BOGOTÁ – El Congreso de Colombia aprobó el viernes una reforma al sistema de pensiones que cambia el esquema vigente desde hace tres décadas, dándole una victoria política al presidente Gustavo Petro luego de un agitado debate en la Cámara de Representantes.
La pensión es la primera de un grupo de ambiciosas reformas gubernamentales que logran la aprobación del Congreso en lo que va de año. La reforma de salud fue rechazada y el gobierno planea presentarla nuevamente, la reforma laboral está en su primer debate y la ley reglamentaria de educación espera su último debate.
La reforma de las pensiones, que entrará en vigor en julio de 2025, amplía la cobertura y modifica la distribución de recursos transfiriendo gran parte a un fondo público y quitando peso a los fondos privados. El nuevo esquema se compone de cuatro pilares que dividen a la población entre quienes necesitan un subsidio, total o parcial, y los trabajadores que pueden aportar dinero en busca de una pensión e incluso ahorrar voluntariamente.
Una mayoría de 86 representantes de la Cámara votaron a favor de la reforma de las pensiones, mientras que 32 la rechazaron. El texto fue aprobado sin mayor debate respecto de lo ya aprobado en el Senado, pese a reclamos de varios congresistas que lo calificaron como un “pequeño truco” para evitar mayor discusión.
El texto debe conciliarse en el Senado y la Cámara antes del 20 de junio, un procedimiento que suele avanzar con facilidad para ajustar pequeños detalles antes de pasar a la sanción presidencial.
El actual sistema de pensiones se divide en dos regímenes: el estatal y el de ahorro individual, que es administrado por fondos privados. Los trabajadores pueden elegir a quién destinar sus aportaciones. En el público, el dinero va a un fondo común y luego se distribuye entre los jubilados del sistema público.
Con el nuevo sistema, aquellos con ingresos de hasta 2,3 salarios mínimos (aproximadamente $628) deben contribuir a Colpensiones –el fondo común– y sólo aquellos que reciban ingresos adicionales a ese monto podrán realizar aportes a fondos de pensiones privados. con lo cual quedarían bastante disminuidos. A este grupo se le denominó pilar contributivo.
El llamado pilar solidario estará integrado por adultos mayores en situación de pobreza y vulnerabilidad, quienes al no tener pensión recibirán un “ingreso básico” de subsistencia otorgado por el Estado. Los recursos provendrán del presupuesto estatal y de un fondo solidario de pensiones que ya existe para subsidiar a la población sin acceso al sistema de pensiones.
El pilar semicontributivo beneficiará a mujeres mayores de 60 años y hombres mayores de 65 años que no hayan cumplido con los requisitos para acceder a una pensión, a pesar de haber cotizado al sistema. Actualmente, para acceder a una pensión, los trabajadores deben cotizar 1.300 semanas y superar la edad requerida, 57 años en el caso de las mujeres y 62 en el caso de los hombres.
El último es el pilar de ahorro voluntario que se hará a través de mecanismos “que existen en el sistema financiero”, no aclarados en el proyecto, para complementar el monto de la pensión. Se espera que el gobierno regule la forma en que el ahorro voluntario puede equivaler a semanas de aportes, para quienes requieran completar el requisito.
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