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“Son proyectos suicidas” -.

Hacen encuentros cada semana, se ayudan a sí mismos en su proceso creativo y realizan ejercicios para estimular su faceta artística. Para el , los libros no son solo texto, sino dispositivos de comunicación que proponen viajes únicos. Eva Casanueva explica esto, coordinador de un compuesto por 29 personas, que buscan afirmar que las novelas no son una “lectura de una frase tras otra”, pero que suponen una “propuesta inimaginable” en la que hay un “autor que quiere decir algo”.

“La gente considera un libro como si fuera solo texto o como si fueran parte de un catálogo”, dice Casanueva a Eldiario.es, “por lo que es necesario cultivar para que las personas entiendan que el libro puede ser muchas cosas”. Entre ellos, una M-30 que denuncia el aumento de los precios de alquiler, una compilación de 80 encabezados de cartas que Emilia Pardo Bazán envió a Benito Pérez Galdós entre 1883 y 1915, un filtro rojo que permite ver y leer las historias femeninas invisibles con el , o un compendio de páginas que solo oren “Blablabla”.

Un libro puede ser tantas cosas que es importante poner el enfoque en el que el arte no solo reside en el fondo, sino también en forma. Esa es la conclusión alcanzada por artistas como Eva Casanueva, quien durante el año se esfuerza por llegar a la audiencia hecha por especímenes hechos a mano, con su “propia magia”: “Pones sus corazones, manos y ojos. No es como si un editorial te imprimiera muchas de una vez, aquí cortas las páginas y las guilotinas, lo que hace que los libros sean más tuyos y tú lleven tus hijos.


No tienen grandes grupos editoriales detrás, su distribución es muy complicada y llegar a las personas es un desafío muy difícil. Sus historias resurgen más fuertemente que nunca en ferias donde pueden darse a conocer. Sin embargo, Sant Jordi o la Feria del Libro de no son fechas que se hayan marcado en el calendario. Para ellos, una de las grandes citas son los libros mutantes. La feria, que reúne artistas y sellos independientes de todo el mundo, celebra la libertad creativa y la ruptura con los estándares de la industria editorial. corriente principal.

Su duodécima edición, que se celebró en la casa del 25 al 27 de mayo, reconoció un año más que cada trabajo es una declaración de intenciones: importa lo que se cuente y la forma en que se cuenta. El documento, el enlace, los pliegues, los formatos inusuales … todo habla, todo se comunica. “Este valor justo el libro del artista, The Fanzine, que deja la regla de los editores convencionales”, dice Begoña, de Bilbao imprimiendo otra prensa. “Los editoriales que pueden asistir a una feria de libros en una gran ciudad son editoriales con un catálogo muy extenso porque exigen que participe”, agrega, destacando que en libros mutantes “diferentes piezas están expuestas a lo que se encuentra en una librería del vecindario”.

Beateña señala que, a diferencia de las obras de un gran grupo editorial que “puedes encontrar en muchos sitios”, que se vende en ferias como los libros mutantes son especímenes “muy exclusivos”: “Hay títulos que estarán aquí este fin de semana, los 100 que se han impreso, de lo contrario”. Entre sus favoritos, De nuestros ojosNacido bajo una idea del ilustrador Donostiarra, un Arzelus y su amiga Sara Halo. “La mujer siempre sale de los mitos clásicos de Greco -Roman, por lo que Arzelus literalmente pone el filtro de perspectiva de género sobre la y, en lugar de hablar de Perseo, habla de Medusa”, dice Begoña. Con la intención de hacer que el invisible sea visible, un filtro rojo en las páginas permite leer lo que sin ese filtro permanecería oculto, que es la versión femenina. El trabajo se edita en español y vasco.


Después de la misma intención de reclamación, ¿Qué hacen las feministas al arte? Blanca Arias es otra de las novelas exhibidas. Su sello, el cielo sagrado, surge después de “un vacío” que percibió a sus editores “entre la teoría y la ficción feministas”. “En este momento hay una reacción contra todos los derechos, comenzando con los derechos de las personas trans”, explican Sofía y Blanca a este periódico. “La ficción tiene un poder inmenso para acompañarnos y es por eso que publicamos estos libros, que creemos que tienen un agujero en la sociedad y que pueden hacer que más personas sueñen y peleen”, agregan. La idea era “dar un agujero a algunos autores” que vieron que “no estaban siendo publicados a un nivel más ”.

