los lechones alimentados con butirina presentaban menos diarrea que los de los otros dos grupos; Además, su peso no cambió significativamente con las diferentes dietas y no hubo diferencias notables en el recuento de bacterias coliformes o E. colipor lo que el relevo es prometedor para los productores”, explica González.

Finalmente, aunque no hubo diferencias marcadas en la expresión de pequeñas proteínas llamadas citoquinas, cruciales para fortalecer el sistema inmunológico y las células sanguíneas, la expresión de una de ellas, el factor de necrosis tumoral alfa, fue un 12% menor en los lechones alimentados con la dieta que no tenía butirina esterificada.

Los resultados muestran que la inclusión de butirina esterificada en dietas de preiniciación, en las condiciones de este estudio, en las que solo hubo un desafío natural, asociado a las condiciones de una granja comercial, Pueden ser una alternativa que sustituye parcialmente a los antibióticos promotores del crecimiento, por su efecto beneficioso sobre la morfología intestinal y en determinados aspectos antiinflamatorios.

 
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