En una nueva edición del Feria de libros internacionalesEl recinto ferial rural en Palermo se convirtió en un epicentro cultural en Buenos Aires. Entre stands y charlas, miles de personas disfrutaron de un nuevo día marcado por todo tipo de actividades. En ese contexto, una de las personalidades que no querían perderse el evento fue Mirtha Legrand.
Entre la literatura, la ciencia, los niños Alejandro G. Roemmers.
Esperando a la autora, la sala José Hernández, ubicada en el Pabellón Rojo, se llenó gradualmente mientras el reloj se acercaba a las 19. Fue entonces cuando la presencia del conductor llamó la atención de los presentes. La Chiqui, que entró en Ruemmers, se destacó con un elegante juego de colores rosa pastelcompuesto de un vestido liso y un Bolsa de bordado largo Con flores en un tono similar.

Golpeó su riqueza en detalles florales, lo que le dio una sofisticada textura visual y un aire clásico. La bolsa también incluye una fila de botones grandes forrados en la sintonía, ubicados en el frente bajo, lo que reforzó el diseño artesanal de la prenda.
La diva complementa el aspecto con Aros grandes en forma circular y brillo de plata, y un Anillo floral grande que se combinó con su manicura ordenada y ordenada. Su peinado voluminoso con suaves olas y maquillaje marcado en sus ojos cierran una estética que se refiere al glamour tradicional del espectáculo argentino.
Entre las figuras que formaron parte del evento también se destacaron a Teté Coustarot, María Laura Santillán y Hebe Colman, la madre de Roemmers, que se sentó junto a Mirtha en la primera fila.

En el momento indicado, Alejandro apareció en el escenario, agradeció al público y le dio el piso a sus invitados: los escritores españoles Javier Cercas Y Javier MoroEl novelista y académico argentino María Rosa Lojoel crítico Raúl Tola y el ensayista peruano Álvaro Vargas LlosaHijo del difunto Premio Nobel de Literatura, Mario Vargas Llosa.
Una vez que el autor terminó su presentación, Legrand pronunció algunas palabras como una muestra de afecto. “Eres muy talentoso, Alejandro, y también encantador y generoso. Ayer me sentí mal, pero hoy soy fantástico porque te estoy enfrentandoque todos son ingeniosos, cultos. Para una actriz y conductor, estar en un área tan alta como esto es realmente un lujo. Es un placer estar aquí“.

El misterio del último StradivariusEl nuevo libro de Alejandro G. Roemmers, articula su narración en torno a un asesinato cometido en un pequeño pueblo en Paraguay y la misteriosa carrera de un violín legendario atribuido al famoso italiano Lutier Antonio Stradivari. El doble crimen, cuyas víctimas son padre y su hija, da lugar a una investigación policial que se convierte en la puerta de entrada a una historia más vasta, donde los elementos de intriga se mezclan con componentes históricos y sobrenaturales.
La novela avanza en dos líneas temporales que se cruzan: por un lado, los procedimientos contemporáneos para resolver el asesinato, y por otro, las secciones sucesivas de la ruta del último violín construido por Stradivari a lo largo de más de tres siglos. Este instrumento no es solo el eje simbólico y narrativo del trabajo, sino que también representa un vehículo de conexión entre tiempos, espacios y sensibilidades humanas. Por lo tanto, la obra propone un juego de espejos entre la violencia actual y las marcas invisibles del pasado, con el violín como un vínculo entre las dimensiones terrenales y espirituales.

El violín atribuido a Antonio Stradivari no es solo un objeto valioso dentro de la trama del misterio del último Stradivarius, sino que funciona como el verdadero protagonista silencioso de la novela. Este es el último instrumento construido por el legendario italiano Lutier, famoso por la perfección acústica y estética de sus creaciones.
A lo largo del trabajo, este violín cruza tres siglos de historia, y cada uno de sus propietarios deja una marca sobre él, al mismo tiempo que el instrumento transforma sus vidas. Esta dinámica establece una dimensión simbólica que trasciende el material: el violín se convierte en un portador de recuerdos, secretos y consecuencias inesperadas. En su tránsito entre tiempos, el instrumento aparece como testigo de momentos de gloria, tragedia y redención, que funciona como un hilo conductor entre los mundos narrativos de la novela.

La novela está construida por una estructura alternativa, donde se distribuyen los capítulos pares y impares entre dos géneros literarios diferentes. Esta elección formal permite al autor establecer una tasa de lectura que entrelaza el presente y el pasado constantemente, causando un diálogo narrativo entre las dos líneas de la trama.
Los capítulos impares responden a las convenciones del género policial, desarrollando la investigación del doble asesinato que ocurrió en Paraguay. La narración se ajusta a los códigos del género negro, con la exposición progresiva de pistas, personajes ambiguos y un fondo social que refuerza la tensión narrativa.
Por otro lado, los capítulos incluso pertenecen a una novela histórica más introspectiva, que atraviesa el itinerario de un violín construido por Antonio Stradivari. A través de los siglos, el instrumento pasa a través de diferentes manos, revelando no solo sus aventuras materiales sino también los efectos emocionales y espirituales que causa a quienes lo poseen.
Crédito: fotos de RS