En el marco del Día del Hígado, la comunidad médica peruana lanza un llamado urgente a la acción para fortalecer la vigilancia y la detección temprana del carcinoma hepatecelular (CHC), el tipo más común de cáncer de hígado en el país. La realidad preocupante es que menos del 30% de los pacientes con CHC en Perú son diagnosticados en etapas iniciales, cuando las opciones de tratamiento de curación son viables.
El Dr. Javier DíazHepatólogo del Hospital Rebagliati, enfatiza la gravedad del problema. “El carcinoma hepatecelular representa más del 70% de los casos de cáncer de hígado primario en Perú. Sin una estrategia de diagnóstico temprano, las opciones terapéuticas se reducen drásticamente, especialmente en el sistema público, donde el acceso a terapias innovadoras aún es limitado y depende del tipo de cobertura de salud”, dijo el especialista.
El desarrollo del carcinoma hepatocelular está estrechamente relacionado con enfermedades hepáticas crónicas, a este respecto, el Dr. Díaz menciona los principales factores de riesgo identificados:
-- La hepatitis B y C no se relacionan: son causas principales de inflamación y daño progresivo al hígado y muchas personas no saben que viven con estas infecciones.
- Consumo excesivo de alcohol: el hígado puede dañar progresivamente, lo que provoca inflamación, fibrosis y finalmente cirrosis, una condición que aumenta significativamente el riesgo de desarrollar hepatocarcinoma celular (CHC).
- Estatosis hepática metabólica (hígado graso): esta enfermedad asociada con diabetes, obesidad y síndrome metabólico, causa inflamación y fibrosis hepática, aumentando el riesgo de cáncer.
- Enfermedades hereditarias y exposición a toxinas: la enfermedad de Wilson, la tirosinemia y otras afecciones metabólicas, así como la exposición a aflatoxinas o cloruro de vinilo, también pueden dañar gravemente el hígado.
En los últimos años, el aumento de enfermedades como la diabetes tipo 2, el estilo de vida sedentario y una dieta poco saludable han aumentado el daño hepático en la población peruana, creando un escenario propicio para el desarrollo de carcinoma hepatecelular (CHC), el tipo más común de cáncer de hígado. Dado esto, el especialista insiste en la urgencia de realizar cada 6 meses con ultrasonido y un marcador tumoral (fetoproteína alfa). “La detección temprana salva vidas y con ultrasonido y marcadores tumorales, son herramientas poderosas que permiten el pronóstico de la enfermedad, especialmente en contextos donde el acceso a terapias avanzadas es limitado”, dijo el Dr. Javier Díaz.
También destaca la necesidad de un enfoque multidisciplinario, que involucra a gastroenterólogos, oncólogos, cirujanos, radiólogos, radiólogos intervencionistas, entre otros. La formación de equipos multidisciplinarios (EMD) es clave para la atención integral. “Cuando las EMD trabajan de manera coordinada, se logran y se centran en decisiones clínicas más integrales en el pozo del paciente”, agregó el especialista.
Finalmente, requiere fortalecer el primer nivel de atención, fundamental para detectar factores de riesgo y derivarse de manera oportuna. Promover su capacidad es crucial para reducir el impacto de esta enfermedad silenciosa pero altamente letal. La acción conjunta entre profesionales, instituciones y comunidad es vital para enfrentar el desafío HCC.