La economía vuela y Wall Street no sabe si seguirla o alegrarse

El informe laboral de marzo no tiene fisuras. ¿A qué ritmo está creciendo la economía en tiempo real? Todo apunta a que, al menos, en un rango anualizado de entre el 2% y el 2,5%. Wall Street: ¿Vender en abril, quizás, en lugar de mayo?

Estados Unidos despega. Es un volcán de actividad. Al auge de los servicios se unió la resurrección de la industria manufacturera (y también de sus precios). Ciertamente no es lo que la Reserva Federal tenía en mente en diciembre cuando tachó una subida de tipos pendiente y proyectó tres recortes hasta 2024. A estas alturas, la fortaleza que está surgiendo por todas partes en las estadísticas no puede explicarse sólo como un error de medición. . Cada vez se confirma más que la supuesta aberración de los datos de enero y febrero, su exuberancia, es un reflejo de la realidad. En marzo, Estados Unidos creó 303 mil nuevos empleos netos cuando se estimaba que serían 214 mil. Es el registro más alto de los últimos diez meses. La moderación del empleo es una hipótesis loable pero no verificada. La aceleración es notable. En el primer trimestre se crearon 276 mil nuevos puestos mensuales frente a los 251 mil de media en 2023. La política monetaria es restrictiva, afirma una FED de brazos cruzados desde julio. El mercado laboral, sin embargo, no se dio cuenta.

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La tasa de paro (3,8%) bajó una décima en marzo. Acumula 26 meses consecutivos por debajo del 4%, la definición oficial de pleno empleo. Es un récord de más de 50 años. Todo el recorrido de las tasas de los fondos federales desde cero hasta 5,50% se realizó sin que yo prestara atención. Como si aumentar las tasas de golpe fuera trivial. Las tasas reales fuertemente positivas tampoco hacen mella. ¿Por dónde entran las balas (porque no se puede negar el disparo)? El informe laboral de marzo no tiene fisuras. La duración de la semana laboral aumentó y también la tasa de participación (la oferta laboral). Y, al mismo tiempo, se moderan las presiones salariales (aunque no es la mejor fuente para corroborarlo). Es una postal –está de moda decirlo– del carácter excepcional de la economía estadounidense. ¿A qué ritmo está creciendo en tiempo real? Todo apunta a que, al menos, en un rango anualizado de entre el 2% y el 2,5%. Y podría llegar incluso al 3%. Será el séptimo trimestre consecutivo por encima del 1,8%; la velocidad máxima compatible con la estabilidad de precios (en pleno empleo), según la FED. Habrá que hacer algo. Si la política monetaria no lo restringe (todavía no), tal vez al menos se pueda cambiar la señal.

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Wall Street no sabe qué hacer después de cinco meses inolvidables. ¿Y la Reserva Federal?

Reuters

La encrucijada de Wall Street tras cinco meses inolvidables

La economía vuela y Wall Street no sabe qué hacer después de cinco meses inolvidables. ¿Continuar, continuar? ¿O decir saludos y marcharse? El S&P 500 subió un 25%. Su capitalización creció en 11 billones de dólares sobre múltiplos que aumentaron hasta 21 veces las ganancias futuras. ¿No será demasiado para un solo envión? La prudencia aconseja desensillar. La foto es perfecta, ¿cómo se podría mejorar? Marzo cerró espectacularmente. Abril empezó cuatro días a la inversa. ¿Vender en abril, quizás, en lugar de mayo? ¿Por qué no? Sólo porque el empleo generoso apuñaló la espina de la duda. ¿Será que aún no se ha servido la guinda del pastel? ¿Y?

Pero la economía vuela como Ícaro y la imprudencia es contagiosa. De ahí el repunte del viernes. Tentan a unos balances que deberían ser muy buenos. Los precios de los bancos se están relamiendo como si descontaran un pleno. Sin embargo, en paralelo, llega la primera lectura de inflación de marzo, y se produjeron excesos en enero y febrero. Si el consenso es correcto y marzo muestra un aumento del 0,3%, la inflación anualizada del primer trimestre saltará al 4,1%, el doble a finales de 2023. Lo mismo que hace un año. No en vano, Neele Kashkari, de la FED de Minneapolis, ya ha advertido de que si la inflación no retoma su marcha no habrá recortes de tipos este año. Y la gobernadora Michelle Bowman fue más allá. Incluso mencionó la posibilidad de un aumento.

Con el petróleo rondando los 90 dólares el barril y la recuperación y la actividad industrial de China ejerciendo presión sobre las materias primas, la foto perfecta podría surgir. No se trata sólo de Wall Street, la FED también debe medir sus próximos pasos. Excepto que Powell permanecerá al margen. Actuará como árbitro. Los tipos a largo plazo que han subido, pero poco, harán el trabajo sucio. Así ocurrió el año pasado, cuando entre julio y octubre tuvo que calmar el vigor aún mayor de la actividad real. Para lograrlo, el tipo a diez años subió hasta alrededor del 5%. No es casualidad que los cinco brillantes meses de Wall Street comenzaran justo en ese momento. Antes, durante la cruzada evangelizadora, sufrió mucho. La historia no se repite, lo sabemos. Pero rimará si los datos no relajan su actual terquedad.

 
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