La fundación de las organizaciones civiles y el papaz rojo expresaron su preocupación por la falta de equilibrio en la mesa técnica convocada en el Congreso Colombiano para discutir dos proyectos de ley que buscan actualizar el impuesto al consumo de tabaco, incluidos los cigarrillos electrónicos o de vapers.
Según estos, La composición de este espacio de análisis favorece a las empresas que producen estos productos, al tiempo que excluyen actores clave como el Ministerio de Finanzas y organizaciones independientes del financiamiento de la industria del tabaco, con la autoridad científica en asuntos de Salud pública y fiscal para expresar posiciones sin conflicto de intereses.
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Según las críticas de Anáas y Red Papaz, representantes de compañías como el tabaco británico estadounidense (BAT), Philip Morris, Glu Cloud, Rex y asociaciones como la Alianza Mundial de Vapers, Alterpro y Asovope, todos vinculados a la industria del tabaco. Sin embargo, Las organizaciones civiles indican que no se han incluido entidades independientes que puedan contribuir con perspectivas sin conflictos de intereses. Los grupos afirman que esta situación representa una “interferencia muy clara” de la industria del tabaco en el diseño de políticas públicas dirigidas al control del tabaco.
El proyecto de ley en cuestión, que fue aprobado en el segundo debate por el plenario de la Cámara de Representantes en febrero de 2025, aún debe superar dos debates más en la Séptima Comisión y en el Plenario del Senado para convertirse en ley. Mientras tanto, La red y la Fundación advirtieron que la participación de las compañías de tabaco en la discusión de estas regulaciones contraviene las disposiciones del acuerdo marco de la Organización Mundial de la Salud para el Control del Tabaco, adoptada por Colombia A través de las leyes 1335 de 2009 y 2354 de 2024. Este acuerdo establece que los estados deben proteger sus políticas de control del tabaco de los intereses de la industria del tabaco y evitar cualquier colaboración con esto en la redacción de regulaciones relacionadas.
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En el contexto de esta discusión, Anáas y Red Papaz enfatizaron que La edad inicial promedio en el consumo de tabaco en Colombia es de 17 años, basada en la Encuesta Nacional de Consumo de Sustancias Psicoactivas 2019realizado por el Departamento de Estadísticas Administrativas Nacionales (DANE) y el Ministerio de Justicia.
Además, más de un tercio de la población colombiana, equivalente a más de 16 millones de personas, ha consumido productos de tabaco al menos una vez en su vida. De este total, aproximadamente 1.1 millones han utilizado cigarrillos o vapers electrónicos, que generalmente se promueven como menos dañinos, aunque no hay evidencia científica que respalde esta declaración.
Las organizaciones civiles también enfatizaron que la versión actual del proyecto de ley establece niveles de tasas que podrían generar beneficios significativos para la salud pública y que son sostenibles desde el punto de vista fiscal. Por lo tanto, Pidieron no retirarse en los avances logrados en debates anteriores y garantizar que las decisiones legislativas se tomen sin la influencia de los intereses privados.

Finalmente, Anáas y Red Papaz reiteraron la importancia del Congreso que cumple con su responsabilidad de diseñar y aplicar políticas de control del tabaco que estén alineadas con los compromisos internacionales adquiridos por Colombia.
En ese sentido, agregaron que “en virtud de este acuerdo marco, es responsabilidad del Congreso, como una de las ramas del poder público en Colombia, establecer y aplicar políticas de control del tabaco y proteger estas políticas contra los intereses de la industria del tabaco”.