Ha pasado mucho tiempo desde Selva Almada Dejó de ser una promesa de que las letras argentinas sean un nombre con su propio peso, haciendo un universo personal que dialogues con las incómodas áreas de existencia en geografías rurales que son poéticas y ominosas en partes iguales. Su trilogía El viento que barre (recientemente llevado al cine por Paula Hernández), Ladrilleros Y Este no es un río Ha logrado esculpir un mundo basado en historias mínimas que profundizan en lo que no se dice. Nativo de Villa Elisa, Entre Ríos, su origen cruzado con años de Taller con Alberto Laiseca resultando en una literatura oscilante que puede cubrir desde la canción de un pequeño pájaro hasta el estallido de lo peor de las tormentas.
2025 lo encontró, al principio, con el lanzamiento de Laiseca, el maestro. Un retrato íntimo (Penguin Random House). Biografía colectiva escrita a diez manos junto a Cuatro discípulos más del maestro lai Quien lo acompañó hasta sus últimos días: Natalia Rodríguez Simón, Rusi Millán Millí Pastorri, Sebastian Pandelfellli y Guillermo Naveira. Además, dijo El inocente (Sudamericano), un libro donde reúne seis historias orientadas a una audiencia juvenil infantil donde los niños son los protagonistas con ilustraciones de su hermana Lilian Almada.
Poco después de aparecer en la Feria Internacional del Libro de Buenos Aires, habló con Clarín Sobre estos Lanzamientos, proyectos futuros – Una nueva novela que se publicará, si todo va bien, este año, y de Cómo vive el presente cultural argentino.
– Usted escrito Laiseca, el maestrojunto con cuatro de los discípulos más cercanos de Lai. ¿Cómo fue el proceso?
–Es era bastante complejo. Éramos cinco personas escribiendo y la idea era lograr una voz común que era Chanchín. El texto pasó por varias etapas de corrección, edición, reescritura, pulida, hasta que esa voz finalmente pueda lograr. Fue una de las cosas más difíciles en un proceso grupal en el que todos somos escritores y todos tienen su estilo.
– ¿Qué cosas descubriste que te sorprendieron durante la escritura y la investigación?
–El auto -percepción como el último Orejón del Tarro, alguien que había pasado desapercibido en la escena de los años sesenta y setenta. cuando entrevistamos a Fernando Noy, quien lo conoció en ese momento, nos dio un panorama diferente. Vimos un comentario con la escena alternativa de esos años, que participó en actuaciones, que habían escrito una obra de teatro y que se había tenido en cuenta. Luego, a través de la historia de la madre de su hija, conocí más a fondo esa vez que vivió en Escobar, que era la única casa que tenía. Habló sobre esa casa con mucha nostalgia. Luego terminó vendiéndolo. No había muchos detalles de esa época. Cómo era esa casa, que durante esos años con la herencia que había recibido de la venta de la casa del padre, solo podía escribir. La historia de Susana de esa época era muy brillante, un lai que finalmente podría ser entregado a escribir sin tener que hacer mucho trabajo que había hecho tan lejos que no tenían nada que escribir. Ella lo recordó como un momento de gran plenitud de él.
–En pidió recientemente sudamericano un libro de historias orientadas para el público infantorjuvenil, El inocenteque inicialmente se había publicado en la editorial de la provincia de Entre Ríos, ¿cómo surgió?
–Heyak celebrado a pedido de Fernando Kosiak, quien estaba a cargo de la editorial en 2019, junto con mi hermana Lilian, que es artista visual. Se pensó que se distribuía en las escuelas de la provincia. Tenía estas historias cortas que había escrito en diferentes formatos, para algunos medios, donde todos protagonizaban niños. Algunos los vuelven a trabajar, trabajé un poco más y agregué dos nuevos (“The Lights” y “Benita and the Cats”).
– ¿No tenías ninguna diferencia en comparación con la escritura de literatura para adultos?
–La verdad no es, es decir, por supuesto, hay ciertas áreas, ciertas palabras que cualquier persona con un poco de sentido común sabe que no pueden usarse en historias que serán leídas por niños de once o doce años. Pero entonces la verdad es que trabajé como un trabajo de cualquiera de mis libros. Tenía un poco en el faro de Horacio Quiroga, de sus historias de la jungla que amaba cuando era niña. Ahora para reedición, los revisamos nuevamente con el editor, pero no sufrimos ningún cambio significativo, excepto el diseño. El diagrama es diferente. Mi hermana hizo nuevas ilustraciones. Estamos felices y con muchas expectativas de ver qué causas en una franja de lectura que aún no había tenido porque cuando salió el libro en la provincia había muchas ideas que ver con las escuelas de los niños, pero la pandemia llegó justas y esos proyectos no pudieron completarse.
-– ¿Qué genera la infancia en relación con la literatura?
– La infancia siempre está muy presente en todos mis libros, siempre hay escenas con niños. Uno de mis primeros libros se llama niños y es una especie de recuerdo de mi propia infancia. Siempre es un universo, un área que tengo muy presente. Para mí, la infancia es el momento más fundamental de nuestras vidas. Es allí donde enfrentamos todo lo que vendrá más adelante en la vida. Es como un momento de descubrimiento y aprendizaje que ocurre en unos pocos años de vida y, sin embargo, nos marcan por el resto. Flannery O’Connor dijo que con lo que uno ha vivido en la infancia tiene que escribir el resto de su vida. Es un universo que siempre he visitado.

–El libro tiene ilustraciones de Lilian Almada, tu hermana. ¿Qué significó trabajar con ella en este proyecto?
