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Durante la última década Luca Guadagnino ha demostrado ser uno de los directores más inquietos y personales de su generación. Ya sea una crónica de un embriagador amor de verano en la campiña italiana de los años 80, una pesadilla satánica en el Berlín de la posguerra o una road movie de caníbales adolescentes en la América profunda, El cineasta italiano siempre ha sabido dejar clara su identidad como autor.tomando caminos muy distintos para explorar sus obsesiones con una misma idiosincrasia.

Con su nuevo largometraje, ‘Rivales’, Guadagnino se atreve con otro género, el cine deportivo, y lo hace suyo, acercándose a él desde su particular perspectiva estética y narrativa para componer Un triángulo amoroso lleno de pasión, tensión y rivalidad.. Con un trío de ases en sus manos -Zendaya, Josh O’Connor y Mike Faist-, el director presenta un partido de emociones fuertes diseñado para atraer a un público más amplio y hacerlo vibrar con cada giro y golpe de la raqueta.

En sus más de dos horas de metraje Da la sensación de que no hay nadie más en pantalla que sus tres protagonistas.. Es una película que se sostiene total y absolutamente sobre sus hombros tensos, donde todo gira en torno a ella y al mismo tiempo no existe nada más. Tashi Duncan (Zendaya) es una ambiciosa ex estrella del tenis convertida en entrenadora de su marido, Art Donaldson (Faist), un jugador en una racha de derrotas que participa en un torneo Challenger para recuperar su confianza. Allí le espera una sorpresa: su oponente es Patrick Zweig (O’Connor), su ex mejor amigo y expareja de su actual esposa. Y bueno, digamos que a partir de ahí la cosa se calienta, en más de un sentido. Y mucho. *Inserta emojis de fuego y tres gotas*

Y también en más de una época, porque partiendo de esta premisa nació la película, cuyo excelente guión original de Justin Kuritzkes, Salta entre el pasado y el presente como si se tratara de un partido de tenis y nosotros fuéramos la pelota yendo de un extremo a otro de la cancha.. Así es como Guadagnino fragmenta una historia construida entre épocas, explorando los efectos a largo plazo de las decisiones y el azar, y con cada salto suma nuevas capas a los personajes y su complicada relación a tres bandas. El director propone así un juego fascinante en el que la perspectiva y la información son claves para sacar conclusiones sobre cada uno de ellos y sus motivaciones.

Qué bien se lo pasa Guadagnino, lanzando balones con efecto a sus protagonistas, tensando la frágil cuerda que los une y sacando a relucir su racha más deliciosamente cachonda. En ‘Rivales’ encontramos al director en su faceta más lúdica. Disfruta de los dobles sentidos (el uso constante del verbo ‘beat’/’machacar’, bravo), llenando la pantalla de imágenes sugerentes sin ningún tipo de sutileza, incluidos varios símbolos fálicos con los que subraya el homoerotismo latente a lo largo de la película (que primer plano de O’Connor comiendo un plátano mientras mira con picardía a Faist ese churro devorado por los dos en una de las escenas del pasado), y carga el ambiente con electricidad que hace que salgan chispas de la pantalla.

El Guadagnino de siempre, pero diferente

Técnicamente, Guadagnino también está más rebelde que nunca. La sensualidad con la que filma los cuerpos –muy de cerca, con un erotismo casi insoportable y sin apenas mostrar nada explícito– vincula sin duda la película con sus trabajos anteriores. Pero aquí también el director hace cosas con la cámara que nunca antes había hecho. Más experimental y videoclip en las escenas de acción en el campo, que a su vez son muy realistas. Haciendo gala de un dinamismo brutal, filma los partidos con brío y virtuosismo, probando diferentes técnicas y jugando con los puntos de vista para crear una experiencia inmersiva y mostrarnos algo prácticamente inédito en el cine deportivo.

Los golpes se sienten en primera persona, las gotas de sudor nos salpican y tras algunas escenas necesitamos beber agua.. Pero los partidos son más que una simple exhibición técnica del director y una exhibición física de los actores, absolutamente convincentes como profesionales del tenis. Es claro el paralelo que Guadagnino traza constantemente entre esas escenas y los momentos más íntimos, el noviazgo, la tensión sexual, la traición, los secretos, la manipulación. El balón va de un lado a otro tanto dentro de la cancha como fuera de ella. Un combate que se vuelve más cruel y malvado a medida que avanza la historia y conocemos mejor a Tashi, Art y Patrick (o eso creemos).