Por su parte, Begoña está de acuerdo en que “precisamente porque es algo un poco más subterráneo”, Aquí hay para “hablar de nuevo, luchar y continuar luchando por algo que pensamos que ya estaba conquistado”. “La tercera ola de feminismo … no sé cuántos van a necesitar. En los tiempos, con la gran cantidad de información que se vierte, especialmente la información errónea y los bulos, hay mucha voz en un nicho de los infladores que ya están poniendo piedras en el camino”, dice el editor de otra prensa. “Cualquier excusa para hablar sobre esto, reflexionar, cuestionar sus propios prejuicios y tener la voluntad de aprender, educar y abrir su mente al mundo, ya es algo maravilloso. Y creo que foros como este mejoran el diálogo. Hay personas que vienen de todo el mundo”, agrega.

Uno de esos sellos que van de un país a otro que aparecen por ferias es Valiz, de origen holandés. Este fin de semana ha estado en Madrid, pero el siguiente va a , luego a Berlín y luego a Polonia. Sus libros tienen una “óptica crítica” y cubren los problemas de identidad o masculinidad hasta proyectos queer, Temas feministas u otras visiones hacia la educación artística. “Traen diferentes enfoques a un hecho, independientemente de lo que sea, para alimentar la capacidad de empatizar y tener una abierta sobre nuestra realidad, lo cual es diverso siempre decir lo que dicen”, dice Irene, a cargo de su sección en libros mutantes.


Lo más curioso de Valiz es que también venden especímenes dañados, pero a un precio más bajo con respecto al original. “A medida que los libros salen de gira, están magullados entre las personas abiertas y los sacan, y al final se estropean un poco. Luego tenemos un par de cajas de libros que han vivido eso y tienen un pequeño descuento dependiendo de su estado”, aclara Irene. “No deshacerse de ellos como lo hacen con los tomates que son malos, ya que lo que importa es el contenido en su interior si no lo desea como un objeto de exposición, lo toma por 10 euros menos y que ahorra”, dice.

Aun así, a pesar de la atracción causada por estas obras, “son proyectos bastante suicidas porque económicamente no tienen en cuenta”. Esto es declarado por Gary de Infinite Beauty, un editorial que comenzó hace 20 años en Bilbao. “Estos libros, que en sí mismos son obras de arte en lugar de libros sobre arte, no ingresan al circuito comercial y en otros lugares estas iniciativas no se acomodan”, dice, destacando que “exploran otros tipos de narrativas visuales y trabajan cuál es el formato del libro en sí”. Su Mejor vendido cepalle Pornografía de Paloma Blanco, editado como si fuera una revista porno con el mismo tipo de encuadernación, alimento básico y papel, y en el que el autor cambia las situaciones sexuales para otras escenas diarias, como mirar televisión, bailar, leer o hacer , pero mantener los mismos lados de éxtasis de las fotografías originales y los mismos textos eróticos que los acompañaban.


Otro autor que presenta obras interesantes es Nacho García, quien recoge tarjetas que Emilia Pardo Bazán envió a Benito Pérez Galdós, o las respuestas que obtuvo el 7 de marzo de 2023 preguntó a 100 usuarios de la sala #sexo de ChateAgratis.net para su artista favorito. Además, la conocida novelista Esther García Llovet es una presencia con Más inteligente que el idealistaDonde toma el papel del M-30 como un para determinar el precio de la vivienda en aquellos vecindarios que están de un lado u otro de ella. Séverine, del proyecto gimmefive compuesto por cinco mujeres, explica que el trabajo retrata el “límite entre los que pueden y los que no pueden”.

Séverine dice que Esther García Llovet “recorrió el M-30 tomando fotos de espacios vacíos, tratando de ver qué superficie tienen y qué tipo de valor podrían tener en el mercado”. Ellos, con su presupuesto, hicieron “un leporello” [acordéon]que funciona como un “objeto fotográfico” y que se puede colocar en una mesa como si fuera el M-30 de Madrid. “Siempre tratamos de encontrar la forma que coincide con los antecedentes”, dice el editor, quien visita la feria de libros mutantes por última vez porque el proyecto se cierra “debido a problemas personales”. “En el camino, aprendimos, crecimos y nos divertimos más de lo que imaginamos”, se comunicaron a sus seguidores.

En un mundo saturado de producciones y lanzamientos, los libros mutantes valoran el trabajo artesanal, la experimentación y el riesgo. Los libros no solo se leen: se tocan, exploran, se descubren. Estos artistas intentan reinventar el concepto de publicación, fusionando técnicas tradicionales con enfoques contemporáneos, reclamando una sociedad mejor y utilizando diseño gráfico, ilustración, fotografía y escritura para dar voz a los problemas de ser invisible. Para Eva Casanueva, “este tipo de cosas se hace por la necesidad personal de cada uno, para quitar proyectos y poder construir otros”, lo que significa que, “hasta que lo vierte en un libro, no lo das el final”.

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