A mayor contaminación, mayor presencia de enfermedades. – .

A mayor contaminación, mayor presencia de enfermedades. – .
A mayor contaminación, mayor presencia de enfermedades. – .

“Después de realizar caminatas diarias, siento más mucosidad en la nariz que interrumpe mis vías respiratorias. No tengo ningún problema de salud y lo atribuyo a algo que está en el aire”, dijo Gustavo, un platense que camina por el Bosque todas las mañanas. Mirta decía lo mismo: “El aire que respiramos se siente más turbio y, en algunos lugares del casco urbano de La Plat, se percibe como un ‘abombe’”. Al hilo de ambos testimonios, el cambio climático es un fenómeno que impacta múltiples aspectos de la vida en la Tierra, y entre ellos, su relación con la salud es uno de los más preocupantes. Recientemente ha surgido una posible conexión entre el aumento del dióxido de carbono (CO2) y la persistencia de patógenos en el aire, concretamente el virus SARS-CoV-2, responsable de la pandemia de COVID-19. Esta asociación plantea la inquietante posibilidad de que el cambio climático pueda estar influyendo en la transmisión de enfermedades infecciosas.

En las últimas semanas, como publicó este diario, se ha vuelto común ver las salas llenas de pacientes que, en su mayoría, presentan dolores de cabeza, tos y congestión nasal. A esto se suma un notable aumento de consultas por casos de neumonía, coincidieron fuentes del sistema de salud.

Diego Bares, jefe del Servicio de Ingreso Médico Clínico del Hospital General San Martín, había dicho a este medio que “en los últimos 15 días, tanto en el sector salud público como en el sector privado, la persistencia de las infecciones del tracto respiratorio superior, pero ahora se le suma algo mucho más complejo desde el punto de vista biológico y de las complicaciones que puede generar, que es la neumonía. Es decir, la afectación del tracto respiratorio inferior”.

Según afirmó la doctora Silvia González Ayala, infectóloga platense: “La estimación basada en datos del mundo real es que se han diagnosticado 218 enfermedades infecciosas de las 375 que figuran en la Red Mundial de Epidemiología y Enfermedades Infecciosas (GIDEON) (inglés) , han empeorado. Este es motivo de preocupación y ocupación para mitigar los efectos del cambio climático antropogénico en la salud humana. El estudio es transversal, integrado y transdisciplinario bajo el concepto de una sola salud: humana, veterinaria y ambiental”. No se trata sólo del empeoramiento, además “hay un aumento en la frecuencia de algunas enfermedades relacionadas con el cambio climático, el dengue es un ejemplo”, continuó el especialista.

La Organización Panamericana de la Salud advierte que es necesario aprender de la pandemia de Covid para prepararse ante los efectos del cambio climático. Según la OPS, “las altas temperaturas, los fenómenos climáticos extremos y la contaminación han provocado un aumento de las enfermedades cardiovasculares y respiratorias, así como un aumento de las enfermedades transmitidas por vectores”.

EL PAPEL DEL DIÓXIDO DE CARBONO EN LA TRANSMISIÓN DEL SARS-COV-2

Como se publicó anteriormente, un estudio de laboratorio reciente ha revelado que las concentraciones crecientes de dióxido de carbono (CO2) en el aire pueden prolongar el tiempo durante el cual los virus transmitidos por el aire siguen siendo infecciosos. Según los investigadores, el aire exterior normal tiene un nivel de CO2 de aproximadamente 400 partes por millón (ppm). Sin embargo, al aumentar estas concentraciones a sólo 800 ppm, la supervivencia de los virus en el aire aumenta significativamente. Estos hallazgos fueron publicados el 25 de abril en la revista Nature Communications.

Para evitar una nueva pandemia, debemos centrarnos en la prevención más que en la cura

El estudio destacó que en ambientes interiores con niveles de CO2 de 3.000 ppm, lo cual es común en habitaciones abarrotadas, la cantidad de virus infecciosos después de 40 minutos es aproximadamente diez veces mayor que en condiciones de aire fresco. Esto se debe a que el CO2 interactúa con las gotas exhaladas, comportándose como un ácido y permitiendo que los virus sobrevivan más tiempo en el aire.

Los investigadores también observaron que los objetivos climáticos que buscan limitar los niveles de CO2 en la atmósfera podrían tener un beneficio adicional: reducir la propagación de virus transmitidos por el aire. La ciencia del clima proyecta que, si no se toman medidas, la concentración de CO2 en la atmósfera podría superar las 700 ppm a finales de siglo, lo que podría exacerbar la transmisión de enfermedades virales.

La investigación mostró una correlación entre el aumento de las concentraciones de CO2 y la prolongación del tiempo durante el cual el virus permanece en el aire. Esto se debe a que el CO2 actúa como un ácido cuando interactúa con las gotas de aerosol exhaladas, reduciendo su pH y ralentizando la inactivación del virus.

Pablo Orellano, especialista en epidemiología e investigador del CONICET, quien señaló la importancia de distinguir entre CO2 atmosférico y CO2 interior. “El dióxido de carbono atmosférico es un gas reconocido como de efecto invernadero que afecta la temperatura de la Tierra y, de alguna manera, el bienestar de las personas de manera indirecta”, explicó Orellano. Sin embargo, destacó que la relación directa entre el CO2 atmosférico y la salud humana no es tan clara como para otros contaminantes.

