Las acciones del gigante bancario suizo UBS se han desplomado hasta un 4% este martes, en medio del alto precio de las reformas financieras previstas en Suiza, que podrían requerir 20.000 millones de francos (20.600 millones de euros) en nuevo capital. El regulador suizo ha endurecido las reformas en el sector bancario tras el colapso de Credit Suisse en 2023, cuando la salida masiva de depósitos obligó a una intervención de emergencia de las autoridades para vender la entidad a su gran rival, la UBS, por un precio casi simbólico. de 3.000 millones.
Entre las nuevas reformas, el regulador propone que se exija a los bancos mantener un capital significativamente mayor que el de los bancos extranjeros con presencia en el país. La ministra de Finanzas suiza, Karin Keller-Sutter, confirmó las medidas a los periodistas de Tages-Anzeiger la mañana de este martes, aunque no ha precisado la cifra exacta; Esto podría oscilar entre 15.000 y 20.000 millones de francos.
La entidad es la peor del índice de referencia suizo SMI. Además, la cotización del banco se ha desplomado un 10% en el último mes, de 28 francos (28,84 euros) a poco más de 25 (25,75 euros) en la Bolsa de Zurich. La mala racha del mercado de valores empeoró la semana pasada después de que el regulador bancario publicara un plan de 22 puntos que detalla las reformas propuestas para el sector. “La implementación del paquete debería reducir significativamente la probabilidad de que otro banco sistémicamente importante en Suiza sufra una crisis grave y que el Estado necesite adoptar medidas de emergencia”, ha detallado el Gobierno suizo en el plan. Además, entre las nuevas medidas, el gobierno estudia la posibilidad de dar el poder de imponer multas a Finma, la CNMV suiza.
La UBS ha perdido más del 7% de su capitalización bursátil desde 2023, de casi 100.000 millones de francos (100.200 millones de euros) a 92.000 millones de francos (94.700 euros). Este último desafío se suma a un año difícil para el balance de la UBS, que declaró, tras presentar los resultados del último ejercicio fiscal, que afrontará más gastos en 2024 como consecuencia de la compra de Credit Suisse. Estos gastos extras se computarán en el segundo trimestre del año.
Sin embargo, desde que la UBS acordó absorber la entidad el pasado mes de marzo, sus acciones se han disparado un 60%. Además, a principios de mes, la entidad anunció su objetivo de recomprar hasta 2.000 millones de acciones en dos años como forma de recompensar a los accionistas. Las acciones de UBS comenzaron abril en máximos de 16 años después de que los inversores aprobaran la fusión.
Sin embargo, la mayoría de esas ganancias se borraron rápidamente a medida que la entidad enfrenta mayores restricciones regulatorias por parte de Finma y el Ministerio de Finanzas, junto con la presión de los accionistas para superar a sus contrapartes norteamericanas. El banco de inversión suizo cuenta con el visto bueno del 56% de las firmas de análisis, y el apoyo casi unánime de Wall Street, excepto el de Barclay’s, que tilda las actuaciones de “peores que el mercado”.
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