Continúa el paro nacional de educadores en Colombia: ¿Para qué?

Continúa el paro nacional de educadores en Colombia: ¿Para qué?
Continúa el paro nacional de educadores en Colombia: ¿Para qué?

Por: Katerin Erazo, Periodista

Foto tomada de: El Espectador

El paro nacional de los educadores, convocado por la Federación Colombiana de Trabajadores de la Educación (FECODE) el 10 de junio, aún está en marcha. La manifestación, que comenzó el 12 de junio, ha visto a docentes de todo el país salir a las calles en protesta contra el trámite legislativo que se viene realizando en el Senado de la República a los documentos que se proponen a la Ley Estatutaria de Educación. El sindicato tiene programados cuatro días de manifestaciones, que culminarán con una gran movilización en Bogotá este lunes 17 de junio.

Durante los días 12, 13 y 14 de junio docentes de diversas ciudades se unieron en lo que denominaron el “Paro Magisterial Nacional Permanente”. pancartas y se han visto consignas en las principales ciudades, reflejando el descontento con las modificaciones legislativas que, según los educadores, atentan contra la calidad y equidad de la educación en el país. Hoy, la capital colombiana es el epicentro de estas protestas, con concentraciones previstas en puntos estratégicos del sur, norte, este y oeste de la ciudad.

Para la jornada de hoy, FECODE convocó a docentes y simpatizantes a las 9 de la mañana en cuatro puntos específicos: el Colegio Manuela Beltrán en el norte, frente al SENA en el sur, el IED Enrique Olaya Herrera en el oriente, y el Colegio Nacional Universidad en el oeste. Desde estos puntos, los manifestantes marcharon hacia la Plaza de Bolívar, donde esperan hacer oír su voz ante el Congreso y el Ministerio de Educación.

La Asociación Distrital de Trabajadores de la Educación (ADE) ha enfatizado que el magisterio nacional mantendrá su resistencia hasta que finalice el pleno del Senado. “Colombia necesita un proyecto de ley estatutaria que regule la educación con un carácter pedagógico, reflexivo, crítico, inteligente, exactamente lo contrario de la oposición, que fue la que propuso las modificaciones. Aquí seguiremos en la lucha en el ‘Paro Nacional por la Educación’”, afirmó FECODE en sus comunicados oficiales.

La protesta no está dirigida contra el gobierno del presidente Gustavo Petro, quien ha contado con el apoyo de FECODE. Sin embargo, el sindicato rechaza firmemente los cambios legislativos que afectan al proyecto de reforma educativa. Entre las principales preocupaciones está el artículo 39, que establece la obligatoriedad de la evaluación docente con base en los resultados de los estudiantes en pruebas estatales, como Saber 11.

Los educadores consideran que esta medida es injusta y no representativa de su trabajo. Además, otras enmiendas controvertidas incluyen la implementación de bonos educativos, que podrían limitar la libertad académica y establecer un plan de estudios único. Los educadores temen que estas medidas comprometan la diversidad y la calidad del sistema educativo colombiano.

La Ley Estatutaria de Educación, uno de los pilares del Gobierno de Petro, busca garantizar la educación como un derecho fundamental, regulándola desde la primera infancia hasta la educación superior. La reforma tiene como objetivo mejorar la cobertura, calidad y pertinencia del sistema educativo. A pesar del apoyo y aprobación inicial en el tercer debate del 5 de junio, la oposición de FECODE ha complicado la situación.

En reciente entrevista con Pares, Miguel Pardo de FECODE expresó su preocupación por los proyectos de ley vigentes relacionados con la Ley Estatutaria de Educación. Según Pardo, “esto ya no es una enmienda, sino dos proyectos de ley: uno presentado por la oposición y otro por las bancadas del Pacto Histórico y otros grupos progresistas. Sin embargo, ambos proyectos mantienen la esencia de lo que fue la famosa enmienda”.

Pardo señaló que uno de los puntos más preocupantes es la negación del derecho de niños y niñas de tres, cuatro y cinco años a recibir educación preescolar obligatoria en las escuelas públicas. “Esto implica disolver los tres grados esenciales del preescolar en una educación inicial que abarca de cero a seis años, lo cual es un retroceso importante”, afirmó. Además, criticó la posibilidad de que instituciones no educativas asuman la educación de estos niños, lo que, a su juicio, representa un desconocimiento de la función social de la escuela.