El Banda sonora invasiva y atronadora de Trent Reznor y Atticus Ross. -una música electrónica muy en la línea de su celebrado y oscarizado trabajo en ‘La Red Social’, pero aún más contundente- se encarga de acentuar esos momentos de tensión creciente, irrumpiendo de repente para ponernos aún más nerviosos. Puede resultar incómodo, pero esa es la intención, elevar nuestro ritmo cardíaco para que vivamos las discusiones como si fuéramos esa pelota que va de un lado a otro a gran velocidad, sacudida con la violencia del despecho, el deseo y la ambición. . Qué divertido es ser esa pelota.

Porque quien espere un drama de ‘Rivals’ se va a llevar una sorpresa, porque sin restar importancia a sus momentos más serios, muy efectivos, Guadagnino ha creado principalmente una comedia., agudo y agresivo, pero en definitiva una comedia. Llena de descaro, inteligente, consciente de sí misma y muy, muy sexy, con la que persigue la complicidad del espectador, al que busca hacerle cosquillas y calentarlo constantemente. Como sus personajes.

Juego, set y partido para Zendaya

En un momento de la película, Tashi se refiere a Art y Patrick como sus “pequeños niños blancos”, afirmando su control sobre ellos y la narrativa. Ojo, no debemos subestimar lo que hacen: O’Connor es tremendo, carismático, volátil, un sinvergüenza absolutamente irresistible.. Faist es una presencia más tranquila y mesurada, pero crece a lo largo de la película, revelando gradualmente una interpretación muy precisa que crece en matices.

Zendaya

La amistad entre Art y Patrick es la columna vertebral de la película y la química entre Faist y O’Connor es el material que utiliza Guadagnino para dar rienda suelta a sus sueños más húmedos, demostrando una vez más el maestro del homoerotismo que es. La película está llena de momentos provocativos y diálogos candentes que pondrán nerviosos a más de uno. Son especialmente apasionantes las escenas que transcurren en el pasado, en las que La energía sexual entre los personajes se desborda.como en ese primer encuentro entre los tres que desata risas nerviosas.

Pero está claro que el MVP aquí es Zendaya. La actriz es absolutamente imparable. Tras demostrar su enorme talento en ‘Euphoria’ y ‘Dune: Part Two’, con ‘Rivals’ pone la piedra definitiva en su camino hacia el estrellato actoral. Su carácter es sin duda el más complejo y sabe navegarlo con ejemplar firmeza.. Tashi está al mando y Zendaya también, bordando la tormenta de sentimientos que definen al personaje, su aplomo, su frialdad, pero también su vulnerabilidad, su miedo, su frustración. Hay pocas actrices de su generación que digan tanto con un gesto.

“El tenis es una relación”, y el cine también

Zendaya, O’Connor y Faist Se entregan completamente y con total confianza a Guadagnino, poniendo su talento y su cuerpo al servicio de su visión.. El beneficio, por supuesto, es mutuo, ya que el director hace maravillas con ellos, pero material como este también es la oportunidad perfecta para lucirse como actor, siempre y cuando decidas que vale la pena dejarse toda la piel -y fluidos-. En la corte. Y los tres lo hacen, con grandes resultados. Dentro de unos años aparecerán en todas las listas de los mejores triángulos amorosos del cine reciente.

‘Rivales’ es una experiencia visceral con mucho ritmo. Elegante, eléctrica, sofisticadamente guarra y también agotadora. Cierto es que en su tramo final puede estirarse demasiado, prolongando en exceso el clímax con varios finales falsos. Pero no sería extraño que ese fuera exactamente el plan de Guadagnino, dejarnos exhaustos antes de dar el golpe final con un partido final trepidante y trepidante. Eso sí, si su intención era dejarnos sudando y con la lengua en el suelo lo ha conseguido.

8

El mejor: El trío protagonista. Cómo se filman los partidos. Qué sexy es sin ser explícito. Su sentido de la comedia.

El peor: Que se estira demasiado en su recta final.

 
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