Con el ritmo de liquidación muy lento, el campo recaudó un 16% menos de dólares que el año pasado.

Con el ritmo de liquidación muy lento, el campo recaudó un 16% menos de dólares que el año pasado.
Con el ritmo de liquidación muy lento, el campo recaudó un 16% menos de dólares que el año pasado.

Si bien el volumen operado en el mercado cambiario se recuperó en la última rueda, lo que indica que los exportadores volvieron a ingresar divisas, lo cierto es que el ritmo de liquidación está muy por debajo de lo esperado. Hasta el punto donde está por debajo de los niveles de abril del año pasado, cuando los ingresos por cosecha se vieron brutalmente reducidos por la sequía.

Las estadísticas indican que, hasta ayer, en abril 16,3% menos divisas que en la misma época del mes del año pasado. De hecho, los exportadores del sector de cereales y oleaginosas liquidaron anteayer apenas USD 32 millones, en una jornada que, como la anterior, estuvo marcada por un bajísimo volumen de operaciones. El bajo nivel de actividad cambiaria estuvo directamente relacionado con el mal clima en los mercados globales, como consecuencia tanto del impacto del ataque de Irán a Israel durante el fin de semana como de un escenario más complejo ante la perspectiva de altos tipos de cambio internacionales. más tiempo, dados los datos negativos de inflación en Estados Unidos.

Ese panorama empezó a aclararse. Sin embargo, se están agregando nuevos elementos que frenan el flujo de divisas y retrasan el proceso de acumulación de reservas.

Uno de los principales puntos señalados por los sectores productivos y también por los exportadores es malas condiciones climáticas. Las lluvias no sólo complicaron la cosecha por la alta humedad del suelo, sino que generaron dificultades en los caminos, lo que dificultó también la llegada de camiones a los puertos.

Al mismo tiempo, el precio internacional de los granos continúa cayendo, precisamente por el contexto internacional, lo que es un incentivo para que los productores retrasen las ventas lo más posible. A esto último se combina también un escenario interno de un tipo de cambio sobre el que se esperan ajustes pese a que el Gobierno rechaza sistemáticamente la posibilidad de aplicar una modificación al ritmo de devaluación, actualmente del 2% mensual.

“Es una mezcla de varios temas”, admitieron. Infobae entre los exportadores. “Por un lado, los precios internacionales de la soja siguen bajando y eso nos lleva a esperar una mejora si cambia algo el escenario global”, admitieron. De todas formas, volvieron a señalar al clima como el principal enemigo de la entrada de dólares, en este caso por razones contrarias a las del año pasado. “Las lluvias retrasaron las entregas a los puertos y también a la molienda”, explicó.

De hecho, en los primeros tres días de esta semana ingresaron al puerto de Rosario menos de 3.500 camiones, la mitad de los que ingresaron en los últimos tres días hábiles de marzo, previo al feriado extralargo.

Pero no todo se explica por el clima. También hay cierta expectativa de que, dados los bajos precios internacionales, la mejora se pueda dar por el tipo de cambio oficial. Hay dos posibilidades para que esto suceda. Por un lado, que el Banco Central finalmente acelere el ritmo con el ritmo de clavija móvil. Sin embargo, no hay señales de que esto vaya a suceder. De hecho, la señal en ese sentido serían las dificultades de la entidad para adquirir divisas, algo que en los últimos días pareció manifestarse ante las magras compras. Sin embargo, en las últimas horas la acumulación volvió a repuntar, con reservas brutas que se acercan a los 29.500 millones de dólares, tras ganar 198 millones de dólares en el mercado.

Una segunda posibilidad es que esta aceleración acabe produciéndose de forma relativamente forzada. El cambio de expectativas en el mercado internacional respecto de la tasa de interés de Estados Unidos, que no caería al ritmo esperado dado su sostenido nivel de inflación, provocó una salida de capitales de los mercados emergentes que golpeó sus monedas, incluido el real brasileño. Si persisten las presiones devaluatorias, aumentarían las dificultades del Gobierno para mantener sin cambios el ancla del tipo de cambio, lo que, una vez más, alienta a los productores a retener los cereales.

“Hay un mayor nivel de ensilaje en el campo que en años anteriores”, reconocieron los exportadores, en la jerga de los productores. En términos más coloquiales, este año se presenta un mayor nivel de retención de granos en silobolsas.

 
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