El periódico El país Presentó el caso de Daniel García, un hombre que pasó 17 en prisión por un crimen que no cometió y que, al recuperar su libertad, descubrió que su casa ya no le pertenecía, porque estaba en manos de la Arquidiócesis de Tlalnepantla.
Ciudad de México, 4 de mayo (Sinembargo) .- Una investigación publicada por el periódico El país descubrió un depósito inmobiliario orquestado por el Archidiócesis de Tlalnepantla, Estado de Méxicoen complicidad con notarios y abogados, que dejaron sin hogar Daniel GarcíaUn hombre que pasó 17 años y medio prisionero por un crimen que no cometió.
Como lo indica el periódico en el informe firmado por el periodista Beatriz Guillén TorresLa casa, actualmente valorada en ocho millones de pesos y ubicada en el número 7 de la calle Ignacio Allende, en el Fraccionamiento deportivo deportivo de San MiguelFue el último bien que mantuvo García Después de perder todo durante su encarcelamiento injusto.
García, un abogado que también era concejal y pastelero, fue acusado del presunto asesinato del concejal María de Los Ángeles Tamés, del Partido Nacional de Acción (PAN), un delito por el cual fue arrestado en febrero de 2002. También fue también acusado de cargos de fraude, extorsión y crimen organizado.
“En febrero de 2002, fue arrestado, arraigado y torturado, en una serie de irregularidades que llevarían a la oficina del fiscal estatal para detener a 16 miembros de su familia”, dijo Guillén Torres en su investigación publicada el 26 de abril.
cuando fue liberado en 2019, descubrió que su casa, que nunca puso a la venta, estaba en manos de la Arquidiócesis de Tlalnepantla. Un póster de “venta” lo alertó, y al investigar, descubrió una operación fraudulenta que se creó mientras se privó de su libertad.
Según el informe de El paísEl despojo del Arzobispado de Tlalnepantla fue ejecutado por dos maneras. En uno, se emitió un “poder especial irrevocable” a favor de Claudia Jovanna Paredes Ezeta, una niña de 20 años que se convirtió en representantes legales de García y su esposa, Magdalena Pérez, sobre la propiedad.
Este documento, emitido en julio de 2003, en el notario 27 del Estado de México, por Guadalupe Rojas Icaza, con una validez de 50 años, llevaba las supuestas firmas de ambos, aunque ni García ni Pérez conocían a Paredes ni habían autorizado tal procedimiento.
Bajo el presunto poder de la propiedad, Claudia Jovanna lo vendió a la Arquidiócesis, que habría ofrecido un pago inicial de 500 mil pesos, y también se habría comprometido a pagar otros dos millones después. “En el contrato de asignación, el arzobispo Ricardo Guizar y su economomo, el religioso Jorge Aguilera Vargas, incluyen representantes en la Ley”, dijo Guillén Torres en el informe.
El periodista explicó que el arzobispado de Tlalnepantla buscó utilizar el contrato de asignación para solicitar una declaración de origen ante el Ministerio del Interior (SEGOB), para verificar que la propiedad se utilizaría como una “casa de ancianos, enfermos y retirados de la Archidiocesis de Tlalnepantla”.
Sin embargo, para la compra de la casa por la Arquidiócesis que se completará, se requirió a Daniel para ratificar la transacción. Por lo tanto, durante su encarcelamiento, García recibió la visita de Juan Manuel Paredes, un hombre que jamás afirmó ver nuevamente y que, acompañado por un notario, trató de presionarlo en ese momento para firmar una venta por 10 mil pesos. García se negó rotundamente, afirmando que no había vendido su casa, por lo que la compra de la propiedad por la Arquidiócesis no continuó.
La segunda ruta, a través de la cual el arzobisón logró apoderarse de la propiedad, se dio a través de un juicio de Usucapion, un proceso legal que permite a una persona mantener una casa cuando se ha encargado de ella durante al menos cinco años.
El juicio en cuestión fue presentado por el antes mencionado Juan Manuel Paredes, quien afirmó poseer desde 1995 “en una forma pacífica, continua, de buena fe y por un período de más de cinco años”, la propiedad de Daniel García, aunque el reclamo de la Cámara no fue a él, sino que el propietario anterior, Gustavo Funes, que murió en 1996 y, por lo tanto, no apareció en el juicio en el juicio, así que el juicio fue el propietario anterior, a la casa, que murió en 1996 y, por lo tanto, no apareció en el juicio en el juicio.
Como se indica por El paísFue el juez Alejandro Albarrán quien emitió una sentencia a favor de Paredes, quien procedió a transferir la propiedad de la propiedad al Arzobispado de Tlalnepantla.
“La conexión entre José Manuel Paredes y la Iglesia está por escrito el 24 de abril de ese mismo año. El hombre nombra dos curas, Jorge Aguilera Vargas y José Alejandro Utrera Patlan. Ambos aparecen en el poder notarial como ministros de adoración con el mismo domicilio que el arzobispo Ricardo Guizar”, dijo el autor de la inversión.
El periodista agregó que los dos párroos hicieron la venta de la propiedad el 12 de diciembre de 2007 en el notario público 102 del estado de México. La iglesia pagó 1.4 millones de pesos a Juan Manuel Paredes.
El país Concluyó su informe con la información sobre el proceso legal que Daniel García ha emprendido contra la Arquidiócesis de Tlalnepantla para recuperar su propiedad.
García, dijo el periódico, exigió criminalmente a la iglesia para el despojo en 2022, con la intención del juicio de Usucapion que permitió a Juan Manuel Paredes mantener la propiedad y luego la cedió a la Arquidiócesis.
En el informe también se mencionó que la persona afectada envió una carta en 2024 al Ministerio del Interior para intervenir en el caso y se observó la Oficina del Fiscal General (FGR).
“El abogado también tocó la puerta de la iglesia y ha entregado personalmente una carta al arzobispo Fernández Hurtado diciéndole lo que sucedió. Todavía no ha recibido una respuesta. Mientras García espera los avances de justicia, gobierno o iglesia, la casa de Ignacio Allende continúa a la venta. Confía en que el estado no falla este tiempo nuevamente”, concluyó el diario.