Luego de una semana en la que el Gobierno Nacional recuperó el optimismo, ahora el Ministerio de Economía y Banco Central Comenzaron a definir cuál será la estrategia para la nueva etapa, donde el principal objetivo será el levantamiento del tipo de cambio.
La aprobación de la ley de Bases, la caída de la inflación, la transferencia de dinero por parte del FMI y la renovación del canje con China se coronaron, desde la perspectiva oficial, con un “highlight” Participación del presidente Javier Milei en foros internacionales. Nada impedirá que la economía caiga un 3,5% este año.
La efusiva acogida que La primera ministra italiana, Georgia Meloni.entregado a Milei en el marco de la cumbre del G7, fue comentado en ámbitos internacionales.
También el abrazo que se dio en Suiza con el presidente de Ucrania, Volodymyr Zelenskya quien volvió a ofrecer su apoyo en la guerra con Rusia.
Milei pretende tener un papel destacado en el ámbito internacional, y la última portada que le regaló la revista Time parece haber terminado de motivarlo a mostrarse como un referente liberal para el mundo.
En este escenario, el Gobierno parece haber retomado la idea de acelerar la eliminación del principal obstáculo a la llegada de inversiones: las restricciones cambiarias.
El Banco Central oficializó esta intención, pero aclaró que el levantamiento del cepo al dólar sólo se aplicará cuando haya certeza de que no habrá riesgos para el proceso de reducción de la inflación.
El equipo económico -que acaba de perder al viceministro Joaquín Cottani- ya se resignó a que la baja de la inflación no continuará en junio, en gran medida por el impacto que tendrá el aumento de las tarifas de luz y gas.
El Gobierno tiene previsto presentar un programa monetario actualizado al FMI a principios de julio. La atención se centrará en seguir contribuyendo a la estabilización macroeconómica.
Mientras tanto, se harán esfuerzos para revitalizar el equilibrio fiscal y la casi nula emisión monetaria.
El Gobierno admite que aún está lejos de los estándares internacionales en materia de inflación, cuando Argentina es la única economía del mundo que aún no ha resuelto el problema de los precios.
En ese momento, los precios ya no eran el principal foco de preocupación de la opinión pública. El escenario de despidos y el miedo a la pérdida del empleo se convirtieron en los principales problemas que afectan a la población.
En los primeros cuatro meses hubo más de 120 mil despidos entre el sector público y privado.
Milei ya dijo que serán otros 50 mil en el Estado. Todo contribuye a generar una atmósfera de inestabilidad entre los trabajadores que han perdido ingresos rápidamente desde que Milei llegó a la presidencia.
Son cifras de un mundo habitado por millones de empleados, con el tiempo partido y desigual por donde se mire.
Las pocas empresas que contratan personas lo hacen como “facturadores”, lo que explica el crecimiento del número de monotributistas. Más empleo precario para una economía que aún no ha reaccionado.
