Cuando Lucila Larrandart terminó la primaria, no la matricularon en la secundaria. En aquella época se suponía que lo que una niña necesitaba saber estaba cubierto con la educación inicial. Lucila tomó su documento y le dijo a su padre: “Me voy a inscribir en la escuela”. Larrandart Fue la primera directora del departamento de derecho penal y criminología de la UBA.. Fue defensora de los presos políticos durante la última dictadura desde el Centro de Estudios Jurídicos y Sociales y fue miembro de la Conadep. Luego, como juez, condenó a represores que cometieron crímenes de lesa humanidad en el centro clandestino que funcionó en Campo de Mayo. Falleció este sábado.
A lo largo de su carrera, Larlandart destacó en el campo de los derechos humanos hasta convertirse en jueza federal en San Martín. Entre otras causas, estuvo a cargo del juicio a Luis Patti, por el que el excomisario fue condenado a cadena perpetua en 2011.
En los inicios de la democracia había sido colaboradora de la Comisión Nacional sobre Desaparición de Personas en la recepción de denuncias. Se había especializado en derecho penal. Al inicio de la dictadura había sido declarada desempleada como secretaria de un juzgado de menores.. Luego trabajó en el Centro de Estudios Jurídicos y Sociales antes de incorporarse a la Secretaría de Denuncias de la Conadep.
Larrandart trabajó como consultor nacional del Instituto Latinoamericano de las Naciones Unidas para la Prevención del Delito y el Tratamiento del Delincuente (ILANUD), del Instituto Interregional de las Naciones Unidas para la Investigación sobre la Delincuencia y la Justicia (UNICRI) y también fue consultor jurídico de Unicef en Argentina.
Además, se desempeñó como profesora asociada encargada de la cátedra Elementos de Derecho Penal y Procesal Penal de la Facultad de Derecho de la Universidad de Buenos Aires y como subdirectora del Departamento de Derecho Penal y Criminología de la misma universidad. Fue miembro del Consejo Asesor de la Fundación de Estudios de Justicia.
“Tuve la suerte de ser alumna de Lucila en los años 90 en la facultad y eso me permitió empezar a ser su asistente estudiantil en la facultad, luego ser docente con ella y luego parte de su cátedra, y también trabajar muchos años con ella. , a su lado, en el Tribunal Oral Federal de San Martín”, recordó Elizabeth Gómez Alcorta ante la noticia de su muerte.
Consultada por este Diario, la exministra de Mujeres, Géneros y Diversidad consideró que “más allá de su trayectoria profesional y académica, lo que más nos ha marcado a todos los que estuvimos cerca de ella es su integridad, su profunda coherenciasu hacer de los derechos humanos de todas las personas carne y realidad más allá de los papeles”.
Para Gómez Alcorta “siempre tuvo un compromiso muy genuino, una responsabilidad muy clara respecto de lo que significaba ser juez y dictar sentencia con una perspectiva profundamente humana de cada una de las personas que llegaban al sistema penal. Ella enseñó lo mismo en la universidad durante muchos años”. Y evocó a aquel Larrandart “Ella llegó primero y salió de la cancha la últimaEscribió sus frases y resoluciones, cosas que uno podría pensar que son elementales pero, lamentablemente, no lo son”.
Su velorio se realizará este sábado de 17 a 23 horas y mañana domingo de 10 a 14 horas en Casa Malabia (Malabia 1662). Será sepultada este domingo a las 15 horas en el Jardín de la Paz del Pilar.
