Un aspecto positivo del anuncio de la retirada de
Premio Nobel de Literatura es que, tras su divulgación, personas de diversas edades mostraron interés en explorar su producción literaria, biografía y pasajes notables de la vida del escritor. Dado que ese interés existe, resulta pertinente dar a conocer la experiencia que tuvo el novelista en el espectro cinematográfico, la cual, por cierto, no fue memorable.
Pocas personas saben que Mario Vargas Llosa Codirigió una película basada en uno de sus libros más recordados: “Pantaleón y los Visitantes”. Esta novela, publicada por primera vez en 1973, recibió grandes elogios de la crítica y disfrutó de un gran éxito comercial. El manuscrito, que combina elementos de comedia, sátira y crítica social, cuenta la historia de un servicio de prostitución dirigido por el ejército peruano en la Amazonia para apaciguar las necesidades sexuales de sus soldados.
La capacidad de nuestro compatriota para tejer narrativas complejas con humor y aguda observación social ha llevado a “Pantaleón y los Visitantes” es considerada una de sus obras más memorables y populares, tanto es así que ha sido adaptada al cine y al teatro en varias ocasiones.
Tras este mensaje, Vargas Llosa se sinceró con su respuesta:
Dijo que no sabía nada de cine y que sólo había utilizado una cámara profesional en una ocasión. “Mi única experiencia con el mundo visual es haberle pedido a un amigo fotógrafo, con quien trabajamos en una revista, que me diera su pase para entrar a una corrida de toros en Lima. “Le ofrecí tomar la foto que se suponía que debía tomar para la revista”, le dijo el premio Nobel al representante de Paramount.Ahora, cómo surgió la propuesta. Según el escritor, su interlocutor le contó que alguien le habló al dueño de Paramount sobre “Pantaleón y las Vistadoras” y que momentos después ordenó que hicieran una película de ese libro.
“(El hombre) me dijo: ‘Vas a dirigir esa película. No te preocupes, te voy a dar un magnífico asistente de dirección que sabe todo lo que necesitas saber, estarás ahí para decir acción. Por cierto, me ofreció mucho dinero, estaba convencido de que el cine no era serio. Acepté ver cómo era eso. Entonces, con el contrato me dio un manual; “Debe ser el único caso en la historia del cine en el que el director de noche estudiaba un manual y de día ponía en práctica lo aprendido con actores reales y con una infraestructura cinematográfica”, afirmó. Momentos después, la mayoría del público se rió.
Más allá de esta divertidísima experiencia, es necesario señalar que la película no fue filmada en Perú, ya que La dictadura militar de 1975 censuró la película. En diálogo con El País, José María Gutiérrez, uno de los directores del filme realizado en República Dominicana, dijo que “se han basado en la regla quinta de la orden del 19 de febrero de 1975 sobre normas de clasificación, más específicamente en las secciones sí”.
Santiago Zavala. Este personaje aparece en la novela “Conversación en la Catedral”, libro que retrata la sociedad peruana durante el gobierno del general Manuel Odría (1948-1956). En este período se produjo un fenómeno social llamado migración, que se acentuó en medio de restricciones a las libertades y prejuicios sociales. A esto se sumó la corrupción de la que fue testigo ‘Zavalita’. A continuación presentaremos un pasaje del libro.
‘Zavalita’ es una periodista que escribe artículos locales en el diario La Crónica. En su ejercicio periodístico se topó con el caso de una mujer que fue brutalmente asesinada. Mientras investigaba, llegó a pensar que su padre podría ser el autor intelectual de la muerte de la mujer. Cabe señalar que el padre de Zavalita es Fermín Zavala, un próspero empresario que apoya el régimen del general Manuel A. Odría.
“DESDE la puerta de La Crónica Santiago mira la Avenida Tacna, sin amor: autos, edificios desnivelados y descoloridos, esqueletos de letreros luminosos flotando en la niebla, el mediodía gris. ¿En qué momento se había jodido al Perú? Las canillitas merodean entre los vehículos detenidos en el semáforo de Wilson gritando los periódicos de la tarde y él comienza a caminar, lentamente, hacia la Colmena. Con las manos en los bolsillos y la cabeza gacha, es escoltado por transeúntes que también avanzan hacia la Plaza San Martín. Era como Perú, Zavalita, se había jodido en algún momento. Él piensa: ¿cuál? “, se lee en la primera página de” Conversación en la Catedral “.
Alberto Fernández: En la novela “La ciudad y los perros”, libro en el que se cuentan diferentes historias de los adolescentes del Colegio Militar Leoncio Prado, aparece este personaje, a quien también se le conoce como el ‘Poeta’. Luego de explorar las páginas, el lector conocerá que el adolescente escribía cartas de amor a sus compañeros, quienes no tenían talento para escribir porque no leían con frecuencia. Otro aspecto que podemos destacar de este personaje es que asumió una doble identidad: dentro del colegio se mostraba grosero, hosco e insensible; mientras que fuera de la institución era todo lo contrario.
Fernández y otros cadetes estudian en una institución educativa regida bajo una severa disciplina militar. Muchos de ellos aprenden a vivir con un modo de vida alienante en el que son sometidos y humillados. A continuación presentamos un fragmento de la novela.
“De repente, alguien gritó: ‘Apuesto a que todo eso es mentira’. El jaguar y el poeta han pregonado’. Una risa estridente sacudió el bloque. Alberto pensó agradecido en la enfermera: la venda que ocultaba su rostro era una aliada, nadie podía leer la verdad en sus rasgos. Estaba sentado en su cama. Su único ojo dominaba a Vallano, situándose frente a él, Arróspide y Montes. Los vio a través de la niebla. Pero adivinó a los demás, escuchó las voces que bromeaban sobre él y el Jaguar, sin convicción pero con mucho humor. ‘¿Qué le has hecho al poeta, Jaguar?’, dijo uno. Otro le preguntó: – ‘Poeta, ¿entonces peleas con las uñas, como las mujeres?’”, se lee en una de las páginas del libro “La ciudad y los perros”.
Si bien no existe consenso sobre quiénes son los personajes más importantes del universo Mario Varga Llosa, es importante señalar que han logrado calar en la conciencia de lectores que pertenecen a diferentes generaciones, ya sea por la forma en que enfrentan los desafíos o porque de las difíciles situaciones que atravesaron.