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Sorolla in Valencia | Mazón’s cultural effect with a millionaire cost – .

Sorolla in Valencia | Mazón’s cultural effect with a millionaire cost – .
Sorolla in Valencia | Mazón’s cultural effect with a millionaire cost – .

El anuncio del jueves del president de la Generalitat, Carlos Mazón, sobre las negociaciones que está manteniendo con la Hispanic Society of America (HSA) para exponer en València las pinturas de Sorolla de su colección, ha dejado por ahora más preguntas que certezas. Tras su reunión con el director de la institución en Nueva York, Guillaume Kientz, el jefe del Consell aseguró que estaba “ultimando un acuerdo” “ambicioso” para exponer en València “durante bastante ” algunos de los cuadros más emblemáticos del pintor, aunque descartó el traslado de los 14 paneles de “Visión de España”.

Luego, diversas fuentes apuntaron que el proyecto involucrará a de un centenar de obras, que el Consell espera que esté listo antes de 2027 y que implicará la apertura de un nuevo expositivo que posiblemente será el Palacio de las Comunicaciones (antigua sede de Correos) en València. Ante las preguntas sobre el coste del proyecto, qué pinturas llegarán en concreto a València o las condiciones y duración exacta de la cesión, Mazón se limitó a que espera poder dar todos los detalles en “próximas semanas”.

Sin esos “detalles” es difícil calibrar las dimensiones que implica este anuncio, toda vez que el acuerdo entre la Generalitat y la Hispanic Society parece que ni siquiera se ha cerrado. Sí se puede deducir que, en todo caso, el golpe de efecto de cara al fin de la legislatura (si no se adelantan las elecciones) de este posible nuevo y temporal museo Sorolla será importante y que también lo será su coste económico.

Entre 3 y 5 millones en 2007

En este sentido, hay que tener en cuenta que la HSA mantiene oficialmente una política activa de préstamo de obras de arte a instituciones culturales de todo el mundo que no incluye el pago de un alquiler por parte de las instituciones beneficiadas, pero sí que estas asuman una serie de costes: de las obras durante el transporte y la exhibición; conservación, incluyendo cualquier tratamiento requerido antes o después del préstamo; enmarcado o montaje adecuado para la exhibición; embalaje y transporte, asegurando condiciones óptimas de seguridad y conservación; instalación y desinstalación de las obras en el lugar de exhibición y retorno de las piezas al HSA al finalizar el préstamo.

Es decir, en principio la Generalitat no tendrá que pagar por el préstamo de las obras, pero sí asumir unos costes que pueden ser muy elevados. El ejemplo lo podemos encontrar en la propia Comunitat Valenciana y en los entre 3 y 5 millones de euros (según las fuentes) que acabó invirtiendo la Fundación Bancaja -más un seguro por 100 millones de euros por posibles daños- para traer y exhibir entre 2007 y 2010 en València y otras ciudades los 14 paneles de Visión de España y otras pinturas de Sorolla que son propiedad de la HSA.

En avión y con aranceles desde Nueva York

En ese coste se incluyó una restauración realizada en Nueva York por un equipo de seis expertos durante cinco meses, centrada principalmente en la limpieza y retoques de las obras. No se sabe si el acuerdo que ahora negocia la Generalitat y la HSA incluye también una intervención previa de las obras que vayan a venir (en la reunión de Mazón con Kientz también participó la directora del Instituto Valenciano de Conservación y Restauración, Gemma Contreras), pero sí incluirá seguro el coste del transporte en avión de las pinturas sometidas a unas estrictas medidas de conservación de humedad y de temperatura.

Algunas fuentes apuntan que en la cuestión del transporte de las pinturas de Sorolla que negocia Mazón habría que añadir ahora un coste que no existía en 2007: el de los aranceles impuestos por la administración Trump y su respuesta desde . Un gravamen que, en principio, no afecta a las obras de arte, pero sí a los materiales necesarios para su transporte y exhibición -como madera para embalajes, aluminio para estructuras y herramientas especializadas-, lo que incrementaría los costos de envío y montaje.

Una entidad con problemas financieros

El acuerdo que firmó Bancaja para traer las obras de Sorolla en 2007 incluyó también que la entidad valenciana asumiera el coste de la reparación del hall de la HSA y la remodelación de la sala de Visión de España. Se desconoce si el acuerdo que ahora negocian la Generalitat y la institución estadounidense incluirá también alguna contraprestación de este tipo. Cabe recordar que esta posible cesión se está cerrando en un momento en el que la Hispanic sufre importantes problemas financieros. Una situación que facilitaría que la institución acepte desprenderse de algunas de sus mejores pinturas incluso durante un amplio periodo de tiempo, pero también que reclame algunas ayudas (económicas o no) a cambio.

A los costes por el transporte desde Estados Unidos hay que sumar los del montaje de la exposición en València, algo que implicará adaptar algún espacio ya existente que seguramente no ha sido concebido para acoger y mostrar con seguridad unas obras de arte con el valor que tienen las de Sorolla.

Readaptar el espacio

En 2018, la Generalitat estaba presidida por Ximo Puig, el ejecutivo autonómico ya se planteó la posibilidad de reunir las piezas de Sorolla de propiedad pública en el Edificio del Reloj del puerto de València, en lo que iba a ser el primer Museo Sorolla de la ciudad. Pero en esta ocasión, parece que la intención de Mazón es que las pinturas de la HSA se exhiban en el Palacio de las Telecomunicaciones de la Plaza del Ayuntamiento, un edificio que tras ser adquirido por la Generalitat por 23,9 millones de euros acogió en 2023 la exposición de la Colección Lladró, que también incluía varias piezas de Sorolla.

La adecuación de la antigua sede de Correos en espacio expositivo rondó el millón de euros, según fuentes de su organización. Pero fue una intervención temporal y con equipos alquilados que se desmanteló cuando la exposición cerró sus puertas a los cuatro meses de su inauguración.

Así pues, en el caso de que finalmente las obras de la Hispanic Society recalen en el Palacio de las Comunicaciones la adecuación del edificio tendrá que hacerse de nuevo. Y como será, en palabras de Mazón, “durante bastante tiempo” (algunas fuentes apuntan que entre 10 y 15 años), quizá el tipo de intervención tendrá que ser más estable que un alquiler de equipos. El coste entonces superará el millón de euros de 2023, a los que habrá que añadir el derivado del funcionamiento más o menos diario de una exposición que esperará atraer a miles de espectadores.

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