Antes de ‘Nunca digas nunca jamás’, Sean Connery trabajó en un guión para una auténtica locura bondiana
Teniendo en cuenta que ya tiene más de 60 años de historia a sus espaldas, es comprensible que La saga cinematográfica de James Bond ha estado marcada por el caos y las batallas legales en ocasiones.. Por suerte, lejos de ser estrictamente dañinos, estos entresijos permitieron que se materializaran historias como las que os traigo a continuación, en las que nada menos que Sean Connery ejerce de protagonista.
El regreso de Connery
Para contarlo tenemos que remontarnos a 1983, cuando la licencia tomó dos caminos diferentes. Por un lado, en el mes de julio Roger Moore volvió a la vida como el agente 007 en ‘Octopussy’ mientras, por otro, Connery volvió al papel del espía británico después de 12 años en ‘Never Say Never Again’, la producción dirigida por Irvin Kershner se consideró no canónica al no ser producida bajo el sello EON. Pero El plan para el escocés no era exactamente ese desde el principio.
Como explicó el propio Connery, su papel en la franquicia no implicaba estar delante de ella, sino detrás de las cámaras como guionista. Junto al escritor Len Deighton tuvo que escribir un guión para una nueva aventura de 007 que sería interpretada por un actor diferente, pero El proyecto, que se desarrolló bajo el título ‘Warhead’, acabó siendo abandonado. Y, la verdad, teniendo en cuenta lo que pasó sobre él, se nos pasó por alto un auténtico despropósito.
Así lo describió Sean Connery las complejidades argumentales de su obraque incluía tiburones mecánicos:
“Tuvimos todo tipo de eventos exóticos. ¿Conoce esos aviones que desaparecían sobre el Triángulo de las Bermudas? SPECTRE estaba haciendo eso. Había una flota increíble de aviones bajo el mar, habían traído todo un mundo de cosas allí. Iban a atacar el centro neurálgico financiero de Estados Unidos entrando por las cloacas de Nueva York, cosa que se puede hacer, justo en Wall Street. Tendrían tiburones mecánicos en la bahía y se apoderarían de la Estatua de la Libertad, lo cual es bastante fácil, y tendrían el. línea principal de tropas en la isla Ellis. Ese tipo de cosas.”
Una serie de eventos desafortunados
La concepción de ‘Warhead’ fue fruto de dobles juegos, traiciones y artimañas judiciales que bien podrían formar parte de una novela de espías. En los años 60, Ian Fleming quiso adaptar sus obras literarias de 007 a la gran pantalla, y trabajó con el productor Kevin McClory y el guionista Jack Whittingham para llevarlo a cabo. Sin embargo, se consideró que El proyecto resultó demasiado caro para materializarse y acabó metido en un cajón… no por mucho más tiempo.
Y Fleming, presumiblemente, decidió utilizar las ideas de McClory y Whittingham para escribir la novela ‘Enter Thunderbolt’, en el que sus antiguos compañeros no fueron acreditados. Eso sí, el productor no dudó en demandar a Fleming, consiguiendo los derechos legales de la historia en 1963 e iniciando a mediados de los años 70 el proyecto cinematográfico de su propia ‘Thunderbolt’, que acabaría siendo la malograda ‘Warhead’ de Connery. y Deighton.
Por fin, la locura con los tiburones de metal y los asaltos clandestinos a Wall Street Se quedó en el estante por problemas legales.como no estaba claro quién poseía los derechos de nombres como los de la organización SPECTRE y su pérfido líder Blofeld, por lo que la solución pasó por dar a luz un ‘Nunca digas nunca jamás’ que no dejaba de ser una especie de remake apócrifo de ‘Operación Thunder’ y cuyo rodaje, por supuesto, Ian Fleming intentó detener sin éxito.
De todo este drama sólo saco una conclusión: Ojalá pudiera viajar al pasado y hacer todo lo posible para que ‘Warhead’ vea la luz. Algo me dice que nos perdimos una rareza única que seguiríamos recordando con el mismo cariño que otros desastres bondianos como ‘Moonraker’.
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