El mundo del puesto de la Guerra Fría, el que los catálogos de Álvaro García Linera en la incertidumbre del “estupor colectivo, de una cierta parálisis, en el que parece estar suspendido”, ha entrado en un período de proliferación de regímenes políticos híbridos de una naturaleza autoritaria/populista, generalmente de la extrema derecha, que ha fortalecido una tendencia hacia una regresión democrática que cree en la democratatización de sam. Huntington al comienzo de los 90.
El último, y quizás el giro más importante hacia un régimen híbrido (autoritario competitivo como diría Steve Levtisky), ocurrió el 20/01/2025 cuando Donald Trump asume por segunda vez como el Presidente 47 de los Estados Unidos y con un supuesto “control” mayoritario del Estado (de los tres Powers) y su deseo de transformación profunda: como Timothy Naftali Presidential de COLUMUMBIRY TOMA TRANSMACIONES DE LA COLUMBIA. Todo.” Es decir, este país no tuvo problemas para elegir a una persona condenada, negialista, sin preocupación por la democracia, los avances civilizacionales, la justicia o la “verdad” y menos por la estabilidad del escenario internacional. Uno que aspiró desde el primer día para ser “dictador” (autócrata) y que juró imponer “represalias” contra sus “enemigos” (administración pública/estado profundo, prensa, jueces, firmas de abogados, universidades, etc.) en una especie de macartismo o la caza de brujas descritas en el trabajo “las brujas de Salem” por Arthur Miller. Al final, uno que, en su cruzada ideológica/cultural conservadora basada en el realismo del poder y la desregulación del país, no solo está erosionando la democracia y sus instituciones, sino que profundiza los clivativos que causaron la guerra civil de 1861-1865 (“criadas peligrosas en las pilares de la democracia estadounidense”, según el Instituto de Washington).
Abraza en la incertidumbre de hoy misma), la relevancia que han adquirido estos regímenes ha llevado a la academia a producir una variedad de términos para catalogarlos. Así, por ejemplo, encontramos terminologías como la semi-democracia “”, la democracia virtual “”, la democracia electoral “”, la pseudodemocracia “,” democracia iliberal “”, la semi-autoritaria “,”, la autoridad blanda “”, autoritarismo electoral “y” justicia política “o justificación política”. Están la “coordinación internacional antiadical de la izquierda” o la “red política para valores” de José Antonio Kast).
Lo común en todos estos regímenes híbridos, que difieren de la democracia plena, pero también de los regímenes autoritarios puros, es que las instituciones democráticas formales se consideran ampliamente como un medio fundamental para obtener poder y ejercicio de autoridad política a través del reemplazo de ofertas de partisanes (programas y plataformas) por una personificación repetida, en una especie de antipolítico y no political, que solo solo se producen productores y solo productores producidas. Las afirmaciones populistas (generalmente vacías y/o insustestables), usan perfectamente lo que Ilvo Diamanti y Marc Lazar llaman “pueblocracia”. Sin embargo, y el poder, la autoridad y los funcionarios con frecuencia violan las reglas y las leyes, hasta el punto de que el régimen no tiene los estándares mínimos convencionales para definirse como democracia. Hablamos, entre otros, de principios democráticos como participación política universal y justa; respeto por los derechos fundamentales; igualdad ante la ley; pluralismo político; separación de poderes de acuerdo con el “control y los equilibrios” (control y equilibrios); principio mayoritario; etc.
Steve Levitsky and Lucan A. Way (2004) say respect for competitive authoritarian governments, for example, that “although elections are regularly given without fraud, officials constantly abuse the state’s resources, do not offer the opposition an adequate covering of the media, they chase the opposition candidates and their followers and, in some cases, manipulate the results of the elections. Opposition politicians and other government critics can be spied, threatened, persecuted o arrestado.
