La ciudad de Buenos Aires publicó en su boletín oficial tres novedades importantes como parte de un cambio que se realizó en el protocolo con el que lo mismo había abordado los casos de Accidente cerebrovascular isquémicoLa primera causa de discapacidad y la tercera causa de muerte de Argentina, que solo en el Buenos Aires Radius afecta a unas 1,500 personas por año, alrededor cuatro por día.
Es una patología que puede dejar tremendas secuelas, pero para las cuales Hay un medicamento que pueden apaciguar esos efectos. Un tipo de familia de la familia de la SO “tromboembolithic”, que tiene una limitación importante: debe administrarse Antes de 4.5 horas Del evento. Esa vez, que vale el oro, es lo que a los expertos les gusta llamar “ventana de oportunidad”.
Cuanto mejor funcione un sistema de salud, más posibilidades de que más personas ingresen por esa ventana. Para que todo eso suceda, el diagnóstico (o la sospecha del diagnóstico) debe ser inmediato. Y después de eso, tenga un centro de salud disponible Con las condiciones lógicas para abordar el caso. De todos estos aspectos, esta novedad trata.
Pero antes de continuar es aconsejable recordar que hay dos tipos de accidente cerebrovascular: el hemorrágico (para el cual no se usa el medicamento comentado anteriormente) y el isquémico. Este último ocurre, no por un “derrame” (para decirlo informalmente) sino debido a un coágulo que se mueve al cerebro a través del torrente sanguíneo, desde otro lugar del cuerpo.
Si es más frecuente escuchar sobre este tipo de accidente cerebrovascular, es porque la isquémica genera las pinturas de Entre 7 y 9 de cada 10 pacientes. Y, lo más importante, porque tiene esa ventana de oportunidad para evitar secuelas serias que podrían conducir a discapacidades irreversibles.
Hace un tiempo Clarín Informó la intención de algunas provincias para generar redes federales para que, más allá de los límites interprovinciales y las grandes distancias entre las poblaciones con pequeños centros de salud dotados, los pacientes con estos eventos pudieran tratarse en esa ventana de oportunidad reducida. La creación de tales redes implicaba que quien llegó a una habitación remota con sospechas favoritas, tuvo la oportunidad de que el médico generalista (no un neurólogo, en la mayoría de los casos) tuviera los recursos para comunicarse por teleconsulta con referentes especializados en algún centro de salud regional, recibió la ayuda relevante para hacer el diagnóstico temprano y aplicar el protocolo de ACV posible para esa situación particular para esa situación particular.
Aunque el caso de la ciudad de Buenos Aires es muy diferente (las distancias son mucho más limitadas y la población, tremendamente más numerosa que en otras partes del país), el protocolo modernizado que se comunica ahora, aunque no es un gran cambio sobre el tema, toma algunos pasos esenciales en esa misma dirección.
¿Qué cambios tendrán el protocolo Porteño de ACV?
Según el texto oficial, “el médico de la ambulancia, haber reconocido a un paciente con signos y síntomas compatibles con ACV, que está en la ventana terapéutica (con menos de 4.5 horas de evolución) debe comunicar el código ACV a la misma tabla operativa y seguir la operación correspondiente”. Ahora, ¿qué cambió con respecto a cómo fue todo esto hasta ahora?
Lo principal, Laura Cordero, subsecretaria de atención hospitalaria de la ciudad de Buenos Aires compartida, es que más hospitales están trabajando para recibir estos casos. Solo había dos y Ahora hay seisDistribuido geográficamente de una manera que cubre una buena parte del territorio de Buenos Aires.
“Anteriormente teníamos solo dos hospitales con unidad de accidente cerebrovascular y actualmente ampliamos seis; dos con accidente cerebrovascular y cuatro unidades con lo que se llama equipo de accidente cerebrovascular”, explicó el funcionario. A los hospitales Pirovano y Ramos Mejía, que ya asistieron a un accidente cerebrovascular isquémico, ahora se unieron El Durand, el Argerich, el Fernández y el San Santo.

El segundo cambio tiene que ver con el modo de acción de la misma, que ahora “dirige directamente” a los hospitales donde se realiza el tratamiento inicial -prólisis, que consiste en la infusión de medicamentos endovenosos durante una hora “.
“Una vez que se detecta el accidente cerebrovascular probable, la comunicación se activa dentro del grupo ‘Código de código’. Que incluye a todos los actores involucrados: médicos, profesionales no médicos, enfermeras, farmacéuticos, técnicos, especialistas en imágenes, administrativas, cámaras, entre otros, para acortar los tiempos de diagnóstico y permitir la realización del tratamiento en la ventana”.
En otras palabras, La intención no es perder el tiempo Mover al paciente al hospital más cercano, una vez que se realiza el diagnóstico, derivamos a otro centro que pueda abordar el caso. Por otro lado, la única sospecha de accidente cerebrovascular isquémico debería activar el dispositivo de tal manera que lo mismo se dirige directamente a uno de los seis hospitales mencionados. Lo más cercano.
El tercer punto está vinculado a eso, y es que, explicado al funcionario, no pierde el tiempo (de ahora en adelante) intentando si habrá o no cama en lugar de transferencia, algo que evidentemente sucedió, de acuerdo con la figura nacional dramática (y la ciudad no maneja diferentes datos) que El 60% de los golpes isquémicos no se abordan a tiempo.
“Se considera la emergencia, se mueve por el mismo sin proceso de disponibilidad de la cama y, al activar el código, el hospital está preparado para esperar la llegada: el médico espera al paciente, la tomografía preparada, los especialistas están dirigidos al tomografía para evaluar inmediatamente la imagen; enfermeras y farmacéuticos han preparado el medicamento; los hemodia se preparan para realizar el procedimiento”, dijo Cordero.
Si el paciente mejora o revierte sus síntomas después de un control inicial de 48 a 72 horas, hará la rehabilitación temprana en el Hospital Rocca. Pero, “Si no mejora, se destina a una segunda complejidad de tratamiento, que es la trombectomía mecánica, un procedimiento quirúrgico que se realiza en hospitales que tienen un angiógrafo y un equipo profesional entrenado en este procedimiento de alta complejidad”.
Para el funcionario, a medida que todos estos pasos fluyen mejor, más pacientes pueden acceder a una rehabilitación que les permite Continuar con sus vidas de la mejor manera posible. A diferencia de lo que suele suceder, esa rehabilitación ahora debería ser “temprana, dirigida y coordinada”.