Orellano destacó que el estudio de la Universidad de Bristol sugiere que el CO2 en interiores podría estar influyendo directamente en el riesgo de contraer un virus respiratorio al modificar el pH del aire ambiente. Aunque esta hipótesis está en estudio, aún no está completamente probada. “El aumento de las emisiones de dióxido de carbono puede facilitar las condiciones para una pandemia similar a la de la COVID, pero es prematuro formular hipótesis al respecto”, advirtió.

EL IMPACTO DEL CAMBIO CLIMÁTICO EN LA SALUD

Marta Cohen, patóloga pediátrica y profesora honoraria del Departamento de Oncología y Metabolismo de la Universidad de Sheffield, cree que el cambio climático tiene un vínculo ineludible con la salud. Cohen mencionó un estudio realizado en Estados Unidos que sugiere que muchas especies, incluidos los humanos, podrían cambiar sus hábitats debido al cambio climático, lo que aumentaría las oportunidades de interacción entre humanos y mamíferos salvajes, facilitando el intercambio de patógenos virales.

Cohen subrayó que “para evitar una nueva pandemia, debemos centrarnos en la prevención más que en la cura: debemos llevar a cabo una vigilancia epidemiológica continua, detallada y eficaz”. Esta vigilancia es crucial para detectar y controlar posibles nuevas zoonosis, enfermedades que pueden transmitirse de animales a humanos.

En 2023, una revisión científica realizada por los Institutos Nacionales de Salud (NIH) de EE. UU. señaló que el cambio climático tiene efectos tanto directos como indirectos en la salud humana, y algunas poblaciones son más vulnerables a estos efectos que otras. Las infecciones respiratorias virales, como las provocadas por el SARS-CoV-2, son algunas de las más comunes.

La autora de la revisión, Allison Burbank, explicó que los contaminantes del aire, como el dióxido de nitrógeno y las partículas, afectan la susceptibilidad y las respuestas inmunes a las infecciones virales. Además, los cambios de temperatura, humedad y eventos climáticos extremos se relacionan con la incidencia de infecciones respiratorias. En climas templados, una temperatura más baja generalmente se asocia con una mayor incidencia de infección.

INFECCIONES Y CONTAMINANTES DEL AIRE

Un estudio de la Universidad de California en San Diego, publicado en el Canadian Medical Association Journal, estableció vínculos entre la gravedad de las infecciones y los niveles de contaminantes del aire. Los investigadores analizaron más de 150.000 casos de COVID-19 en Ontario, Canadá, y descubrieron que la gravedad de la enfermedad estaba directamente asociada con la exposición prolongada a contaminantes del aire como las partículas finas y el ozono a nivel del suelo. .

Buscan mitigar efectos del cambio climático antropogénico en la salud humana

La ingeniera ambiental Julieta Vallejo explicó que el aumento de CO2 en la atmósfera provoca un efecto invernadero al “atrapar” el calor del sol, provocando un aumento paulatino de la temperatura promedio de la Tierra. Esta situación tiene diversas consecuencias, como la mayor frecuencia e intensidad de eventos climáticos extremos, la acidificación de los océanos y cambios en la distribución de las especies. Además, los gases de efecto invernadero tienen impactos directos e indirectos en la salud humana, incluido un aumento en la propagación de enfermedades debido a las altas temperaturas y problemas respiratorios por la contaminación del aire.

El cambio climático es un fenómeno multifacético que afecta profundamente nuestra salud. La posible relación entre el aumento de CO2 y la permanencia de virus en el aire, como el SARS-CoV-2, pone de relieve la necesidad de comprender mejor cómo las alteraciones en nuestro entorno pueden influir en la transmisión de enfermedades infecciosas. La prevención y la vigilancia epidemiológica son esenciales para afrontar los futuros desafíos sanitarios en un mundo que continúa calentándose.

Las claves para mantener un entorno libre de dióxido de carbono

Ventilación
Abrir ventanas y ventilar la habitación es una de las formas más efectivas de reducir los niveles de dióxido de carbono en interiores. Permitir la entrada de aire fresco diluye la concentración de CO2 y ayuda a mantener un ambiente saludable.

Plantas naturales
El uso de plantas como helechos y palmeras en el interior puede ayudar a absorber dióxido de carbono y liberar oxígeno. Estas plantas son especialmente efectivas para mejorar la calidad del aire y reducir el CO2 en el medio ambiente.

Transporte sostenible
Usar el transporte público, bicicletas o caminar en lugar de automóviles ayuda a reducir las emisiones de dióxido de carbono al aire exterior. Esta práctica no sólo reduce la contaminación, sino que también promueve un estilo de vida más saludable.

Calidad del aire
Instalar sistemas de ventilación mecánica que filtren y suministren aire fresco desde el exterior es crucial para mantener bajos los niveles de CO2 en espacios cerrados. Estos sistemas garantizan una circulación constante de aire limpio.

Purificadores de aire
Un purificador de aire con filtro de carbón activado puede resultar muy eficaz para reducir el dióxido de carbono en oficinas y otros espacios cerrados. Estos dispositivos filtran contaminantes y mejoran la calidad del aire interior.

 
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