En un mundo taurino retraído por la falta de referencias, Miguel Giménez acude a Gregorio Tébar, ‘El Inclusero’, para beber de su fuente. La cita es en la plaza de toros de Alicante. Es el tronco de una torería añeja, el sabor clásico del toreo auténtico. El Inclusero, uno de los toreros que mejor toreó de capa en su tiempo -que fue una época de grandes capoteros como Rafael de Paula y Curro Romero-, es pura vitalidad a sus 79 años. Tanto es así que le insiste a Miguel Giménez que se cambiaría por él para iniciar la temporada americana, con la intención de torear entre Perú y Ecuador más de treinta corridas de toros: «No nos ponen en la Copa Chenel por tercer año consecutivo que nos presentamos, pero seguimos preparándonos para mayores retos», asegura el torero nacido en la Pobla de Vallbona, quien ya ha regresado a Lima (Perú), donde vive actualmente.
«Miguel Giménez es un torero con mensaje», señala el maestro, más gallista que nunca, en referencia al Divino Calvo -Rafael, hermano de Joselito- y el misterio del toreo. «Su forma de torear me traslada una protesta de que en España no cuentan con él. Su concepto tiene garra, tiene pureza, es muy transparente… Es diferente y además está con una ilusión enorme, como si fuera un niño que empieza». Así que Miguel Giménez no tiene más marketing que su capote y su muleta y tiene ese parecido a los toreros de antes, con ese perfume de lo diferente.
Un momento de entrenamiento al lado del Banderillero Sergio ‘El Pisa’ / Levante-EMV
¿Sigue creyendo en usted?
Claro que sí. Por eso sigo en el camino del toro. Porque dicen que el toreo es tener algo que decir, un mensaje, un misterio, y tener la capacidad de decirlo, y yo tengo mucho que decir en el toreo.
Con un toro, con una oportunidad que le den, puede cambiar su situación…
Sí… pero también creo que hoy en día no sirve estar bien solamente una tarde, tiene que ser una constante en la vida de un torero, día a día, por eso es tan importante la preparación y el hecho de estar en Perú toreando.
¿Se volverá a presentar a la Copa Chenel?
Por supuesto que sí. Me presentaré en el 2026 a la Copa Chenel, porque cada temporada he toreado más de 30 corrida de toros. Este año podría haber entrado al certamen, pero la no colaboración de los políticos afines al toro en el nombre de la Comunitat Valenciana me perjudicó en Madrid. En otras autonomías sí que apoyan a los toreros de su tierra… Tuve hasta el apoyo del representante de la Fundación del Toro de Lidia de Albacete y Castilla la Mancha, José Antonio Martínez Iniesta, quien fue torero y sabe de mi lucha. Le vuelvo a mandar mi agradecimiento y el apoyo que me brindó. Eso, por ejemplo, es lo que echo de menos de los políticos de València, que estén al lado de los toreros que estamos luchando por abrirnos paso en este mundo.
Se ha rodeado de maestros de la talla del Inclusero.
Sí, es un lujo primero contar con su amistad y después tenerlo como maestro en mi día a día.
¿El maestro le ha hecho sentir esa valía que usted lleva dentro?
Sí, totalmente. Me lo hace ver en cada entrenamiento.
Qué bonito es ese reconocimiento.
Me hace seguir en el camino del toreo. Sentir que todos los viajes a Perú y las corridas de toros que allí afronto valen la pena.
¿Tienen conceptos parecidos?
Sí, el de la pureza y la verdad en la vida y el toreo.
¿Cómo son los entrenamientos con él?
Depende del día. Unas veces nos inclinamos más por la técnica, otros días por la variedad de las suertes tanto en el capote como con la muleta y en recursos muchos ya olvidados. Creo que aquí es donde surge el toreo de antaño, ese que hace identificarme con él.
¿Hacia dónde evoluciona su concepto?
En la estirpe de Manuel Jiménez ‘Chicuelo’, Pepín Martín Vázquez, Antonio Bienvenida, Pepe Luis Vázquez, Antoñete, Luis Segura, Gregorio Tébar El ‘Inclusero’ y ahora Morante de la Puebla. Busco esa línea de la verticalidad y de la hondura en el embroque del muletazo.

La derecha de Miguel Giménez durante su habitación corriendo en la Plaza de Alicante / Levante-EMV
Sin embargo, en Perú tiene un gran ambiente.
Sí, llevo tres años seguido haciendo temporada aquí con más de 30 corridas de toros cada año.
¿Qué le aporta torear en Perú?
Sentirme lo que solo puedo y debo ser en mi vida que no es otra cosa que torero.
¿Entiendo que sueña con que le vean en las plazas de España?
Está temporada, sí. Estoy en contacto con un gran taurino, César Soto, con el que confío muchísimo, lo mismo que él conmigo, para conseguir nuestras metas. Por ejemplo, quiero abrir expectativas para torear en mi València y confirmar alternativa en Madrid. Soy un torero nuevo en España, la afición de València me quiere ver.
¿El toreo es justo?
Sí, aunque los empresarios debieran ser más taurinos y menos mercantilistas; abriendo los carteles y las combinaciones y dándonos ocasiones a los toreros que reunimos condiciones y estamos preparados para ello….