Pese a la desaceleración, los precios de los alimentos superaron al dólar oficial y también al dólar financiero

Pese a la desaceleración, los precios de los alimentos superaron al dólar oficial y también al dólar financiero
Pese a la desaceleración, los precios de los alimentos superaron al dólar oficial y también al dólar financiero

La corrección de precios relativos llevada a cabo por el Gobierno tiene, hasta el momento, un impacto parcial. Esos precios retrasados, principalmente tarifas pero también otros servicios de sectores regulados como el prepago -ahora con libertad de acción en términos de precios- comenzaron a ajustarse fuertemente para igualar el aumento acumulado de la inflación. En algunos casos, según el propio ministro de Economía, Luis Caputo, esa “actualización” parece excesiva, como es el caso de la medicina privada.

Pero ese no es el único problema y, posiblemente, tampoco el principal. Porque en la medida en que en los últimos años los precios de los servicios quedaron rezagados respecto de la inflación y marcaron una diferencia cada vez mayor con los precios de los bienes, estos últimos no sólo superaron el nivel general de inflación -precisamente promediando con los servicios- sino que también lo hicieron medidos. en términos del dólar contado con liquidación (CCL), además del oficial, claro.

Es decir, los bienes, o al menos un grupo importante de ellos, muestran hoy precios “avanzados” cuya corrección se observa más bien lentamente o, en absoluto, en absoluto. El caso más destacable es el de la alimentación.

Del equipo de Grupo Romano, el economista Salvador Vitelli realizó un comparativo de la evolución de los precios de alimentos y bebidas con el valor tanto del dólar oficial como del CCL en los últimos 5 años, es decir, desde abril de 2019.

En pocas líneas, el resultado mostró que a diferencia del dólar oficial, la variable con mayor impacto en el rubro y que debería determinar gran parte de la trayectoria de sus precios, Alimentos y bebidas acumulan un incremento del 41% en los últimos años al tipo de cambio oficial. La brecha se reduce al 14% si la comparación es con el dólar financiero. “El resto de los bienes se comportan de manera similar, siendo los servicios los que muestran un mayor retraso con caídas del 11% frente al dólar oficial y del 28% frente al CCL”, agregó el economista.

La pregunta que surge ahora es si, dada la desaceleración de los precios de los alimentos, que según distintas mediciones ya es de un dígito, será suficiente para corregir este “avance”, ya que prácticamente debería ser necesario un proceso de “deflación” en la categoría. La verdad por el momento es que los “bienes transables” (como los alimentos) reaccionaron más rápida y violentamente a la inflación, mientras que los “bienes no transables” (servicios) lo están haciendo ahora, dejando atrás a los primeros.

En cualquier caso, se trata de una distorsión que no es nueva. Un informe de GMA Capital ya calculó, en septiembre del año pasado, la magnitud de esta brecha de inflación. En ese momento, en plena campaña electoral, el gobierno anterior había ordenado un nuevo congelamiento de tarifas que, como era de esperar, empeoró la situación.

A esa fecha, los precios regulados acumulaban un aumento de 406% desde el inicio de la administración, cifra modesta comparada con el 655% que acumulaba la inflación subyacente, es decir, la de esos precios sin considerar precisamente los regulados y ni productos de temporada. Este relativo retraso de los servicios, que se profundizó en los últimos meses del año pasado con el congelamiento, respondió en parte, como ahora, también a que las mercancías se adelantaron en lo previsto.

Para corregir este fenómeno, supone Vitelli, no necesariamente habrá un proceso de deflación de estos precios. “No necesariamente deflación, pero es un fenómeno que ya ha empezado a darse y que empieza a ir más rápido que los bienes. La devaluación acelera los precios de los transables pero los no transables se quedan atrás. Luego empiezan a recuperarse”, afirmó el analista.

 
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