Ir al médico no es cómodo ni agradable la mayor parte del tiempo. Sin embargo, hay situaciones en las que tener que acudir a exponer un malestar embarazoso hace que el paciente se sienta vulnerable.
Deja el dolor a un lado, la prioridad es tu salud. Consulta a tu médico para acabar o reducir esos momentos embarazosos. No dejes pasar el tiempo y ponte en las manos adecuadas.
Molestias vergonzosas que no se comentan con los médicos
1. Intestino permeable
La permeabilidad intestinal es una condición en la que el intestino se ve alterado debido a una disbiosis intestinal o alteración en el equilibrio de la microbiota (flora intestinal). Debido a esto, se vuelve más permeable, dejando pasar sustancias que alteran nuestra salud digestiva, según el Centro Médico Quirúrgico de Enfermedades Digestivas.
Puede haber un mayor riesgo de “incontinencia fecal” a medida que envejece porque los músculos alrededor del ano y el piso pélvico no funcionan tan bien, dice la Dra. Lois Papa de AARP.
Señala que la fuga intestinal “le ocurre a casi todo el mundo en algún momento u otro”.
La microbiota puede verse alterada por situaciones de estrés y/o ansiedad; nutrición inadecuada; por tratamientos a base de antibióticos; así como tener patologías digestivas.
En AARP señalan: Por muy mortificante que parezca, hay que acudir al médico porque a veces hay una causa neurológica o fisiológica, como por ejemplo un tumor.
Hacer
Desde el Centro Médico-Quirúrgico de Enfermedades Digestivas indican que “para combatir el síndrome del intestino permeable la primera acción es identificar la causa que provoca la permeabilidad y tratarla. El paciente también debe intentar reducir el estrés, realizar ejercicio físico, beber abundante agua para que actúe como depurativo, mejorar la higiene del sueño y hacer todo lo posible por mejorar el estado de nuestro sistema inmunológico. Este último punto se puede conseguir mediante la dieta”.
El tratamiento comienza con la reducción de los alimentos con fructosa, gluten y los que contienen lactosa, así como reducir en gran medida la ingesta de grasas saturadas.
El médico hará cambios, si es necesario. “Se pueden utilizar probióticos, complementos nutricionales naturales con efectos antiinflamatorios (cúrcuma y boswellia) y complejos vitamínicos y minerales donde predominan las vitaminas B6, C y D y el selenio y zinc”.
2. Mal aliento
La gran mayoría de los casos de mal aliento (alrededor del 80 al 90 por ciento) son causados por bacterias en la boca, le dice a AARP Maricelle Abayon, dentista general del Instituto Eastman para la Salud Bucal del Centro Médico de la Universidad de Rochester.
Alguien cercano a ti o el dentista te avisará si lo presentas. Puede deberse a una enfermedad dental y puede tratarse con un especialista.
Pero, “si su dentista cree que otra enfermedad está causando su mal aliento, es posible que deba consultar a su profesional de atención primaria de salud o a un especialista”, agrega Mayo Clinic.
AARP añade sobre este punto que tu dentista puede enviarte a un especialista “para comprobar si hay otra causa subyacente, como un problema gastrointestinal o una infección respiratoria”.
Caries y mal aliento: esto es todo lo que pasa en tu cuerpo cuando duermes con la boca abierta
Tenga en cuenta:
Para reducir el mal aliento, evitar las caries, visitar al dentista y tratar si existe alguna enfermedad de las encías.
- Cepillarse los dientes después de comer, pregunta Mayo Clinic.
- cepilla tu lengua
- Evite comer cebolla o ajo. Según la Clínica Mayo, comer muchos alimentos azucarados también está relacionado con el mal aliento.
3. Flatulencia
Es una función corporal y cualquiera que diga que esta situación no les sucede a ellos miente o “está muerto”, le dice a AARP el Dr. Louis Papa, médico de atención primaria y profesor de Medicina Clínica en la Universidad de Rochester.
El exceso de gas en el tracto digestivo que provoca el paso de gases se conoce como flatulencia. Los gases que se expulsan se conocen como flatos. Las personas que tienen problemas de flatulencias pueden sentir que expulsan demasiados gases o que sus flatos tienen un olor desagradable. El olor podría deberse al azufre en los flatos, explica el Instituto Nacional de Diabetes y Enfermedades Digestivas y Renales de Estados Unidos.
Este es el truco definitivo para evitar que las judías provoquen exceso de gases y flatulencias.
¿Qué causa los gases? Los gases, señala el citado instituto, ingresan al tracto digestivo cuando se traga aire y cuando las bacterias del intestino grueso descomponen ciertos carbohidratos que no han sido digeridos. Una persona puede tener más síntomas de gases si traga más aire o consume mayores cantidades de ciertos alimentos y bebidas.
Según esa institución, “en promedio las personas expulsan gases por el ano de 8 a 14 veces al día. Sin embargo, algunas personas pueden hacerlo con más frecuencia. “Los expertos consideran normal expulsar gases hasta 25 veces al día”.
Algunas de estas enfermedades o afecciones digestivas podrían provocar más gases o síntomas de gases:
- Enfermedad celíaca
- gastroparesia
- constipación
- enfermedad por reflujo gastroesofágico
Hacer
- La Dra. Lois Papa, citada en AARP, sugiere comer y beber lentamente. Ella evita mascar chicle.
- Puedes comprobar si en tu caso existe relación entre el consumo de legumbres, verduras crucíferas, lácteos y bebidas carbonatadas con que sientas más flatulencias.
- La intolerancia a la lactosa puede desencadenarlos.
- Acude al médico para ver si hay algún trastorno digestivo o si es efecto de algún medicamento.
4. Hemorroides
Por último están las hemorroides. Las venas alrededor del ano tienden a estirarse bajo presión y pueden abultarse o hincharse, explica la Clínica Mayo.
Por supuesto que existen factores de riesgo, como el embarazo y la vejez, pero la mejor manera de prevenirlos es manteniendo las heces blandas para que pasen con facilidad, afirma la institución.
El estreñimiento crónico, la diarrea y el levantamiento de pesas también pueden afectar esta afección.
Hemorroides: ¿Cuáles son sus síntomas y cómo se tratan?
Hacer
- Evite pasar demasiado tiempo sentado en el baño.
- Evite esforzarse demasiado y no intente contener la respiración cuando intente defecar porque crea más presión sobre las venas de la parte inferior del recto.
- Consuma alimentos con fibra, beba agua y haga ejercicio.
- Ve al doctor.
(YO)