– Con Lilian queríamos trabajar juntos en un libro que había sido. Habíamos tenido un trabajo cuando formaba parte de un pequeño editorial llamado Argentine Flesh y publicó el Manual de porno de Laiseca. Para esa edición, Lilian había hecho una serie de esculturas de muñecas inspiradas en los textos de Lai Masomenes en 2007. Pero bueno, no como escritor sino como editor. Entonces siempre fantaseamos con hacer la experiencia de un libro juntos. Entonces, cuando esta propuesta apareció por la editorial de la provincia, fue inmediatamente como vincular. Trabajamos muy juntos como las historias que estaba escribiendo y las cosas que me contó y con sus ilustraciones. Fue un trabajo hermoso para hacer, trabajar con mi hermana con quien tengo una relación muy estrecha y muy fuerte, que amo lo que ella también hace como artista y que todo lo que termina en un libro para nosotros fue genial y para mi madre o decirte.
–Vas para participar en dos actividades en la feria: la presentación oficial de El inocente en el espacio de Penguin con Horacio Convertini y “la palabra indígena. Diálogo con escritores y escritores originales. Wichí en poesía. Conversación con Lecko Zamora”. ¿Qué podrías comentar ambos?
– 7 de mayo Acompañaré al poeta Lecko Zamora, que poeta en el. Primero de las conversaciones, la apertura de los diálogos indígenas, que me parece una gran incorporación a la programación de la feria. Comenzó el año pasado. Fabián Martínez Siccardi fue el promotor de algo que me parece que fue una falla imperdonable que, como los diálogos latinoamericanos, de las provincias, no habría un programa para diálogos indígenas, especialmente con grandes exponentes y que cada vez más autores parecen muy importantes. Me parece genial que el público de lectura también pueda acceder a estos libros, acercarse a esos autores y conocerlos porque a veces son obras que pasan un poco desapercibidas. Hablaremos un poco con Zamora y escuchamos especialmente, escuchando lo que tiene que decir y escucharlo para leer, lo que me parece que será una experiencia preciosa. El 8 de mayo presentaremos a los inocentes Horacio Convertini, quien también es el autor de la casa y nos conocemos hace muchos años, ha venido en el momento de las clínicas de escritura que coordinamos con Julián López, por lo que tenemos una larga relación de amor, para leer y comentar. Entonces también será genial.
– ¿Tienes algún otro proyecto en camino? ¿Estás escribiendo algo?
–Yes, estoy trabajando en una novela. La idea es que puedo irme este año, así que estoy obteniendo mucha batería a esa escritura. En realidad, lo comencé durante mucho tiempo, en una residencia que hice en Francia en 2022. Aparecí la primera chispa, seguí dando vueltas, pensando mucho durante este tiempo y ahora estoy dedicado a escribir.
– Finalmente, ¿cómo te encuentra este presente en relación con la cultura y la literatura en nuestro país?
– Son tiempos muy terribles para nuestro país, no solo en relación con la cultura, sino en general. Pero al mismo tiempo, creo que en los tiempos oscuros y los aciagianos les gusta estos. Lo peor que podemos hacer es dejar de producir cultura, dejar de trabajar, dejar de pensar en libros que pueden ser puertas hacia otras formas de vida y pensamiento, eso es lo que tiene la literatura. Muéstranos otros posibles universos, otras posibles formas de ser. Creo que en ese sentido, leer, al menos para mí, que soy un lector desde muy pequeño, siempre ha sido un acto creativo y un acto liberador para poder leer. La lectura nos hace menos malos porque nos muestra muchos panoramas, posibles mundos. Te obliga a salir de la pequeñez de tu vida, tu entorno, lo que sabes. Eso es lo más maravilloso de la literatura y, en momentos, en el que hay un terrible avance de restringir las libertades todo el tiempo en nombre de la libertad, la lectura puede ser un buen lugar donde ir para continuar pensando que es posible que otro mundo sea posible. Afirmo eso correcto, porque leer es un derecho. El derecho a la lectura y también el derecho al deseo de escribir. Para el ultra -derecho y los anti -derechos deben ser respondidos con más libros, más lecturas de poesía, más encuentros en los que hablamos de otras cosas y donde también nos unimos un país más justo, honesto, generoso, generoso, participativo e inclusivo. Desafortunadamente, todo eso estamos perdiendo de una manera muy preocupante y aterradora.
Almada Selva básica
- Nació en Entre Ríos, en 1973.
- Publicó sus primeras historias en el análisis semanal, de la ciudad de Paraná. Allí dirigió, entre 1997 y 1998, la revista Caelum Blue. Ha publicado las novelas Malvado muñecasMeat editorial Argentina, 2003; NiñosEditorial de la Universidad de La Plata, en 2005; Una chica provinciaEditorial Gárgola, EN 2007; El viento que barreMardulce Editora, en 2012, y el libro electrónico VamosEn editorial los proyectos.
- La revista CasaDe Casa de Las Américas, publicó su historia “El destacamento es nuestra forma de amarnos”, Cuba, 2006. Sus historias integran algunas antologías como Una terraza propia El editorial Norma, y los narradores del Siglo XXI, el Programa de opciones de libros GCBA, ambos editado en 2006.

- Parte de su trabajo se traduce en francés, portugués, alemán, holandés y turco. Vive en Buenos Aires.
Selva Almada participará mañana viernes a las 19 de la presentación de su libro El inocente En diálogo con Horacio Convertini en la sala de Stary de Ernesto.