Chile no es ajeno a esta invitación democrática mundial. En una entrevista reciente, Evelyn Matthei defendió la dictadura cívica-militar del general Pinochet, justificando que “era necesario” evitar que Chile se alineara con el modelo cubano. “Si no, íbamos directamente a Cuba. No había otra alternativa”. Adding that in the first years of the dictatorship the deaths were inevitable … this “false in essence” statement and that it was a repetition of one made in 1999, being shared by a significant number of people not only revealed that in the Chilean policy right (except exceptions) it is still present an incongruous authoritarianism with democratic institutions and values and, therefore, that transitional bleach of which these actors of which these actors of which these actors of which these actores de los cuales estos actores son estos actores. y los partidos de aliento correcto (por cierto, ayudados por las élites demócratas que lideraron la transición), pero sus tres candidatos presidenciales actuales (incluidos Ja Kast y Johannes Kaiser, que también han defendido la dictadura), con pequeñas variaciones, son de esencia autoritaria y, de alguna manera, abogar por híbridos de fórmulas para Chile.
Aprovechando las incertidumbres del presente (conflictos y diversas amenazas mundiales), pero particularmente la guerra contra las drogas y el crimen organizado que monopoliza la parrilla de televisión y el discurso no solo la oposición, junto con la falta de información alternativa y las contra argumentos en la narrativa, ha dado un campo fértil a los tres candidatos sobre el derecho a promover prometidos gobiernos armados en la esencia en la esencia (la petición de abuso de la valiente.Los partidos progresivos en los rehenes de estos mensajes electorales, aquellos que tienen una posición de encarcelamiento autoritaria, represiva y masiva en asuntos de seguridad ciudadana (prisiones al estilo Bukele en el desierto o las islas), olvidando propuestas complejas, sentidos legales o las reformas necesarias de los institutos armados, simplemente porque es un aumento de complejos y de todos los días reales.
Este es un discurso formateado en un tinte de clase, ya que ancla más bien en la pobreza (se ejemplifica en el joven narcotraficante, él es el enemigo para pelear) y no en instituciones como el secreto bancario u otros. Es un discurso lejos de la prevención y la cooperación como una parte sustancial de la solución de fondo del dilema de seguridad. Es uno que al final se vuelve contradictorio y/o con efectos negativos en términos de la limitación de la libertad, la universalidad, los derechos y la justicia en un sentido integral. Es el que se esconde Mecanismos ideológicos y culturales de un modelo económico cuya “teología del bien, la paz y la prosperidad” se basa en el fruto de la fe y el emprendimiento individual (éxito personal), es decir, en una individualización que Reemplaza la justicia social, los derechos, la organización y la movilización o las políticas estatales y públicas. Hablamos sobre la falsa creencia en la meritocracia para el éxito, que es criticada por Michael J. Sandel en varias entrevistas y en su libro “La tiranía del mérito”, entre otros.
Esta estrategia, además de contemplar la desregulación de los mercados (hablar sobre “permisología” como si las normas esconderan solo una burocracia sin sentido y no la protección de algo), la reducción mínima del estado, la privatización de las pocas compañías o instituciones que permanecen en el estado como los grandes co -codificadores que extraen a la mujer, ignorando la diversidad diversa, criminizar la inmigración (kaisers de los 200 migrantes de los 200 migrantes, y construyen 200 migrantes de los 200 migrantes, y construyen 200 migrantes, y construyen 200 migrantes, y construyen 200 migrantes, y construyen 200 migrantes, y construyen 200 migrantes, y construyen 200 migrantes, y construyen 200 migrantes de los 200 migrantes. Campamentos de confinamiento), consagrando el concepto de familia tradicional que ignora la multiplicidad de las estructuras de los padres, lucha contra el aborto e incluso practica la censura en diferentes dimensiones como Kast lo hizo frente al libro “Nicolás tiene 2 padres” (todavía tenemos la cesura y la represión practicada durante la dictadura)
No es trivial, entonces, comenzar a revelar que hay detrás de las propuestas populistas y titulizantes a la derecha, al mismo tiempo para rescatar propuestas más integrales del progresismo como la justicia y el método democrático participativo en la solución de los grandes dilemas sin detener a los problemas de seguridad.
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