Conocida locutora de radio reinició la búsqueda de su identidad biológica – La Brújula 24 – .

Conocida locutora de radio reinició la búsqueda de su identidad biológica – La Brújula 24 – .
Conocida locutora de radio reinició la búsqueda de su identidad biológica – La Brújula 24 – .

Con su inconfundible voz, Daisy May Queen acompañó a una generación como uno de los últimos referentes radiofónicos que conocimos. En él, conductores y oyentes eran parte de un mismo universo, sentían que se conocían en una cotidianidad potenciada por la magia. Pero guardó su secreto más profundo: estaba segura de que no era hija biológica de sus padres, sino que ellos la habían comprado cuando era recién nacida. No tenía dudas, pero tampoco pruebas, más allá de su intuición y una serie de señales que la atormentaban. Hasta que un día no pudo más y empezó a deshacerse de lo que la estaba devorando.

Desde la India, donde vive desde hace doce años, la oradora vuelve a hacer público un testimonio vinculado a su identidad al que recién abrió la puerta en 2023. “Este era un tema muy delicado tanto para mi madre como para mi padre y no No me importa. No me pareció ni respetuoso ni bueno tratarlo en vida”, le dice Daisy a Teleshow, reconstruyendo un camino que se siente más preparada que nunca para recorrer, con toda la energía que requiere un esfuerzo más. Quizás el último.

Sintió la primera advertencia cuando era un adolescente. A esa edad en la que comienzan sus dudas y cuestionamientos, fue asaltada por la más profunda. No se sentía parte de su familia y mil veces enfrentó a sus padres con la pregunta de que le dolía mucho pero necesitaba hacerlo. “Dime la verdad, ¿soy adoptado o no?” Ninguna respuesta la convenció y todo acabó en discusiones y sufrimiento interno cada vez más doloroso.

“Después, mis padres finalmente cedieron y me lo confirmaron sin darme demasiados detalles. Lo único que sé es que mi mamá era muy joven y que me tuvo que dar, que no podía tenerme por un tema familiar, porque los papás no querían”, indicó.

Esta vaga confirmación es todo lo que Daisy supo desde hacía un tiempo. Y la punta de un engorroso ovillo, lleno de laberintos que se propuso desentrañar. Descubrió que todo llevó a un médico que tenía una clínica en la zona norte del conurbano, donde atendía a niñas que quedaban embarazadas siendo solteras y querían tener a sus hijos. “Permanecieron encerradas durante el embarazo, dieron a luz allí y él tomó al bebé y lo vendió a otras personas”, revela. Y concluye con una frase desgarradora: “Me compraron como un tarro de mayonesa en el supermercado, algo que era muy común en esa época”.

La situación afectó su relación con sus padres adoptivos. “Mamá se angustió mucho y su salud empezó a deteriorarse. Creo que fue una gran vergüenza para ella tener que decírmelo, pero para mí fue una completa y absoluta liberación. Como todas las personas, tenía derecho a saber quién era ella y de dónde venía. Por un tema psicológico, y también por un tema de salud”, dijo.

Daisy aprovecha esta oportunidad como la última en un camino que se ha vuelto demasiado sinuoso. “Te digo la verdad, es el último. Ya he dado muchas vueltas sobre este tema. Y no es fácil hacerlo, y presentarse, y preguntar, y dar la cara, y mucho más cuando la gente te conoce y sabe quién eres; A veces intimida mucho y eso te juega en contra”, analiza. Y está preparada para todas las respuestas: “Si surge algo, genial. Y si no surge nada, genial también. Ella se acepta a sí misma. Pero no quería dejar de hacerlo, porque siempre es bueno llegar al máximo”.

Con información de Infobae

 
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