El problema energético de Argentina, en particular el mantenimiento del mercado eléctrico, no está del todo resuelto, debido a la fuerte deuda que mantiene el Gobierno con la empresa gestora del sistema Cammesa y a través de ella con los generadores de energía.
Parte de la imposibilidad de afrontar la situación es que aún con la conocida recomposición tarifaria -que la política califica como un “tarifazo”- no alcanza con el dinero necesario para pagar a los generadores y el escenario “podría encaminarse hacia la judicialización”. ” ellos dijeron. a La voz fuentes comerciales.
La demanda de energía se ve “ayudada” por los frenos en las fábricas, que retrocedieron a los niveles de 2010. Mientras que en enero del año pasado la caída en el uso de la capacidad instalada de la industria fue del 63%, en el mismo mes de este año cayó al 54,6% y en febrero tuvo un repunte de tres puntos que casi no modificó la necesidad. para electricidad y gas.
Según datos de Cammesa, los grandes usuarios industriales demandaron en enero un -5,1% de electricidad en la comparación interanual, en febrero subió un 1,1% y en marzo volvió a caer un -13%.
A lo largo del año pasado, el consumo medio de gas natural, por su parte, cayó un -1,2%, debido principalmente a cuatro variables: el uso de GNC cayó bruscamente (-5,4%), casi similar a la caída de la demanda residencial (-5,1 ) y la demanda exportadora (-4,8%). La generación también demandó menos (-3%).
En estas caídas influyó que hubo un recorte de subsidios y aumentaron las tarifas, menos de lo que van a aumentar ahora, pero crecieron. Por otro lado, el uso de gas comercial subió fuertemente (+11,4), ¿por la lluvia de pesos que tuvieron gastronomía y hoteles durante el año electoral?
Más caro, menos demanda
La consultora G&G Energy estimó que en el año la demanda de electricidad disminuirá un 15% anual, con un impacto del -11,9% en la industria, lo que tiene una contracara: mayor oferta de gas por la menor necesidad de este combustible por de los generadores.
Un tema central en este panorama es la interrelación de la deuda del Tesoro con Cammesa, el shock tarifario y el complejo retiro de subsidios. En marzo, el ahorro producido por el plan “motosierra” ascendió al 9% ($763.429 millones) en subsidios energéticos. Pero no es suficiente porque la deuda es enorme.
La deuda de Cammesa asciende a US$ 1.250 millones (pero en pesos) y se acumuló en un trimestre. En ese número está la deuda exigible de las generadoras, que sería de US$ 313 millones. También hay otras deudas adicionales multimillonarias, como la del Fondo para el Desarrollo de Energías Renovables y con el Foninvemem.
El ministro Luis Caputo ofreció pagar estas obligaciones con instrumentos que no convencen a los acreedores, dado que vencen en 2038, sin intereses ni bono a dos años. dólar vinculado en pesos, ajustable por el tipo de cambio oficial. El temor subyacente del mercado es que el sistema llegue, declarada o indirectamente, a una por defecto.
¿Resiste la segmentación?
Hay otro tema que complica el esquema de recaudación del recurso para poder pagar al mercado eléctrico lo que generó. Es la forma en que se juntan segmentación y límites sociales para ajustar aún más las tarifas.
Por ejemplo, la segmentación N2, con subsidios totales debido a los bajos ingresos, involucra a casi la mitad de todos los usuarios de electricidad. Hay 7.971.597 clientes (hay que multiplicar por 4 para medir una familia típica). El N3, que mantiene parcialmente las subvenciones, alcanza a 2.826.360 cuentahabientes y el N1, sin ningún tipo de subvención, suma 5.327.173.
Otra disquisición que habla del volumen del problema: quienes están en la segmentación N2 representan el 60,1% de la demanda eléctrica total. Es de 39,2 gigavatios/hora. Los que pagan la tarifa completa (en teoría, los más “pudientes”) consumen 15 GWh y los N3, 1,8GWh. Traducido, quienes más consumen en términos totales son aquellos cuya tarifa puede ajustarse menos.
Con estos datos, el fórceps creado por la deuda del Estado con Cammesa es difícil de resolver porque como está diseñado hasta el momento el esquema de recomposición tarifaria, hay poco margen para recaudar fondos de los usuarios destinados a realizar parte de esos pagos y así estabilizando el sistema.
Deja que los generadores aguanten
En esto aparece una razón política: en lugar de insistir en más aumentos en las facturas de electricidad, lo que enerva a la calle, Caputo prefiere presionar a las empresas para que acepten mecanismos de pago que se parecen un poco a los bonos Bopreal destinados a cubrir la deuda de las empresas con proveedores extranjeros.
El bono AE38 que les ofreció el ministro cotiza al 50%, un recorte que tiene ese tufillo a por defecto citado.
En ese recorrido, Caputo contaría con el apoyo de dos sacerdotes del sector. Uno es obvio, Horacio Marín, presidente y director general de YPF. El otro es Marcos Bulgheroni, director general de Pan American Energy Group (PAE), empresa que viene creciendo rápidamente en el mercado.
Los más afectados por esta oferta son generadoras como Pampa, Central Puerto, MSU Energy y Albanesi que se endeudaron en dólares para realizar inversiones. Albanesi, por ejemplo, está terminando la ampliación de la planta Modesto Maranzana, que opera en Río Cuarto. ¿Habrías comenzado el trabajo si hubieras conocido este escenario de antemano?
