
Madrid, 29 Abr. (Europa Press) –
Los científicos han creado un modelo en ratones que permite eliminar selectivamente virus que infectan bacterias intestinales, conocidas como fagos, sin afectar las bacterias mismas.
Este avance revela que Phagos podría aumentar la sensibilidad de las bacterias intestinales a los antibióticos, lo que podría tener implicaciones importantes para el tratamiento de infecciones y el equilibrio de microbiomas.
Un modelo que elimina y restaura los fagos sin afectar las bacterias
Un equipo de expertos de Virginia Tech (Estados Unidos) ha encontrado una manera de comparar exactamente las mismas condiciones de microbioma intestinal con y sin fagos. Específicamente, desarrollaron un modelo que les permite reducir las comunidades de fagos del microbioma intestinal de un ratón y luego recuperarlos sin afectar las bacterias.
En una prueba de su modelo, los investigadores encontraron evidencia de que los fagos pueden aumentar la sensibilidad de las bacterias intestinales a los antibióticos. Sus resultados se publican en la revista ‘Cell Host and Microbe’.
Debe recordarse que para las especies bacterianas que habitan el intestino, hay una gran cantidad de virus llamados bacteriófagos que las infectan naturalmente. Aunque coevolucionaron con bacterias, los fagos reciben mucha menos atención. Son más difíciles de clasificar y están tan estrechamente vinculados a las bacterias que atacan que los científicos tienen dificultades para comprender sus funciones.
Los fogos podrían aumentar la sensibilidad bacteriana a los antibióticos
En este nuevo trabajo, el equipo de Biólogos de Virginia Biólogos de Bryan HSU y la estudiante de posgrado Hollyn Franklin encontraron una manera de inhibir los virus de una bacteria, pero no a la bacteria misma. Por lo tanto, en sus primeras investigaciones, Franklin encontró un compuesto químico llamado acriflavina que cumplía con los requisitos. Es un componente de un medicamento ampliamente disponible que se usa en Brasil para tratar las infecciones del tracto urinario (ITU).
Franklin comenzó a administrar acriflavina a ratones de laboratorio. Durante 12 días, se observó una reducción drástica en la concentración de partículas virales. Y no se recuperó cuando la administración de la droga. Pero cuando Franklin reintrodujo una pequeña muestra del microbioma intestinal del ratón mismo, extraído antes del tratamiento, las poblaciones naturales de fagos volvieron a la vida. “Desaparece cuando queremos y regresamos cuando queremos”, dice Hsu. “Lo que significa que tenemos un modelo Murino condicional a los bacteriófagos”.
Nuevas preguntas sobre el papel de los fagos en la salud humana
Para ver si el modelo de ratón tenía alguna importancia para la salud, el equipo de investigación de HSU fue directo a uno de los problemas más populares en el campo: el daño colateral que los antibióticos tienen en la población microbiana residente de un paciente. Los antibióticos ahorran millones de vidas cada año, pero la droga ataca indiscriminadamente a bacterias malas, benignas y beneficiosas, alterando nuestro microbioma intestinal y dejándonos vulnerables a los nuevos patógenos. HSU y Franklin usaron su modelo de ratón para administrar antibióticos a ratones con y sin poblaciones de fagos. Sus resultados sugieren que los fagos aumentan la sensibilidad de las bacterias a los antibióticos. “Es difícil sacar conclusiones definitivas, pero estos resultados nos dicen que los fagos tienen cierta importancia en la forma en que respondemos a los antibióticos”.
Las siguientes preguntas, según Franklin, explorarán si los fagos causaron estos efectos o simplemente están correlacionados con ellas, y qué papel juegan los fagos en la enfermedad, lo que abriría nuevas puertas en los estudios de microbiomas.