El Banco de España ha observado “margen de mejora” en la información que el banco da a sus clientes sobre las medidas contempladas en el Código de Buenas Prácticas Hipotecarias, tal y como recoge el Informe de Supervisión 2023 que el supervisor publicó esta semana. . La agencia explica que en 2023 ha llevado a cabo una revisión “específica” sobre el cumplimiento por parte de las entidades de las obligaciones de informar sobre las medidas contenidas en los dos códigos, el destinado a deudores vulnerables y el centrado en aquellos que se encuentran en riesgo de vulnerabilidad. Estas obligaciones son básicamente aplicar las medidas previstas, sujetarse a dichos códigos, comunicar su contenido a los clientes y remitir la información al Banco de España. Tras recabar datos, el Banco de España ha confirmado que los bancos pueden mejorar la información que proporcionan sobre ambos códigos a través de sus páginas web, en las comunicaciones dirigidas a los clientes y en la formación que imparten a sus empleados respecto a estos códigos. . En su informe de Estabilidad Financiera Primavera 2024 publicado esta semana, el Banco de España explica que el uso de Códigos de Buenas Prácticas se disparó en 2023, aunque sus volúmenes siguen contenidos respecto al saldo vivo hipotecario de las entidades. En 2023, los bancos recibieron 61.428 solicitudes de adhesión al Código de Buenas Prácticas, de las cuales aprobaron 7.919, el 12% de las solicitudes recibidas, y rechazaron 25.818, el 43%. La mayoría de los rechazos, más del 80%, se debieron a que las solicitudes no cumplían los requisitos objetivos para acogerse a las medidas. Estos datos contrastan con los de 2022, cuando las entidades recibieron 5.751 solicitudes y aprobaron 1.352 (23%), mientras que rechazaron casi el 65%. Respecto a la calidad crediticia de las operaciones que se han beneficiado de los códigos, el Banco de España señala la existencia de un “cierto deterioro” en 2023. “Debido a la orientación de estas líneas hacia hogares vulnerables o en riesgo de vulnerabilidad, se esperaba que se observarían peores ratios de calidad crediticia que para toda la cartera de crédito a la vivienda”, explica en concreto. Así, detalla que del volumen de deuda sujeta a estos códigos, el 46,9% corresponde a operaciones reestructuradas dudosas, lo que supone un incremento de 1,5 puntos porcentuales respecto a diciembre de 2022; el 2,7% a operaciones dudosas no reestructuradas, con un aumento de dos puntos porcentuales, y el 26,4% a operaciones en vigilancia especial, que aumentan 5,3 puntos porcentuales. Cabe recordar que a finales de 2022, el Gobierno y los bancos acordaron reformar el Código de Buenas Prácticas Hipotecarias de 2012 para deudores vulnerables y crear un código para familias en riesgo de vulnerabilidad -este último vigente hasta finales de 2024- antes de el rápido aumento de los tipos de interés por parte del Banco Central Europeo (BCE) y la previsión de un empeoramiento de la economía. Así, el Ejecutivo estimó en aquel momento que estas medidas podrían beneficiar a un millón de hogares, cifra que luego el Banco de España redujo a 549.000 potenciales beneficiarios debido al mejor comportamiento económico.