Otro aspecto central de su crítica es la entrega de recursos públicos a instituciones y fundaciones privadas, lo que, según Pardo, “debilita las escuelas públicas y resta patrimonio público”. Sostuvo que esto permite la designación de docentes sin concurso, lo que contraviene el principio de mérito que debe regir la contratación de docentes.

En cuanto al financiamiento, Pardo mencionó que uno de los proyectos propone que el Estado priorice la entrega de recursos a instituciones privadas, algo que calificó como un grave error basándose en la experiencia del programa “Ser Pilo Paga”, que, según él, no logró beneficiar a un pequeño número de estudiantes a costa de desfinanciar la educación pública.

Finalmente, Pardo expresó su rechazo a la propuesta de crear una “educación terciaria” sin debate previo y sin apoyo académico, lo que, según él, disolvería la educación superior y otras formas de educación en un modelo incoherente. También señaló que los docentes ya son evaluados rigurosamente y que las nuevas propuestas de evaluación vinculada a resultados ignoran los factores socioeconómicos que afectan el desempeño de los estudiantes.

FECODE aboga por el colapso de los proyectos actuales y el desarrollo de una nueva propuesta con la participación de la comunidad educativa y académica. “No se puede legislar a espaldas de quienes saben del tema”, subrayó Pardo, destacando la larga trayectoria y experiencia de FECODE en el impulso de políticas públicas educativas en Colombia.

Por su parte, la ministra de Educación, Aurora Vergara, enfrenta una semana crucial en la que el proyecto debe pasar su último debate antes del 20 de junio. La tensión en torno a esta reforma es palpable y la movilización en Bogotá es vista como un esfuerzo decisivo por parte de los educadores. para influir en la votación final.

Según el análisis de Sebastián Solano, coordinador de la Línea Jóvenes en Riesgo de la Fundación Paz y Reconciliación (Pares), el trámite legislativo de la Ley de Reforma Estatutaria en Educación enfrenta tensiones entre el Congreso, el Ministerio de Educación y diversos sectores. .

Estas tensiones surgieron tras la ruptura de la conciliación entre los senadores de la primera comisión, que derivó en un proyecto de ley que provocó fuertes críticas y movilizaciones la semana pasada. Ahora, el panorama es incierto debido a los dos ponencias que se discutirán esta semana en el pleno: uno, liderado por la oposición, que propone un modelo de educación mixta y educación para el trabajo; y el otro, liderado por la coalición de gobierno, que busca resolver los problemas estructurales e históricos de la educación pública en Colombia.

Sin embargo, los sectores movilizados afirman que ninguna de las dos presentaciones refleja el modelo educativo acordado en la formulación de esta reforma. Solano explica que hay tres escenarios posibles:

  1. Que se apruebe la presentación de la coalición de gobierno y se establezcan mesas de consulta para llegar a acuerdos con los sectores movilizados.

  2. Que se apruebe la presentación de la coalición, lo que podría intensificar las movilizaciones y convertirla en otra reforma fallida del gobierno de Petro.

  3. Que ambas presentaciones sean rechazadas esta semana y el debate se reinicie en la próxima legislatura.

El coordinador de la Línea Juventud menciona que, si bien este último escenario podría parecer favorable para muchos sectores, preocupa la lentitud de una reforma que apunta a implementar numerosos cambios, sobre todo considerando que el gobierno del Petro ya está por concluir sus primeros dos años.

Dirigentes de FECODE sostienen que las modificaciones propuestas afectan negativamente su trabajo y la lucha por una educación pública de calidad, objetivo que consideran fundamental para el desarrollo del país. La presión sobre el Senado es intensa y la decisión que se tome esta semana tendrá un impacto significativo en el futuro educativo de Colombia.

A medida que avancen las marchas y se lleve a cabo el debate en el Congreso, el resultado de esta semana será crucial para determinar la dirección de la educación en Colombia. Los docentes, firmes en su convicción, continúan su lucha, esperando que sus demandas sean escuchadas y atendidas.

 
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