Nuevo acuerdo con el FMI, rebote económico y salida del tipo de cambio

Nuevo acuerdo con el FMI, rebote económico y salida del tipo de cambio
Nuevo acuerdo con el FMI, rebote económico y salida del tipo de cambio

Legisladores argentinos se reúnen para debatir el proyecto de reforma económica del presidente Milei, conocido como “Ley de Bases”, en el Congreso Nacional en Buenos Aires, Argentina. 12 de junio de 2024. REUTERS/Mariana Nedelcu

La ajustada aprobación de la ley de Bases en el Senado prácticamente coincidió con los primeros seis meses del gobierno de Javier Milei. El resultado finalmente fue el que esperaba el oficialismo, después de varios meses de marchas y contramarchas. Supuso al mismo tiempo el fin de una primera etapa y el inicio de lo que podría considerarse la segunda fase del plan de emergencia. Y presumiblemente el último, si se logran los objetivos.

Como usted señaló Alejandro Catterberg, director de Poliarquía, “más importante que lo logrado es lo evitado. Si la ley de Bases hubiera sido rechazada, la dinámica económica y política habría dado un giro negativo: caída de los precios de los activos, subida del dólar, desconfianza externa, aumento de los conflictos internos y radicalización del Gobierno”.

Si bien se trata de un contrafactual, debido a que la ley fue aprobada, hay pocas dudas de que esta descripción encaja muy bien con el escenario que habría ocurrido en caso de una derrota legislativa.

Incluso después de la buena reacción de los activos argentinos, la sensación al final de la semana fue de alivio, no de euforia. Los bonos AL30 en dólares se mantuvieron en niveles de USD 55, todavía algo lejos de los USD 60 que alcanzaron hace un mes. Algo similar ocurrió con el riesgo país: perforó los 1.400 puntos, pero aún está lejos de los 1.200 de hace unas semanas.

El 9 de julio será una fecha relevante. Ya se habla de que ese día los gobernadores podrían volver a ser convocados en Tucumán, una vez sancionada la ley de Bases, que aún falta analizar en Diputados. Pero además de la información política, ese día se pagarán los intereses de los bonos dolarizados y la primera amortización de capital del AL30.

El Banco Central emitió una norma que pasó casi desapercibida pero que agiliza las operaciones en moneda extranjera. Estableció que los dólares que un cliente recibe en una sociedad de bolsa (ALYC) ya no deben regresar a una cuenta bancaria sino que pueden permanecer allí. El tipo de cambio no cambia mucho, pero se va deshaciendo el entramado de regulaciones que ponen todo tipo de trabas a las operaciones en dólares.

El Banco Central dio una tímida señal en dirección a salir del cepo REUTERS/Agustin Marcarian

El objetivo es claro: apostar por la reinversión de aquellas divisas que recibirán los inversores, por más de 1.500 millones de dólares en pocas semanas. El primer tramo del Bopreal 2 (que paga el capital en doce cuotas mensuales consecutivas) también vence a finales de julio.

Si esto sucede, al menos parcialmente, la demanda de bonos podría aumentar significativamente, fomentando un nuevo salto en los precios. El objetivo para el Gobierno es que el riesgo país caiga por debajo de los 1.000 puntos a fin de año, lo que acercaría la posibilidad de recuperar financiamiento en los mercados de capitales.

A partir de ahora se abre una nueva etapa, todavía dentro del plan de emergencia iniciado el pasado 10 de diciembre. La primera fase se puede identificar con estas características: rápido equilibrio fiscal, licuefacción de los agregados monetarios, importante reducción de la inflación tras el flash inicial y la sanción. de la Ley de Bases como cierre de esta etapa.

Los bonos se recuperaron tras la aprobación de la ley de Bases, pero aún estaban a mitad de camino. El riesgo país cerró la semana por debajo de los 1.400 puntos, pero quedó lejos de los 1.200 de hace un mes. El pago de deuda del 9 de julio, por más de USD 1.500 millones, podría ayudar a lograr un salto adicional

Conseguidos estos logros, en los próximos meses no aparecerán retos menores que empiezan ahora y deberían estar superados de aquí al verano de 2025.

El nuevo acuerdo con el FMI aparece como un paso central dentro de esta nueva etapa. Ya en junio, el Banco Central se comprometió a revelar la estrategia de política monetaria que llevará a cabo, incluidas las metas para los agregados y el futuro de las tasas de interés.

Pero lo más relevante del nuevo acuerdo no serán las metas, sino los desembolsos que la organización esté dispuesta a realizar. El Ministro de Economía, Luis “Totó” CaputoReconocieron que en gran medida la apertura del cepo dependerá de esa decisión del FMI, que ya necesita reforzar reservas antes de permitir la unificación cambiaria y la posterior competencia cambiaria (algo que apoyan explícitamente en Washington).

Caputo en ExpoEFI, durante la semana que pasó

Milei reiteró en la última semana que la salida del cepo está más cerca, porque quedan pocos pasivos pagados y restaría resolver las “puts” de los bonos emitidos en la última etapa del Gobierno anterior. Se trata de cláusulas que permitirían vender estos títulos en cualquier momento, generando una fuerte inyección de pesos.

Pero más allá de mantener la emisión monetaria bajo estricto control, parece difícil levantar las restricciones cambiarias sin un nivel considerable de reservas en el Banco Central. La decisión del tándem Milei-Caputo es minimizar los riesgos en caso de una futura apertura cambiaria. Para ello es necesario seguir reduciendo los agregados monetarios y al mismo tiempo acumular más reservas.

El camino hacia un nuevo acuerdo con el FMI parece allanado, a partir del superávit fiscal que supera las previsiones del organismo y de la acumulación de reservas. Pero parece mucho más complicado conseguir un desembolso, sobre todo de la magnitud que pretende el ministro de Economía.

No parece fácil lograrlo, especialmente ahora que se acercan las elecciones en Estados Unidos. Para que el FMI apruebe el desembolso, primero debe recibir la aprobación del Tesoro estadounidense. ¿Estará dispuesta la administración de Joe Biden a brindar ese apoyo al Gobierno argentino? ¿O habrá que esperar primero a los resultados de las elecciones y a la llegada de un nuevo gobierno, que no será hasta finales de enero de 2025, tal vez Donald Trump?

Ahora el desafío es mantener baja la tasa de inflación EFE/ Juan Ignacio Roncoroni

La reactivación económica también es una pata fundamental de los próximos meses. Mantener la inflación baja es clave para consolidar la recuperación de los ingresos: salarios, pensiones y planes sociales, un proceso que ya comenzó pero que aún avanza a cámara lenta.

Es evidente que la economía ya ha tocado fondo y la recuperación ha comenzado, pero todavía es muy tenue. La mejora podría ser lenta en los próximos meses y consolidarse a principios de 2025, a partir del nuevo acuerdo con el Fondo y la salida gradual del tipo de cambio.

Por ahora, el “logro” es haber encontrado un suelo a la fuerte caída del primer trimestre, pero la mejora se está produciendo a cuentagotas. Queda un largo camino por recorrer en todos los sectores para regresar incluso al punto de partida de noviembre, último mes de la administración anterior.

El acuerdo con el FMI, la consolidación de reservas y finalmente la salida del cepo son fundamentales para consolidar esta mejora. El Banco Mundial estimó que el PIB caerá un 3,5% este año, pero fue mucho más optimista para 2025, estimando un salto del 5%.

Mientras tanto, Milei conserva su principal capital político en medio de una economía a la que todavía le cuesta arrancar: su alto nivel de aceptación, que sigue por encima del 55%, el mismo porcentaje que logró en la segunda vuelta.

 
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